El Pacto por la Vega cumple un año y avanza "lento pero seguro" La idea es dar portazo a la especulación y aprovechar sus recursos
V. GOMARIZ BELDA GRANADA
La Vega de Granada desde hace un año ha recogido el consenso de los agentes sociales y políticos de la provincia. Un acuerdo que se materializó en la antesala de la campaña electoral de las últimas autonómicas y que avanza a paso lento pero seguro. De hecho, el Plan Especial de la Vega que ultima la Junta de Andalucía se verá reforzado con una parte del Plan Estratégico que la Diputación de Granada ha diseñado para toda la provincia. Un proyecto común que pretende canalizar todas las actuaciones que la institución provincial lleve a cabo en el terreno del sector agroalimentario y que debido al "potencial" que tiene esta extensión, también influirá en la misma como en otras áreas de la geografía granadina.
La Vega como palanca para el desarrollo económico, laboral y educativo son algunos de los principales objetivos. Hasta tal punto que los agentes implicados en el Pacto por la Vega insistieron ayer en la necesidad de apostar por los productos autóctonos del lugar. "Hay que potenciar los canales cortos de venta para que por ejemplo lleguen a los comedores escolares", indicó el portavoz de Vega Educa, Javier Alonso. Al respecto, el coordinador de la Plataforma Salvemos la Vega, Juan Raya, se preguntó lo siguiente: "¿Qué hemos hecho para que las lechugas que consumimos vengan de Pamplona?".
Dentro de la estrategia a nivel global que impulsará la Diputación -y en paralelo a las reivindicaciones del citado colectivo- confluyen también intereses sociales, económicos y de sostenibilidad con la Vega. "Trabajaremos de forma conjunta para explotar sus fortalezas", apuntaron ayer fuentes de la administración provincial.
A la hora de hacer balance de los últimos doce meses de trabajo en el marco del Pacto por la Vega, los avances más significativos tienen que ver con la figura de protección para blindar la fisonomía original del espacio agrícola y rural. "La Junta se puso las pilas al elaborar el Plan Especial y la Diputación se ha comprometido ahora en arreglar el 90% de los problemas que existen con el ciclo integral del agua", apuntó Raya. Y es que esta última es una de las grandes reivindicaciones que mantienen en la actualidad los agricultores.
Si algo se ha logrado con el trabajo emprendido en febrero de 2015 es que dentro de la agenda política, universitaria y ciudadana esté presente la Vega. Las reuniones periódicas que se han celebrado hasta ahora han demostrado que "el interés persiste y lo que es mejor, va en aumento", según apuntó la secretaria provincial de UGT, Manuel Martínez en nombre de todos los colectivos rurales.
Detrás de todo eso subyace la idea de que "no vuelva a haber más desastres" en la zona y que la actividad derivada genere beneficios de todo tipo, también medioambientales. En ese sentido, cabe destacar que hay ayuntamientos cuyos términos municipales lindan con la Vega que a la hora de revisar cada uno del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) han prometido hacerlo sin que afecte a lo referido en el pacto. En esa línea, también se reclama la creación de una Ley Integral de Agricultura que "blinde los espacios agrarios".
La Vega como palanca para el desarrollo económico, laboral y educativo son algunos de los principales objetivos. Hasta tal punto que los agentes implicados en el Pacto por la Vega insistieron ayer en la necesidad de apostar por los productos autóctonos del lugar. "Hay que potenciar los canales cortos de venta para que por ejemplo lleguen a los comedores escolares", indicó el portavoz de Vega Educa, Javier Alonso. Al respecto, el coordinador de la Plataforma Salvemos la Vega, Juan Raya, se preguntó lo siguiente: "¿Qué hemos hecho para que las lechugas que consumimos vengan de Pamplona?".
Dentro de la estrategia a nivel global que impulsará la Diputación -y en paralelo a las reivindicaciones del citado colectivo- confluyen también intereses sociales, económicos y de sostenibilidad con la Vega. "Trabajaremos de forma conjunta para explotar sus fortalezas", apuntaron ayer fuentes de la administración provincial.
A la hora de hacer balance de los últimos doce meses de trabajo en el marco del Pacto por la Vega, los avances más significativos tienen que ver con la figura de protección para blindar la fisonomía original del espacio agrícola y rural. "La Junta se puso las pilas al elaborar el Plan Especial y la Diputación se ha comprometido ahora en arreglar el 90% de los problemas que existen con el ciclo integral del agua", apuntó Raya. Y es que esta última es una de las grandes reivindicaciones que mantienen en la actualidad los agricultores.
Si algo se ha logrado con el trabajo emprendido en febrero de 2015 es que dentro de la agenda política, universitaria y ciudadana esté presente la Vega. Las reuniones periódicas que se han celebrado hasta ahora han demostrado que "el interés persiste y lo que es mejor, va en aumento", según apuntó la secretaria provincial de UGT, Manuel Martínez en nombre de todos los colectivos rurales.
Detrás de todo eso subyace la idea de que "no vuelva a haber más desastres" en la zona y que la actividad derivada genere beneficios de todo tipo, también medioambientales. En ese sentido, cabe destacar que hay ayuntamientos cuyos términos municipales lindan con la Vega que a la hora de revisar cada uno del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) han prometido hacerlo sin que afecte a lo referido en el pacto. En esa línea, también se reclama la creación de una Ley Integral de Agricultura que "blinde los espacios agrarios".
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