Los Amigos del Ferrocarril y Cenes de la Vega organizan una muestra para rememorar los 91 años del tren que iba de la ciudad hasta la estación de esquí Dejó de funcionar en 1974
E. ABUÍN GRANADA 
Hubo una época en la que se llamaba deseo a los tranvías. Era el siglo XX y Granada como muchas otras ciudades usaba los raíles para moverse de un lado a otro. Incluso, existía la posibilidad de subir a la Sierra en este medio de transporte que tuvo una línea abierta con la primera estación de esquí entre 1925 y 1974 cuando desapareció por la escasa demanda de viajeros. Esta iniciativa fue posible gracias al empeño del Duque de San Pedro de Galatino, el gran impulsor del turismo como se conoce hoy día que puso el dinero de su bolsillo para que los granadinos pudieran subir hasta la cima de la montaña en tren pasando antes por todos los pueblos serranos. El espíritu del duque es el que intenta revivir ahora la Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril y del Tranvía (Agraft), que desde hace unos años trabaja en la restauración de los vagones originales y en la difusión de un proyecto que pretende recuperar el tranvía de Sierra Nevada.
La última iniciativa de Agraft ha sido organizar una exposición en colaboración con el Ayuntamiento de Cenes de la Vega para que los habitantes del municipio y todo el que quiera se adentre por un rato en las numerosas historias que guardan los vagones del entrañable tranvía de la Sierra. El objetivo es que los mayores del lugar puedan recordar los viejos tiempos marcados por los raíles de la memoria y los más jóvenes aprendan un poco de historia local siempre ligada al avance de las telecomunicaciones.
La muestra, que ha estado abierta varios fines de semana en el Centro Sociocultural Carlos Cano de Cenes de la Vega, se cierra hoy domingo después de haber tenido gran aceptación entre los vecinos del municipio. En la exposición se pueden ver piezas originales que han sido restauradas por Agraft como un asiento, el volante de freno y el enganche de unos de los vagones, además de una treintena de fotografías y recortes de periódico que narran la vida del tranvía de la Sierra. Una colección recopilada a través de la documentación de Agraft en archivos de prensa y de particulares cuyo leitmotiv es el vértigo, el que producen las fotos del tranvía cruzando puentes por los que daba miedo pasar y el propio vértigo de la historia, de los rostros que conforman la memoria del tren a la Sierra.
Por otra parte, Agraft está trabajando en este momento en la restauración del motor número 3 y remolque número 15 del tranvía de Granada a Sierra Nevada y espera contar con más piezas restauradas que en su día circularon por esa línea que el próximo 21 de febrero cumplirá 91 años de historia. El cierre del tranvía se produjo el 1 de enero de 1974, año en el que irían desapareciendo todos los tranvías que rondaban por la ciudad y la Vega.
Además de la muestra fotográfica, Agraft ha cedido para la exposición una maqueta modular de 10x5 metros en escala que recrea las estaciones de Iznalloz y Moreda, y a la que se le ha añadido la propuesta de integración ferroviaria de la estación de Granada, más conocida como la Tercera Vía del AVE.
En todo este proyecto de rescatar el tranvía de la Sierra se ha involucrado Cenes de la Vega, que fue uno de los municipios de Granada que contó con una parada de este tranvía con un trazado que permitía disfrutar de unas vistas únicas, y que en apenas nueve kilómetros de recorrido hacía las delicias de grandes y pequeños al discurrir por laderas, túneles y puentes en una orografía complicada.
Actualmente, el edificio que albergaba la estación del tranvía de Cenes está ocupado por el Juzgado de Paz, si bien el Ayuntamiento quiere presentar un proyecto para adecuar el edificio como espacio museístico dedicado al mundo del ferrocaril y al mítico tranvía de Sierra Nevada.
La última iniciativa de Agraft ha sido organizar una exposición en colaboración con el Ayuntamiento de Cenes de la Vega para que los habitantes del municipio y todo el que quiera se adentre por un rato en las numerosas historias que guardan los vagones del entrañable tranvía de la Sierra. El objetivo es que los mayores del lugar puedan recordar los viejos tiempos marcados por los raíles de la memoria y los más jóvenes aprendan un poco de historia local siempre ligada al avance de las telecomunicaciones.
La muestra, que ha estado abierta varios fines de semana en el Centro Sociocultural Carlos Cano de Cenes de la Vega, se cierra hoy domingo después de haber tenido gran aceptación entre los vecinos del municipio. En la exposición se pueden ver piezas originales que han sido restauradas por Agraft como un asiento, el volante de freno y el enganche de unos de los vagones, además de una treintena de fotografías y recortes de periódico que narran la vida del tranvía de la Sierra. Una colección recopilada a través de la documentación de Agraft en archivos de prensa y de particulares cuyo leitmotiv es el vértigo, el que producen las fotos del tranvía cruzando puentes por los que daba miedo pasar y el propio vértigo de la historia, de los rostros que conforman la memoria del tren a la Sierra.
Por otra parte, Agraft está trabajando en este momento en la restauración del motor número 3 y remolque número 15 del tranvía de Granada a Sierra Nevada y espera contar con más piezas restauradas que en su día circularon por esa línea que el próximo 21 de febrero cumplirá 91 años de historia. El cierre del tranvía se produjo el 1 de enero de 1974, año en el que irían desapareciendo todos los tranvías que rondaban por la ciudad y la Vega.
Además de la muestra fotográfica, Agraft ha cedido para la exposición una maqueta modular de 10x5 metros en escala que recrea las estaciones de Iznalloz y Moreda, y a la que se le ha añadido la propuesta de integración ferroviaria de la estación de Granada, más conocida como la Tercera Vía del AVE.
En todo este proyecto de rescatar el tranvía de la Sierra se ha involucrado Cenes de la Vega, que fue uno de los municipios de Granada que contó con una parada de este tranvía con un trazado que permitía disfrutar de unas vistas únicas, y que en apenas nueve kilómetros de recorrido hacía las delicias de grandes y pequeños al discurrir por laderas, túneles y puentes en una orografía complicada.
Actualmente, el edificio que albergaba la estación del tranvía de Cenes está ocupado por el Juzgado de Paz, si bien el Ayuntamiento quiere presentar un proyecto para adecuar el edificio como espacio museístico dedicado al mundo del ferrocaril y al mítico tranvía de Sierra Nevada.
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