Tienda británica de suplementos nutricionales y productos relacionados.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera necesario armonizar las leyes sobre suplementos alimenticios en toda la Unión Europea. Actualmente, los productos que contienen nutrientes u otras sustancias no están bien regulados porque pueden encajar dentro de diferentes categorías: suplementos alimenticios, alimentos para deportistas o medicinas tradicionales a base de plantas. Por este motivo pueden escapar de las normas sobre alegaciones nutricionales.
Alrededor del 20% de los consumidores europeos dicen tomar suplementos alimenticios para completar su dieta o mejorar su salud y esta tendencia está subiendo. Se aprecian grandes variaciones entre el norte y el sur: la población del norte los usa más (por ejemplo, el 64% de los daneses toman suplementos). El mercado crece rápidamente también en Europa del Este.
La idea de que los ingredientes naturales son menos peligrosos que los medicamentos está ampliamente extendida entre la población; sin embargo, esta apreciación no tiene en cuenta las dosis de ingesta ni las posibles interacciones de los suplementos alimenticios con los medicamentos. En este sentido, por ejemplo, los consumidores que usen anticoagulantes no deberían tomar suplementos de Angélica sinensis (Dong Quai); y las mujeres que toman anticonceptivos orales deberían evitar la hierba de San Juan (Hypericum perforatum).
La OCU advierte sobre la situación en la UE, donde cada país tiene sus listas de sustancias permitidas y prohibidas. Un panorama caótico donde se aplican distintas leyes basadas en diferentes niveles de precaución. Esto puede generar problemas en los consumidores: confusión, identificación errónea del producto, frustración y pérdida de dinero debido a la compra de productos ineficaces y que incluso les pueden producir efectos adversos o interaccionar con su medicación habitual.
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