- Enclavado en uno de los valles del Marquesado del Zenete, desde la antigüedad ha sido encrucijada de caminos
- El pueblo destila en sus calles y huertos la herencia musulmana
Vista de la localidad de Ferreira, con los bancales en primer término. Destaca el campanario de la iglesia.
La pequeña localidad de Ferreira se encuentra en la ladera de la vertiente norte del macizo central de Sierra Nevada, a 1.258 metros de altitud. Enclavada en uno de los valles del Marquesado del Zenete, desde la más remota antigüedad ha sido una encrucijada de caminos, tanto los que conectaban la zona de Guadix con Almería por el valle del río Nacimiento, como los que la unían con la Alpujarra y la costa mediterránea a través del Puerto de la Ragua.
El pueblo destila en sus calles la herencia musulmana al igual que en sus huertos y balates de piedra. Pero por encima de Ferreira, como en otros pueblos del Marquesado, los bosques de Sierra Nevada se derraman hasta caer en el Altiplano, ofreciendo múltiples posibilidades para disfrutar de la naturaleza en cualquier época del año, especialmente en primavera con los almendros en flor y el espectáculo de colores del otoño con el protagonismo principal de los castaños. Los ferrileños pueden presumir con orgullo de tener una gran parte de su término municipal en un espacio natural protegido. No en vano 1.782 hectáreas, de las 4.357 totales del municipio, están incluidas en el parque nacional (843 has.) o en el parque natural (939 has.) lo que representa el 41% de su territorio.
HISTORIA
Los orígenes de la villa de Ferreira se remontan a la época prehistórica concretamente a la cultura del Argar, en la Edad del Bronce, entre el tercer y el segundo milenio antes de Cristo. Al pie del Cerro Juan Canal existe una necrópolis de esta época, que data aproximadamente del año 1500 a.C., en la que se encuentran tumbas 'en cista', -con forma de cofre- hechas de pizarra. En ese yacimiento se hallaron grandes vasijas de almacenamiento, platos y otros objetos de cerámica y metal que esperan la apertura del Museo Arqueológico de Granada para poder ser contemplados. Este asentamiento tuvo su origen en la explotación de yacimientos mineros de hierro. Su poblamiento definido se atestigua ya en el Bajo Imperio Romano, y en época mozárabe, sobre todo por la explotación del mineral del hierro (de ahí deriva el nombre del pueblo) y por su estratégico lugar de paso. Los ricos yacimientos mineros atrajeron también a los árabes; así en el siglo XII es citada por el cronista Al-Idrisi como lugar fortificado, lo que da muestra del interés que tenía esta población.
En 1489, como el resto del Sened y las tierras accitanas, por la capitulación del Zagal, hermano de Muley Hacén y tío de Boabdil, pasó a la corona de Castilla. Se integró en el señorío con que los Reyes Católicos premiaron al Gran Cardenal de España, Pedro González de Mendoza, formando parte del Marquesado con posterioridad. La gente de Ferreira se unió al levantamiento y rebelión de los moriscos de los años 1568 al 1570, y fue de los lugares más afectados por la guerra.
Al ser reprimida la rebelión, los moriscos fueron expulsados y se inició la repoblación con cristianos 'viejos' de otros lugares de España.
Iglesia de la Anunciación desde la Vega. |
PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Centro de Interpretación de la Arquitectura Árabe. La Alcazaba de época árabe y una casona morisca restaurada (conocida como Casa Grande) albergan un atractivo centro de interpretación que nos acerca al legado árabe presente en el Marquesado del Zenete, (baños, castillos, torres vigía o aljibes) mediante un discurso fresco y pedagógico, basado en recreaciones virtuales, escenografías, hologramas y personajes corpóreos.
Ermita de la Virgen de la Cabeza. Está enclavada en El Castañar, uno de los parajes más frondosos y atractivos de Ferreira, donde se celebra el último fin de semana de abril una romería en honor de la Virgen Morena.
Iglesia de la Anunciación. Al igual que en otras localidades de la comarca, la iglesia se construyó sobre la antigua mezquita, conservada hasta 1500. Se trata de una iglesia mudéjar, basilical, con dos naves laterales. La entrada principal se enmarca entre dos parejas de columnas unidas por un largo friso horizontal sobre el dintel de la puerta. La torre, de dos cuerpos separados por cornisa de ladrillo, está coronada por una cúpula de media naranja con nervios.
REPORTAJE GRÁFICO: AYUNTAMIENTO DE FERREIRA / PARQUE NACIONAL DE SIERRA NEVADA
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