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Esta breve crónica fue escrita mientras escuchaba el ronroneo de Lala, te invito a respirar profundamente y relajarte antes de leer las líneas que siguen...
El tema será, como indica el título, el silencio. Silencio en todas sus formas, en cada esquina, desde la tierra hasta el cielo, y desde la bodega hasta el techo. Pero especialmente el silencio de todos los días. Porque es en estos interminables días, cuando el tumulto parece cubrir nuestras vidas, tan desagradable e incongruente como una manta de lana en una sauna.
Sin embargo, cuando miras más de cerca, el entorno no siempre es tan ruidoso. E incluso en el centro de la ciudad, cuando el metro se detiene, es posible escuchar algunos gramos de silencio.
¿Pero de dónde viene todo este ruido? ¿Este silbido, este tumulto? Para responder a estas preguntas, algunas cobayas dispuestas, y no remuneradas, se colocaron en postura de meditación, en pleno París, con las siguientes instrucciones: abre tus orejas, escucha los sonidos del mundo... y haz un informe. (Ten en cuenta que este pequeño experimento tuvo lugar de una manera completamente ética: ningún ser humano se sintió maltratado durante la grabación.... Excepto un ejecutivo bancario que esos 30 minutos de meditación, sin moverse y sin teléfono, fueron una tortura). Entonces, después del zazen (meditación Zen), los participantes enfatizaron dos cosas:
1. Hay mucho menos ruido en la ciudad de lo que puedas imaginar
2. Sin embargo, en la cabeza, ¡es un verdadero circo! ¡Pensamientos que pasan sin coherencia y sin parar!
Lo cual nos trae, finalmente ;-) al verdadero tema del artículo, a saber: cómo encontrar el silencio interno. Cómo hacer que esta lavadora de pensamientos, lanzada en el modo de centrifugado en nuestra pequeña calabaza, finalmente entre en el modo "lana". O, si lo decimos de manera budista, para que estos pensamientos, incluso efervescentes, sean plenamente vistos y aceptados. Ommm...
¡Amplio programa! Afortunadamente, hay un método disponible para nosotros que puede dominar este silencio paso a paso: la cura del silencio. Aquí está la prescripción, cuidadosamente establecida después de años de pruebas, experimentos, aprendizaje en el laboratorio de la vida.
La dosificación
La cura del silencio es retirarse del mundo por un período: un fin de semana sería ideal, una mañana o algunas horas pueden ser suficientes. Durante este tiempo, te darás cuenta de tus acciones y pensamientos usando varios métodos. Esta conciencia está destinada a reconectarte con el momento presente, con las cosas que estás haciendo en este momento (como leer este artículo), dónde estás (ahora mismo).... Con esto, cuerpo y pensamientos en unidad, tu percepción de la vida cambia.
Aquí hay, por ejemplo, algunos "ejercicios" que se pueden hacer durante tu cura.
Práctica 1: el silencio de los ojos
Durante 5 a 10 minutos, mire hacia abajo, para el suelo, en un ángulo de 45 grados. Deje que los párpados se calmen, los músculos del ojo y las mejillas también... Mantenga los ojos entreabiertos para mantener una Presencia completa, una plena conciencia de lo que está haciendo.
Resultado probable: reconexión con el cuerpo, los pensamientos disminuyen, la mente dirigida en una dirección aprende a reenfocarse
Práctica 2: el silencio de las orejas
En una postura dinámica, sentada o de pie, recupera la conciencia del universo de sonido en el que te bañas. Escucha los sonidos cercanos o lejanos, los diferentes tonos, todo lo que te rodea. Y de repente esta pregunta: ¿Son los sonidos que escuchas dentro o fuera?
Resultado: usted se vuelve a enfocar. Estás tocando de nuevo un cierto sentido de presencia, de la conciencia de estar vivo, aquí y ahora.
Práctica 3: el silencio del cuerpo
Nuestro cuerpo es frecuentemente atravesado por emociones. Estos son en su mayoría inconscientes pero dejan huellas en nuestro "estado de ser". Para promover la circulación natural de las emociones e invitarlas a cruzar realmente sin parar, nada mejor que volver a sentir la respiración. Encuéntrala, invítala a la mesa de la vida.
Resultado: tener una respiración consciente es el primer paso hacia el apaciguamiento. Con tanto esfuerzo de conectarse, la respiración va sola en el abdomen y extiende su fuerza.
Hacerlo con regularidad, en todas las circunstancias.
Precauciones de empleo
No hace falta decir que esta cura no es concebible sin el silencio de las palabras. Los móviles y otras herramientas digitales estarán apagados (sin olvidar advertir a tu entorno) y tendrás que resistir el placer de comentar tu experiencia en tiempo real en Twitter. Off. Silencio. Desconectado del mundo... por el tiempo que usted elija.
También se recomiendan algunos libros inspiradores a su alrededor para sembrar semillas de sabiduría en su conciencia.
Efectos secundarios
Se puede sentir al principio un vacío, una pérdida o cualquier otra emoción desagradable. Es un pasaje. De una vida hiperactiva a un momento de calma. El secreto para superarlo es simplemente aceptarlo. La pérdida es principalmente una sensación física, efímera, que desaparecerá tan pronto como apareció.
Pero una vez que se cruza esta sensación, un gran sentimiento de libertad podrá invadirlo: la libertad de un silencio y una soledad consentida, cuando lo desean, en una vida auténtica.
Si estas pocas líneas lo han inspirado, encontrará muchos ejercicios, explicaciones, ejemplos y anécdotas en el libro La magia del silencio (Editorial Planeta – 2017).
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