- La clínica Mar&Gen de Granada aplica desde hace décadas técnicas de reproducción contra los problemas de fertilidad
- El doctor Tesarik ha conseguido hitos mundiales
40 años de fecundación in vitro: historia de la lucha por la maternidad
En la actualidad las alternativas para conseguir un embarazo y lograr el objetivo de la maternidad y la paternidad son numerosas. Pero esta variedad no siempre ha sido tal y hace apenas unas décadas no era tan fácil el satisfacer el deseo de tener hijos.
La primera Fecundación In Vitro (FIV) se consiguió hace ahora 40 años por parte de Patrick Septoe y Robert G. Edwards, Nobel de Fisiología y Medicina en 2010. Nueve meses después, el 25 de julio de 1978, nacería Louise Brown, el primer 'niño probeta' del mundo. Casi al mismo tiempo, el doctor Jan Tesarik, director de la clínica Mar&Gen de Granada, comenzó también a practicarla, primero en Chequia, donde realizó con éxito su primera fecundación in vitro en 1982, y después, desde hace unos 30 años, en la Granada, adonde llegan personas de todo el mundo para tratarse y conseguir su deseo de ser padres con técnicas ya más avanzadas ya que FIV clásica es ineficaz en más de la mitad de los casos de infertilidad actuales. En España el primer caso fue en 1984.
Desde entonces, ha cambiado mucho la atención. "En las primeras aplicaciones de la FIV no se podía hacer gran cosa. Nació para paliar situaciones donde las Trompas de Falopio estaban obstruidas" y no podía juntarse el óvulo con los espermatozoides. Unas indicaciones bastante limitadas, por lo que se siguió trabajando para mejorar la técnica en base a esa fecundación in vitro primitiva.
Así, de los primeros tiempos en los años 80, donde se desarrolló el "bricolaje técnico" de estos procedimientos y también se comenzó a practicar la crioconservación, se pasó al primer avance en la década de los 90, la "micromanipulación" o ICSI. Con la primera técnica se vio rápido que no se podía hacer nada, por ejemplo, en los casos en los que los hombres presentaban espermatozoides débiles o inmóviles. Así, "se inventó la microinyección, donde se inyecta espermatozoides inmóviles en el óvulo. Tesarik logró el primer embarazo con esta técnica en el hospital americano de París. En el 1995 Tesarik consiguió el primer nacimiento en el mundo de un padre "que no producía espermatozoides", para lo que se utilizaron células inmaduras.
Y faltaba el "tercer paquete del progreso" en esta materia: la parte genética, que comenzó en los años 90 por parte de equipos británicos que realizaron el primer diagnóstico preimplantatorio. En este caso, se abrió la opción de la selección genética de embriones que no fueran portadores de carga genética que desarrollara enfermedades. En este caso, ya no eran sólo técnicas para tener hijos sino para ayudar a parejas fértiles a tener hijos sanos por el riesgo de transmisión de enfermedades hereditarias por parte de los padres.
Así, casi todos los problemas para tener hijos tienen ya solución, aunque no se puede decir aún que todos, como en el caso de mujeres in vagina.
Una realidad a la que siempre acechan las cuestiones éticas, morales y legales, que se mostró contrario a estos condicionantes ya que dice que, como expertos, no exponen a pacientes ni a niños a riesgos injustificados.
Tesarik ha perdido la cuenta ya de cuántos 'hijos' ha tenido ayudando a parejas o familias monoparentales a tener hijos, pero calcula que unos 500 embarazos al año, por lo que se podría hablar de más de 10.000.
Tesarik explica que el secreto del éxito es que cada paciente cuente con la técnica adecuada. Así, en el centro granadinos cuentan con técnicas de fecundación, banco de semen y de óvulos, crioconservación,... y se define no como un médico "paternalista sino como un consejero".
Y cada vez son más las personas que recurren a las técnicas de fertilidad, entre otras cuestiones por el retraso en la maternidad de la mujer, que hace que se reduzca la probabilidad de embarazos naturales. Por eso, Tesarik recomienda "la congelación de óvulos" mientras están en plenas condiciones para poder utilizarlos después. Porque entre los 25 y 30 años los óvulos están en perfectas condiciones para conseguir embarazos y a partir de los 30 comienza el "declive". De hecho, los 35 años son la edad límite de las donantes de óvulos. Pero también afectan al a fertilidad otros factores como el estrés, la contaminación, la alimentación, el tabaco, el alcohol. Todos estos aspectos bajan la calidad tanto de óvulos como de espermatozoides.
Una historia de innovación e investigación que seguirá cambiando en un futuro no muy lejano.
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