BELÉN RICO
La Reina Letizia inaugura la muestra beréber de la Alhambra |
Con puntualidad marcial la Reina Letizia entraba ayer por las puertas del Palacio de Carlos V a las once de la mañana para inaugurar la exposición La Granada zirí y el universo beréber. La muestra, que reúne más de 300 piezas procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, busca ser el primer paso para la puesta en marcha, junto con Marruecos, de un museo beréber permanente en Granada.
Abierta al público en la cripta y la capilla del conjunto monumental hasta el próximo 21 de abril, contextualiza y da a conocer el pueblo beréber y la profunda influencia que ejerció en la Península Ibérica tras su llegada a Al-Ándalus.
El comisario de la muestra, el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Granada Antonio Malpica, ha sido el encargado de guiar a la Reina por las distintas salas. Un recorrido en el que la monarca, estuvo acompañada por el presidente de la Junta, Juanma Moreno; el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao; y el delegado del Gobierno en Andalucía, Lucrecio Fernández.
También asistieron a la inauguración numerosas autoridades como el alcalde de Granada, Luis Salvador; la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo; la consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo; y las directoras del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz, y de la Fundación Legado Andalusí, Concha de Santa Ana. Y junto a ellos un variopinto y curioso grupo de representantes de las fuerzas vivas de la ciudad.
Tras el recorrido, el comisario destacaba el interés de la Reina por todas las cuestiones relativas a la historia del pueblo beréber que se muestran en la selección de piezas, que combina huellas arqueológicas, con referencias etnográficas y antropológicas.
La exposición contextualiza y da a conocer a este pueblo, también conocido como amazig, y la profunda influencia que ejercieron en la Península Ibérica tras su llegada a Al-Ándalus. Sobre todo de la dinastía zirí que, procedente del Norte de África y gobernadores de la taifa de Elvira, decidió en el siglo XI establecer su capital en Granada, lo que dejó una indeleble huella en su configuración urbana.
La colección se distribuye en cuatro salas. La primera aborda el origen del mundo beréber. La segunda analiza su influencia en la península y la impronta de la Granada zirí a través de piezas, como el surtidor de fuente con forma de León de la colección del Museo Nacional de Setif, procedente de los Banu Hammad; el bote de marfil de la Catedral de Narboma y la arqueta de marfil y esmaltes de Santo Domingo de Silos, que se encuentra en el Museo de Burgos.
El visitante también podrá contemplar la colección de piezas del siglo XI del Museo del Louvre, entre otras, un pequeño fragmento de loza dorada con epigrafía, el brocal de pozo del Museo de Santa Cruz de Toledo, el tesorillo de moneda del de Jaén o los huevos de avestruz de la necrópolis de Villaricos de Almería del Museo Arqueológico Nacional.
La sala central gira en torno a las grandes dinastías norteafricanas (los almorávides primero y los almohades después) mientras que la última, ubicada en el zaguán y la cripta, está dedicada a las formas de vida de los beréberes a través de la colección de la Fundación Doctora Leila Mezian.
Esta colección sirve además de prolongación y actualización de la entidad cultural de los amazigues, que si bien han estado situados en el mundo islámico, siempre han contado con una marcada personalidad propia y ofrece el testimonio etnográfico y antropológico de formas de vida tanto campesinas y ganaderas como urbanas y artesanales.
Organizada por el Patronato de la Alhambra y Generalife y la Fundación Legado Andalusí, en colaboración con el Consejo de Europa, la exposición se completa con un espacio audiovisual con videos sobre la Granada zirí y las taifas de la península ibérica, así como varios trabajos producidos por Dounia Benjelloun sobre el pueblo amazig.
Se estima que este pueblo, cuyo legado histórico y artesanal aún pervive en muchas de las producciones del Norte de África, está actualmente conformado por más de 35 millones de personas.
Tras recorrer la exposición y saludar a todos los asistentes, doña Letizia desafió al frío del diciembre granadino con uno de sus outfit favoritos, un traje de Felipe Varela de chaqueta y falda de capa gris que estrenó para el desfile del Día de la Hispanidad de 2017 y con el que recorrió diversas estancias de los palacios nazaríes.
Aupada en unos empinados estiletos azules, cruzó el Patio de los Arrayanes y se dirigió a la Sala de los Reyes, donde recientemente concluyó la rehabilitación de las pinturas sobre cuero de sus tres bóvedas, únicas por su técnica y por la representación figurativa.
A su paso por el Patio de los Leones, camino de la Sala de los Reyes, se cruzó con un grupo de escolares a los que saludó y se hizo algunas fotos. Su visita concluyó con la firma en el libro honor de la Alhambra, en el Peinador de la Reina, para lo que estrenó el tomo número 14, encuadernado por Cáritas según fuentes del Patronato de la Alhambra.
Una imagen similar se repitió sobre las 12:15 horas, cuando un grupo de unas 70 personas congregadas a tras los cordones de seguridad instalados para la ocasión en la explanada del Palacio de Carlos V pudo saludar a la monarca.
La mayoría eran también estudiantes, unos venidos de Fuentes del Maestre (Badajoz) y otros de un instituto de Armilla, el Bueno Crespo. Tanto los alumnos como algunos turistas españoles y asiáticos pudieron dar la mano a la monarca en una actividad que para ellos fue sorpresiva y sobrevenida pero para otros supuso una gran ilusión. Ese fue el caso de José María García Pertíñez, que aguardaba desde primera hora de la mañana y por fin pudo hacerse su ansiado selfie con la Reina Letizia.
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