- Trucos y consejos para controlar los excesos de estas fiestas y remediarlos cuando ya es demasiado tarde.
Las comidas navideñas copan las agendas y causan estragos en el aparato digestivo. |
La Navidad es sinónimo de excesos. Innumerables comidas de empresa, reuniones de amigos y compromisos familiares colman las agendas de citas que derivan en atracones que no dan respiro al sistema digestivo. La buena noticia es que evitarlos, o al menos controlarlos, es posible con algunos trucos sencillos que implican prestar más atención al diseño de los menús, "optando por alternativas saludables, sin olvidar que hay que disfrutar". Este es el principal consejo del doctor José Antonio Irles, responsable de Nutrición y Dietética del Hospital Virgen de Valme.
Cómo comer en Navidad
"El agua no hace daño". Irles repara en que muchas veces se olvida incluso ofrecerla en la mesa y asegura que "los dos litros de líquido que deben consumirse al día no pueden estar compuestos sólo de alcohol, porque aumenta el valor calórico de la ingesta" y, además, "en lugar de hidratar, deshidrata", añade Álvaro Alcaide, médico de Atención Primaria en el Distrito Sanitario Sevilla Norte-Aljarafe. Alternativas al agua podrían ser zumos naturales de frutas de temporada (manzana, plátano, pera) y, dentro de la amplia gama de bebidas alcohólicas que hay en el mercado, lo acertado sería decantarse por aquéllas que, como la sidra, tienen una graduación menor.
Elegir platos ligeros como la ensalada con frutas es una opción para evitar excesos navideños. |
"Es fácil aligerar los aperitivos y el picoteo sustituyendo los canapés elaborados, embutidos o patés, muy grasos y contundentes, por frutos secos, pasas o pequeños bocados con fruta troceada y aliñada o vistosos palitos de apio y zanahoria u otras verduras", recomienda Irles.
Servir caldo o cremas de verduras como primer plato permitiría a los cocineros de la familia lucirse descartando recetas contundentes, que se reservarían para la opción principal.
La carne o el pescado suelen ser los protagonistas de estas copiosas comidas. No es cuestión de prescindir de ellos en favor de reducir calorías pero, según el nutricionista, es importante elegir el modo correcto de cocinado. "Hay que reducir los fritos, porque doblan la pesadez de los alimentos, y en su lugar hacer asados, guisos o ensaladas". Otro modo de hacer más saludables estos banquetes es modificando las guarniciones tradicionales, "sustituyendo las típicas patatas fritas que suelen acompañar al plato principal por verduras de invierno aliñadas y sazonadas, como son los espárragos blancos, las alcachofas o las setas, consiguiendo así combinaciones sabrosas, sanas y no muy caras", sugiere Irles.
En esta época del año los postres que coronan estos festines suelen ser especialmente contundentes. Reemplazar los dulces navideños por fruta preparada y aderezada con especias como la canela permite restar pesadez al estómago, que podría acabar resintiéndose después al menos dos semanas de abusos culinarios.
Consejos para vencer el empacho
Pero, ¿qué debemos hacer cuándo ya nos hemos pasado comiendo? José Antonio Irles recomienda recurrir a una dieta de la recuperación que deje descansar al aparato digestivo.
Cata de infusiones. |
Este plan de choque ayudará a desintoxicar el cuerpo de los excesos previos con frutas, sopas y ensaladas. Tomar jamón cocido, queso fresco y otras típicas comidas de régimen que facilitan las digestiones.
El típico bocarbonato o las sales de frutas, a pesar de que ayuda a expulsar gases y su capacidad para combatir la sensación de pesadez, ya no se aconsejan tanto por su alto contenido en sal. En su lugar, Irlés prefiere recurrir a remedios naturales como beber mucha agua e infusiones de herboristería tipo menta-poleo, que aportan un efecto tonificante que alivia y sobrepone el cuerpo de los excesos de grasas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario