No tiene cura, pero sí tratamiento.
Por
Margarita Lázaro
“Sí, sí, me ha dado. Me ha dado un poquito”, reveló este miércoles Jordi Évole durante su visita a El Hormiguero (Antena 3). “Es lo de la cataplexia”, continuó el presentador tras pasarse varios segundos con la cabeza sobre la mesa.
En ese momento el conductor de Los de Évole (laSexta) no podía incorporarse con facilidad. Detrás de ese casi desmayo está la cataplexia, la enfermedad que le diagnosticaron a principios de 2019. “Ahora me desmayo menos porque me medico”, le contó a Pablo Motos, a quien el pasado 2 de mayo le habló por primera vez de este diagnóstico.
“Me di cuenta de que cuando me entraba la risa con según qué amigos, me entraba una flojera de cuerpo, pero de caerme, de no poder sostenerme recto. Es algo que le hacía mucha gracia a la gente, en plan, ‘mira, se cae de la risa’. Es como simpático, gracioso, pero realmente pierdo la musculatura y me caigo”, contó entonces. La risa que le provocó este miércoles la anécdota de Pablo Motos fue la que le originó ese desvanecimiento.
¿Qué es la cataplexia?
La cataplexia es un episodio transitorio de “pérdida brusca del tono muscular” que puede acabar con “caída al suelo”, según describe un informe de la Asociación Española de Pediatría. “Frecuentemente está desencadenada por la risa”, continúa el texto, y no suele ir acompañada de pérdida de consciencia. Un episodio de cataplexia es breve y no dura más de dos minutos.
“Frecuentemente está desencadenada por la risa, continúa el texto, y no suele ir acompañada de pérdida de cosciencia”
Según recoge un artículo de la BBC, “se debe a la entrada brusca en sueño paradójico o de movimiento ocular rápido (conocido como fase REM, por sus siglas en inglés) y forma parte de la tétrada característica de la narcolepsia”. Por tétrada se entienden los síntomas principales de esta enfermedad del sueño: excesiva somnolencia diurna, cataplexia, alucinaciones y parálisis del sueño.
Aunque los ataques de risa son el principal desencadenante de la cataplexia, también puede producirse por otras emociones fuertes como miedo o sorpresa. “Es incontrolable porque las emociones según vienen no las puedes controlar”, aseguró en una entrevista Enrique López, presidente de la Asociación Española de Narcolepsia.
“La musculatura te falla, notas que te falta la fuerza en los brazos, no lo puedes controlar. Si tienes algunas cosas en la mano en ese momento se pueden caer al suelo”, continúa. Esa pérdida de vigor muscular suele producirse en mandíbula, cabeza y extremidades, según la Asociación Española del Sueño. Otros efectos de un ataque catapléxico son dificultad a la hora de hablar o alteraciones visuales, particularmente visión borrosa o doble.
No tiene cura
Esta enfermedad, que afecta al 70% de los pacientes con narcolepsia (25.000 diagnosticados), no tiene cura, pero sí tratamiento. “Con el tiempo puedes acabar controlando esas emociones, por lo que no tiene que causar grandes problemas”, asegura López.
Para tratar la cataplexia se recurre principalmente al oxibato de sodio, un fármaco que también es eficaz para combatir la somnolencia diurna. También puede abordarse con estimulantes o antidepresivos.
Los pacientes deberían seguir también una buena rutina del sueño para prevenir los ataques y aprender a identificar los síntomas previos para reaccionar a tiempo cuando empiece un episodio.
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