Miles de familias de los municipios de Gualchos-Castell de Ferro, Lújar y Rubite se enfrentan a pérdidas de más de 120 millones por la sequía y una "mala gestión" de los recursos hídricos
ROSA FERNÁNDEZ MOTRIL 
Los miembros de la Comunidad de Regantes El Espinar son algunos de los afectados por un problema al que ningún agricultor le gustaría enfrentarse: la falta de agua en el campo y la imposibilidad de regar. Sin embargo, hay muchos más. Los propios damnificados calculan que miles de familias de los municipios de Gualchos-Castell de Ferro, Lújar y Rubite, una zona en la que la inmensa mayoría de sus vecinos vive de la agricultura.
Además, se da la circunstancia agravante de que este varapalo, que supondría la puntilla (la crisis del e-coli o el veto de Rusia dicen que es "nada" al lado de esto) a sus maltrechas economías, de que este episodio está ocurriendo en el momento más importante del año para la economía de toda una comarca: durante la plantación y siembra del producto, sobre todo, pepino, que copa el 90% de la producción. De hecho, la Costa Tropical es la más fuerte en esta campaña en toda Andalucía, por lo que las consecuencias pueden ser muy graves.
En principio, el presidente de la cooperativa El Grupo, de Castell de Ferro, Fulgencio Torres, estima que se puede estar hablando de una superficie de cultivo de unas 1.300 hectáreas y de unos 120 millones de euros de pérdidas.
Los regantes de los municipios granadinos de Gualchos-Castell de Ferro, Lújar y Rubite, según pudo comprobar ayer este periódico, estaban muy nerviosos al ver mermado el caudal de agua de regadío proveniente del Río Guadalfeo con el que usualmente riegan sus cultivos. Sobre todo, se indignan cuando comprueban que 'su agua' se está tirando al mar. "Yo he visto cómo se están derramando unos 500 litros por segundo", afirma el presidente de la asociación de usuarios El Espinar, José Fernando García.
En opinión de este miembro de la directiva de la Comunidad de Regantes La Unión, que aglutina a las demás de la zona, "hay que gestionar mejor los recursos que tenemos, la administración tiene que hacerse más responsable y poner normas para que el agua llegue adonde tiene que llegar, pues hay agua".
También Faeca Granada mostró ayer su preocupación por la falta de agua de riego proveniente del Río Guadalfeo que afecta a estos municipios de la Costa. Su director, Gustavo Ródenas, aseguró que "esta sensible problemática resulta insostenible, ya que los agricultores pueden perder en unos días las plantaciones que han sembrado recientemente debido a que no disponen del caudal necesario para el desarrollo de los cultivos". Y es que la mayor parte de los productores afectados se han visto obligados a retrasar la siembra, manteniendo sus plantas en los semilleros a la espera de que se resuelva la problemática con el caudal del Guadalfeo. Pero no pueden esperar más. Según añade Fulgencio Torres, "sobre todo, el pepino se tiene que plantar estos días". Solucionar este conflicto después ya no tendría sentido, pues ahora no pueden recurrir ni siquiera a los pozos, pues se han salinizado, debido a la subida del nivel freático y la falta de lluvia.
Según Ródenas, las consecuencias económicas y sociales de la falta de recursos hídricos serán "desastrosas" en una zona en la que miles de familias viven directa o indirectamente del cultivo de hortalizas. "La preocupación es máxima cuando los agricultores deben afrontar las cuantiosas inversiones que requieren los preparativos de la siembra y recolección (desinfecciones, cubiertas, abonado…)".
De ahí que Faeca haya trasladado su apoyo, solidaridad y cooperación a la cooperativa y a los agricultores afectados. Por ello, a través de su gabinete técnico y jurídico la federación investigará los motivos que han llevado a la reducción del suministro de riego, comprometiéndose a elevar a las más altas instancias institucionales las causas de este conflicto y la demanda de su inmediata resolución.
La Federación de Agricultores, asimismo, exigirá el cumplimiento de la legalidad vigente en materia de gestión de recursos hídricos, además de la compensación a los afectados de todas las responsabilidades económicas y legales derivadas de esta problemática
Además, se da la circunstancia agravante de que este varapalo, que supondría la puntilla (la crisis del e-coli o el veto de Rusia dicen que es "nada" al lado de esto) a sus maltrechas economías, de que este episodio está ocurriendo en el momento más importante del año para la economía de toda una comarca: durante la plantación y siembra del producto, sobre todo, pepino, que copa el 90% de la producción. De hecho, la Costa Tropical es la más fuerte en esta campaña en toda Andalucía, por lo que las consecuencias pueden ser muy graves.
En principio, el presidente de la cooperativa El Grupo, de Castell de Ferro, Fulgencio Torres, estima que se puede estar hablando de una superficie de cultivo de unas 1.300 hectáreas y de unos 120 millones de euros de pérdidas.
Los regantes de los municipios granadinos de Gualchos-Castell de Ferro, Lújar y Rubite, según pudo comprobar ayer este periódico, estaban muy nerviosos al ver mermado el caudal de agua de regadío proveniente del Río Guadalfeo con el que usualmente riegan sus cultivos. Sobre todo, se indignan cuando comprueban que 'su agua' se está tirando al mar. "Yo he visto cómo se están derramando unos 500 litros por segundo", afirma el presidente de la asociación de usuarios El Espinar, José Fernando García.
En opinión de este miembro de la directiva de la Comunidad de Regantes La Unión, que aglutina a las demás de la zona, "hay que gestionar mejor los recursos que tenemos, la administración tiene que hacerse más responsable y poner normas para que el agua llegue adonde tiene que llegar, pues hay agua".
También Faeca Granada mostró ayer su preocupación por la falta de agua de riego proveniente del Río Guadalfeo que afecta a estos municipios de la Costa. Su director, Gustavo Ródenas, aseguró que "esta sensible problemática resulta insostenible, ya que los agricultores pueden perder en unos días las plantaciones que han sembrado recientemente debido a que no disponen del caudal necesario para el desarrollo de los cultivos". Y es que la mayor parte de los productores afectados se han visto obligados a retrasar la siembra, manteniendo sus plantas en los semilleros a la espera de que se resuelva la problemática con el caudal del Guadalfeo. Pero no pueden esperar más. Según añade Fulgencio Torres, "sobre todo, el pepino se tiene que plantar estos días". Solucionar este conflicto después ya no tendría sentido, pues ahora no pueden recurrir ni siquiera a los pozos, pues se han salinizado, debido a la subida del nivel freático y la falta de lluvia.
Según Ródenas, las consecuencias económicas y sociales de la falta de recursos hídricos serán "desastrosas" en una zona en la que miles de familias viven directa o indirectamente del cultivo de hortalizas. "La preocupación es máxima cuando los agricultores deben afrontar las cuantiosas inversiones que requieren los preparativos de la siembra y recolección (desinfecciones, cubiertas, abonado…)".
De ahí que Faeca haya trasladado su apoyo, solidaridad y cooperación a la cooperativa y a los agricultores afectados. Por ello, a través de su gabinete técnico y jurídico la federación investigará los motivos que han llevado a la reducción del suministro de riego, comprometiéndose a elevar a las más altas instancias institucionales las causas de este conflicto y la demanda de su inmediata resolución.
La Federación de Agricultores, asimismo, exigirá el cumplimiento de la legalidad vigente en materia de gestión de recursos hídricos, además de la compensación a los afectados de todas las responsabilidades económicas y legales derivadas de esta problemática
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