En noviembre de 2004 llegaron a Granada las primeras líneas celulares embrionarias, procedentes de Suecia Diez años después, Andalucía cuenta con un biobanco con más de 800.000 muestras para la investigación
SUSANA VALLEJO GRANADA
El 9 de noviembre de 2004 la sanidad andaluza, y granadina en particular, vivió uno de los hitos más importantes de las últimas décadas. Profesionales sanitarios, políticos, medios de comunicación, pacientes... todo el mundo estaba pendiente de la llegada a España de las primeras líneas celulares obtenidas de células troncales embrionarias. Procedían del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), iban a ser utilizadas por el científico Bernat Soria -después ministro de Sanidad con el PSOE y mentor de la investigación celular en España- y suponían el inicio de la actividad del Banco de Células Madre de Granada.
Ahora, diez años después, el material sigue siendo el mismo pero multiplicado, la organización se ha convertido en una red de bancos andaluces y los investigadores avanzan en sus estudios, dejando atrás lo que fue un proyecto, un futurible, y sentando ya las bases de una investigación real con posibles frutos. Y algunos hay ya.
El banco de células madre de Granada comenzó a funcionar en enero de 2004 pero no fue hasta noviembre cuando recibió las primeras líneas celulares, dos en concreto. Para eso la Junta de Andalucía tuvo que superar no pocas trabas administrativas y recursos del Gobierno del PP, además de hacer frente a los numerosos debates éticos que surgieron sobre el uso de las células madre embrionarias.
Desde entonces, el banco ha pasado por varias fases hasta convertirse en lo que es ahora. En 2004 comenzó a funcionar con el experto Ángel Concha como director en unas instalaciones provisionales en el Hospital Virgen de las Nieves. En 2006 asumió la dirección el investigador Pablo Menéndez, experto en leucemia infantil, con el objetivo de relanzar su proyección internacional. En 2007 se trasladó a sus instalaciones del Parque Tecnológico de la Salud (en el Centro de Investigaciones Biomédicas) y en 2013 se crea el Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucía, cuya área de investigación que se gestiona desde Granada aglutina al banco de células madre y al resto de biobancos hospitalarios andaluces (en total son 26 unidades) tanto de células, tejidos o muestras biológicas para uso terapéutico o de investigación. Todo bajo la coordinación de Blanca Miranda.
El equipo lo forman 56 personas en el área de investigación y 490 en cuanto al uso terapéutico o asistencial. Con este potencial, el Biobanco participa en 450.000 procedimientos terapétucos al año y en 2013, por ejemplo, ayudó a 298 proyectos de investigación con más de 10.000 recursos distribuídos. En este tiempo han sido muchas las colaboraciones pero se multiplicaron exponencialmente desde 2010 y sobre todo en 2011. Así, por ejemplo, en 2008 o 2009 se atendía a una decena de proyectos; en 2010 se rozaron ya los 50; en 2011 se superaron los 120; en 2012, los 160 y ya el año pasado se rozaron los 300. En todo este tiempo, han dado recursos a más de 600 proyectos.
Respecto al material con el que cuenta el Biobanco, los datos hablan por sí solos. De las dos líneas celulares que llegaron hace diez años ahora hay más de 20 líneas embrionarias y 40 pluripotentes (IPS), de adulto. Líneas que se pueden expandir sin fin a demanda de los investigadores y generar millones de células, un servicio que se realiza 'a la carta'. "Nosotros tenemos las líneas celulares y cuando un investigador nos demanda material se descongelan y se expanden para conseguir lo solicitado. Y así cada vez que nos piden algo", asegura la coordinadora. En el proceso se tarda unos 20 días.
"En 2004 había gran expectación por encontrar soluciones en medicina regenerativa y las células madre embrionarias eran una fuente de estudio importante por su versatilidad", explica Miranda. En 2007 se hicieron los primeros estudios con células reprogramadas y en 2008 continuaron los avances a nivel mundial con el descubrimiento de diferentes mecanismos para transformar las células en pluripatológicas.
El banco de Granada no ha permanecido ajeno a estos avances y también ha colaborado en importantes proyectos sobre leucemia, diabetes, parkinson, alzheimer, rechazo de trasplante de médula... "Aunque no lo pueda parecer se ha avanzado mucho", insiste Miranda.
Pero sí es verdad que en lo que se ha avanzado más es en lo que es visible al mundo científico más que al ciudadano de a pie. Pero todo es necesario para conseguir resultados. Primero hay que conocer bien las células para luego saber aplicarlas.
La importancia del Biobanco es su colección de muestras y "lo que puede conseguir". Al funcionar en red con todos los hospitales y centros andaluces puede conseguir casi cualquier muestra solicitada por un científico y conservada "en el mejor formato", en el cuerpo humano hasta que se necesita en el laboratorio. En total, tiene más de un millón de muestras al sumarse las células , ADN y tejidos además de la red de bancos de tumores. Un tercio de las muestras son tumorales.
Los recursos del Biobanco llegan hoy de diferentes fuentes: la colección propia del banco (176.347 muestras), las colecciones de investigadores (tienen 110 que en total suponen 765.885 muestras de 289.267 sujetos, registradas, procesadas, conservadas y disponibles para su uso en investigación), las colecciones de muestras de archivos asistenciales, y el registro de donantes, de nueva creación y el primero en el mundo para I+D. El objetivo es conseguir una base de datos de personas enfermas y sanas que quieran ser donantes "por si hace falta algo avisarles y que se conviertan en donantes reales".
El número de muestras no deja de crecer. El año pasado se recibieron 74.646 de todas las provincias andaluzas. De Málaga (43,52%); Sevilla (17,81%); Granada (14,69%) y Córdoba (13,39%), sobre todo. Las muestras son de neoplasias, enfermedades digestivas, controles sanos, enfermedades circulatorias, del sistema nervioso o endocrinas, entre otras. En 2013, se incrementó la entrada de muestras un 250% (74.646 frente a las 28.965 de 2012).
En investigación la función del banco no es sólo proporcionar material, sino también proporcionar las técnicas de procesamiento de las células necesarias para la investigación. Según la coordinadora, los servicios están casi al 50% entre el servicio de muestras y la realización de tratamientos con técnicas especializadas. Servicios que, tanto los de provisión de material como los de técnicas, pueden llegar a costar miles de euros.
Las células se conservan tanto en la sede del biobanco como en los bancos de los hospitales. Están en nitrógeno líquido crioconservadas para poder tenerlas vivas y que no pierdan propiedades. Las muestras líquidas de AANN y tejidos también están congeladas.
En cuanto a las solicitudes de material, llegan de cualquier punto del país y hasta de otros países. Con todo, según Miranda, entre el 40 y el 43% de los proyectos no se pueden servir porque no tienen la muestra en su formato o de la especificidad que necesitan.
"Para dar material o un servicio nos tienen que informar del proyecto, solicitar lo que quieren, conseguir un informe de viabilidad por parte del banco, pasar por el comité ético y científico de Andalucía, acordar el presupuesto remitido y firmar un acuerdo de transferencia de material", explica la coordinadora. A los investigadores andaluces, que son colectores del biobanco, se les emite una factura informativa sin coste. Con el resto de investigadores se persigue la autosuficiencia del servicio, es decir, se cobra sobre coste de trabajo sin recargo. En función de lo que soliciten (también se piden muestras para screening y de población general para estudios genéricos sobre la salud), la tarifa y el tiempo en conseguirlo cambia.
En definitiva, toda una red que se ha convertido en el mejor distribuidor para los investigadores y que aumenta el potencial de Andalucía en investigación biomédica con un único objetivo: llegar a mejorar la salud de los ciudadanos.
Ahora, diez años después, el material sigue siendo el mismo pero multiplicado, la organización se ha convertido en una red de bancos andaluces y los investigadores avanzan en sus estudios, dejando atrás lo que fue un proyecto, un futurible, y sentando ya las bases de una investigación real con posibles frutos. Y algunos hay ya.
El banco de células madre de Granada comenzó a funcionar en enero de 2004 pero no fue hasta noviembre cuando recibió las primeras líneas celulares, dos en concreto. Para eso la Junta de Andalucía tuvo que superar no pocas trabas administrativas y recursos del Gobierno del PP, además de hacer frente a los numerosos debates éticos que surgieron sobre el uso de las células madre embrionarias.
Desde entonces, el banco ha pasado por varias fases hasta convertirse en lo que es ahora. En 2004 comenzó a funcionar con el experto Ángel Concha como director en unas instalaciones provisionales en el Hospital Virgen de las Nieves. En 2006 asumió la dirección el investigador Pablo Menéndez, experto en leucemia infantil, con el objetivo de relanzar su proyección internacional. En 2007 se trasladó a sus instalaciones del Parque Tecnológico de la Salud (en el Centro de Investigaciones Biomédicas) y en 2013 se crea el Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucía, cuya área de investigación que se gestiona desde Granada aglutina al banco de células madre y al resto de biobancos hospitalarios andaluces (en total son 26 unidades) tanto de células, tejidos o muestras biológicas para uso terapéutico o de investigación. Todo bajo la coordinación de Blanca Miranda.
El equipo lo forman 56 personas en el área de investigación y 490 en cuanto al uso terapéutico o asistencial. Con este potencial, el Biobanco participa en 450.000 procedimientos terapétucos al año y en 2013, por ejemplo, ayudó a 298 proyectos de investigación con más de 10.000 recursos distribuídos. En este tiempo han sido muchas las colaboraciones pero se multiplicaron exponencialmente desde 2010 y sobre todo en 2011. Así, por ejemplo, en 2008 o 2009 se atendía a una decena de proyectos; en 2010 se rozaron ya los 50; en 2011 se superaron los 120; en 2012, los 160 y ya el año pasado se rozaron los 300. En todo este tiempo, han dado recursos a más de 600 proyectos.
Respecto al material con el que cuenta el Biobanco, los datos hablan por sí solos. De las dos líneas celulares que llegaron hace diez años ahora hay más de 20 líneas embrionarias y 40 pluripotentes (IPS), de adulto. Líneas que se pueden expandir sin fin a demanda de los investigadores y generar millones de células, un servicio que se realiza 'a la carta'. "Nosotros tenemos las líneas celulares y cuando un investigador nos demanda material se descongelan y se expanden para conseguir lo solicitado. Y así cada vez que nos piden algo", asegura la coordinadora. En el proceso se tarda unos 20 días.
"En 2004 había gran expectación por encontrar soluciones en medicina regenerativa y las células madre embrionarias eran una fuente de estudio importante por su versatilidad", explica Miranda. En 2007 se hicieron los primeros estudios con células reprogramadas y en 2008 continuaron los avances a nivel mundial con el descubrimiento de diferentes mecanismos para transformar las células en pluripatológicas.
El banco de Granada no ha permanecido ajeno a estos avances y también ha colaborado en importantes proyectos sobre leucemia, diabetes, parkinson, alzheimer, rechazo de trasplante de médula... "Aunque no lo pueda parecer se ha avanzado mucho", insiste Miranda.
Pero sí es verdad que en lo que se ha avanzado más es en lo que es visible al mundo científico más que al ciudadano de a pie. Pero todo es necesario para conseguir resultados. Primero hay que conocer bien las células para luego saber aplicarlas.
La importancia del Biobanco es su colección de muestras y "lo que puede conseguir". Al funcionar en red con todos los hospitales y centros andaluces puede conseguir casi cualquier muestra solicitada por un científico y conservada "en el mejor formato", en el cuerpo humano hasta que se necesita en el laboratorio. En total, tiene más de un millón de muestras al sumarse las células , ADN y tejidos además de la red de bancos de tumores. Un tercio de las muestras son tumorales.
Los recursos del Biobanco llegan hoy de diferentes fuentes: la colección propia del banco (176.347 muestras), las colecciones de investigadores (tienen 110 que en total suponen 765.885 muestras de 289.267 sujetos, registradas, procesadas, conservadas y disponibles para su uso en investigación), las colecciones de muestras de archivos asistenciales, y el registro de donantes, de nueva creación y el primero en el mundo para I+D. El objetivo es conseguir una base de datos de personas enfermas y sanas que quieran ser donantes "por si hace falta algo avisarles y que se conviertan en donantes reales".
El número de muestras no deja de crecer. El año pasado se recibieron 74.646 de todas las provincias andaluzas. De Málaga (43,52%); Sevilla (17,81%); Granada (14,69%) y Córdoba (13,39%), sobre todo. Las muestras son de neoplasias, enfermedades digestivas, controles sanos, enfermedades circulatorias, del sistema nervioso o endocrinas, entre otras. En 2013, se incrementó la entrada de muestras un 250% (74.646 frente a las 28.965 de 2012).
En investigación la función del banco no es sólo proporcionar material, sino también proporcionar las técnicas de procesamiento de las células necesarias para la investigación. Según la coordinadora, los servicios están casi al 50% entre el servicio de muestras y la realización de tratamientos con técnicas especializadas. Servicios que, tanto los de provisión de material como los de técnicas, pueden llegar a costar miles de euros.
Las células se conservan tanto en la sede del biobanco como en los bancos de los hospitales. Están en nitrógeno líquido crioconservadas para poder tenerlas vivas y que no pierdan propiedades. Las muestras líquidas de AANN y tejidos también están congeladas.
En cuanto a las solicitudes de material, llegan de cualquier punto del país y hasta de otros países. Con todo, según Miranda, entre el 40 y el 43% de los proyectos no se pueden servir porque no tienen la muestra en su formato o de la especificidad que necesitan.
"Para dar material o un servicio nos tienen que informar del proyecto, solicitar lo que quieren, conseguir un informe de viabilidad por parte del banco, pasar por el comité ético y científico de Andalucía, acordar el presupuesto remitido y firmar un acuerdo de transferencia de material", explica la coordinadora. A los investigadores andaluces, que son colectores del biobanco, se les emite una factura informativa sin coste. Con el resto de investigadores se persigue la autosuficiencia del servicio, es decir, se cobra sobre coste de trabajo sin recargo. En función de lo que soliciten (también se piden muestras para screening y de población general para estudios genéricos sobre la salud), la tarifa y el tiempo en conseguirlo cambia.
En definitiva, toda una red que se ha convertido en el mejor distribuidor para los investigadores y que aumenta el potencial de Andalucía en investigación biomédica con un único objetivo: llegar a mejorar la salud de los ciudadanos.
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