La compañía Stage Entertainment, que prepara 'Los Miserables', convocó un casting para niñas de entre seis y nueve años Alrededor de noventa niñas preseleccionadas cantaron en la prueba
JUANJO BALAGUER GRANADA
"Quiero estar en Los Miserables", gritaron al unísono los grupos de niñas, entre seis y nueve años, que ayer se presentaron al casting, convocado en el Auditorio Manuel de Falla, para entrar en la selección que las llevará a interpretar a dos de los personajes de la obra Los Miserables, que la compañía Stage Entertainment trae a España, en un gira que pasará por Granada a finales de noviembre.
El gerente de la compañía y director de casting, Luis Sala, pidió a las niñas que gritaran en conjunto ese deseo individualizado, porque "cuando es un casting para niños, intentamos que no sea como el típico para adultos donde entran uno por uno, como si fuera un examen"; así, las participantes no están nerviosas, sino tranquilas y relajadas "como si estuvieran en el patio de casa, porque así es como se puede sacar el máximo de las niñas", defendió Sala.
Todas lo gritaron pero sólo cuatro serán elegidas: dos para interpretar el papel de Cosette y otras dos para interpretar el papel de Eponine. Ambos personajes tienen la misma edad, y viven una transición en la obra, de ahí que sean "dos Eponines y dos Cosettes", que deben cumplir el perfil requerido para la obra: más o menos la misma estatura y más o menos la misma edad. Y por supuesto, que canten e interpreten bien, sin solicitar currículum ni esperar ninguna trayectoria previa. "Ojalá lo consigamos, porque es muy difícil", asegura Sala. Pasará poco más de un mes desde la convocatoria del casting hasta el estreno de la obra en Granada, que será el 28 de noviembre y durará hasta el 30 del mismo mes. En ese tiempo, las niñas deberán estar preparadas para subir al escenario, pero Sala indica que no será difícil: "nos sobra tiempo, los niños son esponjitas, y además los personajes de Eponine y Cosette son sencillos".
El casting se organizó mediante la división de las aspirantes, que fueron en compañía de sus padres, en tres grupos de treinta niñas aproximadamente. Se realizó una selección previa, ha indicado Sala, donde se descartó a las niñas que no cumplían con los requisitos estipulados. Las seleccionadas entraron con su grupo, sentándose en un círculo presidido por el director de casting. La conversación comenzó en torno al conocimiento que ellas tienen acerca de la obra, sobre si saben quiénes son Cosette y Eponine o si pueden cantar la canción, que previamente se les envió por email. Al fondo de la sala, en una zona apartada del círculo recién creado, una pianista comenzó a tocar la canción que las niñas debían conocer, Castillo de cristal. "Ahí ya se ha roto el hielo", expresa Sala, "entonces podemos comenzar a trabajar, y cantan todas juntas". Pero sólo al principio, a modo de preparación, para cantar después en grupos de tres. "Enseguida ves, cuando una niña empieza a cantar, si irá bien o no; si ves que sí, intentas sacarle una expresión determinada, porque pueden cantar bien, interpretar bien, pero queremos que transmitan, que tengan esa naturalidad tan buscada y que algunas poseen de forma innata", prosiguió el director de casting.
Que lo importante es participar, como avisa Sala a las niñas después de la audición, es algo que ellas pensarán el viernes, cuando la esperada llamada suene en sus casas o no lo haga. Y "que lo pasen bien y tengan una experiencia más", como decía uno de los padres allí presentes. Que eso es lo fundamental lo sabrán, como todas las demás, Claudia, Inés, María, Ana, África, Ainara, algunas de las niñas que acudieron ayer y se presentaron una a una en ese improvisado círculo de canto que se formó para escuchar sus voces, justo después de gritar que quieren estar en Los Miserables para que "se escuche en toda Granada", como animaba el gerente de la compañía encargada de estrenar esta obra que esperan, sin duda, resuene en toda la ciudad.
El gerente de la compañía y director de casting, Luis Sala, pidió a las niñas que gritaran en conjunto ese deseo individualizado, porque "cuando es un casting para niños, intentamos que no sea como el típico para adultos donde entran uno por uno, como si fuera un examen"; así, las participantes no están nerviosas, sino tranquilas y relajadas "como si estuvieran en el patio de casa, porque así es como se puede sacar el máximo de las niñas", defendió Sala.
Todas lo gritaron pero sólo cuatro serán elegidas: dos para interpretar el papel de Cosette y otras dos para interpretar el papel de Eponine. Ambos personajes tienen la misma edad, y viven una transición en la obra, de ahí que sean "dos Eponines y dos Cosettes", que deben cumplir el perfil requerido para la obra: más o menos la misma estatura y más o menos la misma edad. Y por supuesto, que canten e interpreten bien, sin solicitar currículum ni esperar ninguna trayectoria previa. "Ojalá lo consigamos, porque es muy difícil", asegura Sala. Pasará poco más de un mes desde la convocatoria del casting hasta el estreno de la obra en Granada, que será el 28 de noviembre y durará hasta el 30 del mismo mes. En ese tiempo, las niñas deberán estar preparadas para subir al escenario, pero Sala indica que no será difícil: "nos sobra tiempo, los niños son esponjitas, y además los personajes de Eponine y Cosette son sencillos".
El casting se organizó mediante la división de las aspirantes, que fueron en compañía de sus padres, en tres grupos de treinta niñas aproximadamente. Se realizó una selección previa, ha indicado Sala, donde se descartó a las niñas que no cumplían con los requisitos estipulados. Las seleccionadas entraron con su grupo, sentándose en un círculo presidido por el director de casting. La conversación comenzó en torno al conocimiento que ellas tienen acerca de la obra, sobre si saben quiénes son Cosette y Eponine o si pueden cantar la canción, que previamente se les envió por email. Al fondo de la sala, en una zona apartada del círculo recién creado, una pianista comenzó a tocar la canción que las niñas debían conocer, Castillo de cristal. "Ahí ya se ha roto el hielo", expresa Sala, "entonces podemos comenzar a trabajar, y cantan todas juntas". Pero sólo al principio, a modo de preparación, para cantar después en grupos de tres. "Enseguida ves, cuando una niña empieza a cantar, si irá bien o no; si ves que sí, intentas sacarle una expresión determinada, porque pueden cantar bien, interpretar bien, pero queremos que transmitan, que tengan esa naturalidad tan buscada y que algunas poseen de forma innata", prosiguió el director de casting.
Que lo importante es participar, como avisa Sala a las niñas después de la audición, es algo que ellas pensarán el viernes, cuando la esperada llamada suene en sus casas o no lo haga. Y "que lo pasen bien y tengan una experiencia más", como decía uno de los padres allí presentes. Que eso es lo fundamental lo sabrán, como todas las demás, Claudia, Inés, María, Ana, África, Ainara, algunas de las niñas que acudieron ayer y se presentaron una a una en ese improvisado círculo de canto que se formó para escuchar sus voces, justo después de gritar que quieren estar en Los Miserables para que "se escuche en toda Granada", como animaba el gerente de la compañía encargada de estrenar esta obra que esperan, sin duda, resuene en toda la ciudad.
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