viernes, 3 de abril de 2015

2015: vivimos como en la crisis medieval ELHUFFINGTONPOST

 
Historiador



Foto: GETTYIMAGES

Me gusta hacer paralelismos entre unas épocas y otras para demostrar que no somos tan diferentes de nuestros antepasados. La historia se repite una y otra vez y, aunque estemos en momentos temporales tan separados -y salvando las distancias-, solo la tecnología nos separa a unos y otros. Lo demás es muy parecido, por no decir prácticamente igual.
2015
En la actualidad vivimos un momento de crisis económica -unos países han resultado más afectados que otros-, seguimos con un problema epidémico, el ébola -pese a que en Europa nos hayamos olvidado de que existe-, muchos expertos hablan de que la población está creciendo de tal manera que podríamos llegar al colapso, tenemos un conflicto internacional que cada vez está tomando más fuerza -y al recientemente, el rey Abdala II de Jordania calificó como de la tercera Guerra Mundial-, el terrorismo islámico; y por último, llevamos ya unos cuantos años hablando de cambio climático, aunque eso sí, acelerado por la acción del hombre. Además de todo esto, cabe resaltar que anteriormente a esta crisis, se vivía un momento, aparentemente, de gran prosperidad, pese a que muchos piensen que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades.
Baja Edad Media
Si nos trasladamos a la Baja Edad Media, entre los siglos XIII y XV, vemos que se produjo una situación muy parecida, por no decir calcada, en el continente europeo. En siglos anteriores, concretamente desde el S.X, Europa experimentó un desarrollo económico que condujo a un periodo de expansión hasta que a finales del S. XIII aparecieron algunos síntomas de crisis. El crecimiento agrario, sumado al aumento demográfico, la desaparición de hambrunas y el crecimiento sostenido de la población, llevó a que se vivieran unos años de relativa comodidad y prosperidad.
Primeros síntomas de la crisis medieval
Pero a finales del siglo XIII y principios del XIV, se dejaron ver los primeros síntomas de la crisis que se avecinaba. La economía estaba estancada, la población seguía creciendo, las principales monarquías presentaban dificultades financieras -la Guerra de los Cien Años supuso un esfuerzo tremendo en todos los sentidos-, regresaron las hambrunas, y se produjo un cambio climático, provocando que el tiempo se volviera más frío. Ante esta situación, la población se fue debilitando y bajaron notablemente las defensas biológicas. Con estos antecedentes, Europa, a mediados de S. XIV, fue asestada con un duro golpe en forma de epidemia: la peste negra o peste bubónica.
Crisis
El efecto de la epidemia resultó devastador. Los más optimistas consideran que la peste terminó con entre el 25% y 45% de la población eropea, mientras que los más pesimistas consideran que la cifra pudo ascender hasta el 60%. Sin duda, este hecho, fue la puntilla que sumió a Europa en una profunda crisis económica. La crisis en la Baja Edad Media llevó a una situación de deflación, es decir, descenso de los precios, subida de salarios por escasez de mano de obra y, como resultado final, a una recesión.
A su vez, motivado por la situación explicada, hubo numerosos despoblamientos en Europa aunque también se ha interpretado como una reorganización de la red de poblamiento agrario. Por otro lado, las rentas de los grandes señores se vieron resentidas, por lo que éstos intentaron usar fórmulas antiguas, como volver a ligar a los campesinos a su tierra, pero estos intentos fracasaron.
Se va viendo la luz
La segunda mitad del siglo XIV supuso el cúlmen de las crisis. El descenso de la población, la gran cantidad de tierras disponibles para trabajar y el desarrollo del Estado condujeron a la salida de la crisis, aproximadamente en la segunda mitad del S. XV. La llegada de un tiempo más próspero que el siglo anterior tuvo lugar por un nuevo aumento de la población, conflictos bélicos menos dañinos que la Guerra de los Cien Años y un sector agrario sufrió con una importante recuperación. Como consecuencia, los precios volvieron nuevamente a subir, y los salarios descendieron, causando el aumento de la población. Paralelamente a todo esto, e intentando mitigar el declive del comercio mediterráneo provocado por la expansión turca, Europa se expande comercialmente por el Atlántico. Esta fase de expansión económica llegó hasta el S. XVI, ya metidos en la época moderna.
Conclusión
Probablemente, las medidas de actuación y la economía actual son más complejas que las de la Edad Media, pero, salvando las diferencias de cada época, las situaciones vividas son tremendamente similares. Es de esperar que nuestra crisis dure bastante menos que la de la Edad Media... En todo caso, aunque nos separen muchos años y vivamos en épocas diferentes nos parecemos mucho más de lo que podemos llegar a imaginar, ¿o no? ¿o no?

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