martes, 7 de abril de 2015

¿Bueno o malo para la salud? Todo lo que debes saber sobre el huevo elconfidencial


El huevo ha contado con mala reputación durante décadas. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que dicho alimento es mucho más beneficioso de lo que habíamos pensado


Durante años, se redujo su consumo porque se creía que producía colesterol, pero recientes estudios le han librado de este sambenito y han ponderado sus virtudes
Las investigaciones sobre alimentación van evolucionando y muchas veces se da el “donde dije digo digo Diego”. El interés por conocer cómo influye en nuestro organismo lo que comemos es reciente. Muchos de esos estudios datan de hace cuatro décadas y con el tiempo han sido superados. Sin embargo, algunas de las conclusiones a las que llegaron han quedado grabadas en la mente de los consumidores.
Uno de los casos más representativos de todo esto son las creencias que revolotean pertinazmente alrededor del huevo, que ha contado con una mala reputación durante décadas. Todo empezó en los años 70, cuando se desató lo que se ha llamado la colesterofobia. Los descubrimientos científicos demostraron que unos niveles altos de colesterol malo (LDL) se relacionaban directamente con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y se inició una loable cruzada por reducirlo de la dieta y apartarlo de nuestras vidas. Pero hubo daños colaterales y el más destacado fue la prohibición de ingerir más de tres huevos a la semana. La sentencia, dictada en 1973, venía avalada de la mano de Asociación Americana del Corazón. Un tribunal serio que merecía toda credibilidad y que actuó ciñéndose a las pruebas que tenía en aquel momento.
El colesterol procedente de los huevos no supone un riesgo añadido para padecer enfermedades cardiovasculares
El huevo asumió resignado su condena. Poca cosa podía hacer. El crimen del que se le acusaba era grave. Tuvo que cumplir tres décadas hasta que descubrieron que se habían restringido las libertades de un alimento inocente. En 1999, un estudio de la Universidad de Harvard (EE.UU) indicó que se podía tomar un huevo al día sin que ello supusiera un riesgo para la salud. De hecho, el estudio concluyó con el eslogan: “un huevo al día está bien para las personas sanas”.
Es bueno (y además lo parece)
¿Qué había sucedido? ¿Por qué el huevo, de repente, no era tan pérfido como se le había pintado? La verdad es que el descendiente de la gallina contiene 200 gramos de colesterol. Esto no se lo puede negar nadie y fue suficiente para que en plena fiebre de la colesterofobia se le arrestara. Pero ello no significa que ese colesterol vaya a pasar directamente a las arterias, obstruyéndolas y provocando terribles problemas cardiovasculares. Múltiples investigaciones han demostrado que el incremento del pérfido colesterol está más ligado a la ingesta de grasas saturadas y trans que a la de productos que contengan colesterol. Es decir, que el dedo acusador apunta con inquina a las carnes rojas y a la bollería industrial, dejando libre, por fin, al protagonista de este artículo. Y en ese punto, el huevo es como la mujer del César, no sólo es buena, sino que además lo parece. Estamos ante un alimento que es pura proteína. De hecho, de las más inmaculadas que se pueden encontrar por su composición.
Víctima o verdugo? (Corbis)
Y después de esto, sus otrora acusadores, tuvieron que bajar la cabeza y admitir su falta. La asociación Americana del Corazón, en una revisión del 2000, reconoció: “el colesterol procedente de los huevos no supone un riesgo añadido para padecer enfermedades cardiovasculares, permitiendo recomendar la toma de un huevo al día, en lugar de la recomendación previa, de hasta tres huevos a la semana”.
En su lista de beldades sólo le falta la vitamina C y, por si fuera poco: ¡no engorda! 
¿Y por qué una vez al día? ¿Y si se tomaran más? Básicamente porque la premisa es que la dieta sea variada y alimentarse sin parar de huevos no multiplicaría sus beneficios sino que excluiría los que otros alimentos podrían aportar. De todas formas, la moderación, como en tantas cosas en la vida, es básica. Un estudio de 2008 publicado en la revista Circulation concluyó que más de uno al día sí que podía entrañar ciertos peligros cardiovasculares.
Los ases en la manga del huevo
De todas formas, el huevo no sólo ha dejado de ser vilipendiado en lo que a su culpabilidad en enfermedades cardiovasculares se refiere. También ha conseguido demostrar que puede ser de ayuda para combatirlas. Según la investigación Physicians’ Health Study no sólo no es perjudicial, sino que resulta beneficioso para los pacientes que padecen diabetes.
Y es que más allá del colesterol, el huevo tiene otros ases en la manga. Es una fuente de fósforo, hierro, cinc, vitaminas A, E, B2 y B 12 y ácido fólico.Vamos, que en su lista de beldades sólo le falta la vitamina C. Y, por si fuera poco: ¡no engorda!, por lo que es ideal para cualquier dieta. Los deportistas que quieren ver crecer sus músculos deberían seguir la recomendación de tomar uno al día. Y los países anglosajones, tan dados a incluirlo en el desayuno, no tienen que prescindir de él.
En definitiva, la próxima vez que alguien esgrima el obsoleto argumento de “sólo tres veces en semana”, se le puede plantificar una estupenda tortilla a la francesa para que libere a este alimento de tan inmerecida fama. 

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