Con alrededor de 1.500 habitantes este barrio se caracteriza por una intensa convivencia vecinal Sus reivindicaciones son eliminar lo que queda de cableado eléctrico que estropea las vistas y una mayor limpieza
LOURDES MINGORANCE GRANADA
Existe un barrio de impresionantes vistas en Granada donde los vecinos no se conforman con un "buenos días" cuando se encuentran por la calle. Aquí, en el Barranco del Abogado la gente se para y comenta. Y si a alguien le falta la sal para las lentejas o el limón para la paella siempre hay alguien dispuesto a prestarlo o a darlo pues otro día "me hará falta a mí". Por eso, vivir aquí, es "como hacerlo en un pueblo", según relata Paqui García, una vecina que lleva 39 años viviendo en el Barranco del Abogado.
El barrio está situado camino del cementerio de Granada y su antigüedad se remonta a los tiempos de la Alhambra. Se dice que quienes construyeron el monumento nazarí vivieron en esta zona que además fue el camino elegido por Boabdil para salir de Granada justo después de entregar las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492. Sus impresionantes vistas que ofrecen una auténtica panorámica de la ciudad salpicadas por las chumberas, las cuevas y las paredes blancas de las casas convierten este laberíntico barrio de cuestas y flores, tan antiguo como el Albaicín en uno de los más bellos de Granada. "Yo no me pienso ir de aquí", reconoce García cuya familia también se ha criado en el Barranco. Según cuenta, mucha gente la anima a vender sin embargo ella lo tiene claro: de este barrio nadie la mueve. Lo mismo que le pasa a Carmen Almendros que lleva 45 años viviendo en el Barranco del Abogado. Según explica esta mujer, la vida hace unos años era más difícil. No había autobuses y ni tampoco colegios ni institutos por lo que los vecinos han vivido condenados a subir y bajar varias veces al día las cuestas para llevar a los niños al colegio, al instituto o hacer la compra. Sin embargo ahora la historia ha cambiado mucho.
Disponen de un microbus C-4 que pasa cada media hora por el barrio y que utilizan para bajar al centro para comprar. La historia la cuentan a las puertas de la gruta de la Virgen de Lourdes donde ayer se celebró una convivencia vecinal organizada por la Asociación de Vecinos del Barranco del Abogado cuya presidenta, Dolores Fandila, también estaba presente. Esta mujer lleva siete años al frente de esta asociación que surgió para reivindicar al Ayuntamiento una serie de servicios básicos de un barrio que, hace no tantos años, tenía escasa atención municipal. "La asociación se fundó en 2001", explica Fandila quien reconoce que era "un barrio olvidado". Sin embargo, "gracias a las corporaciones anteriores y a esta se ha arreglado".
No obstante, explica que queda trabajo por hacer. La principal petición es la eliminación del cableado eléctrico que estropea unas vistas maravillosas. Según explica ya se ha hecho la primera fase de un proyecto para su eliminación, sin embargo están a la espera del tramo que discurre entre la gruta de la Virgen de Lourdes hasta la urbanización el Balcón de Granada. Además, también les gustaría la limpieza de algunas pintadas y del barrio en general. Otra de las peticiones es que se preste más atención a los dos miradores que ofrecen una vista espectacular.
Por lo demás, se muestran satisfechos con una zona en la que residen alrededor de 1.500 habitantes y que han sabido mantener la cercanía. La sede de la Asociación de Vecinos se convierte cada día en el punto de encuentro de grandes y pequeños. Es allí donde según explica Fandila, los vecinos realizan multitud de actividades gracias a personas voluntarias y con un claro afán por ayudar a los demás. "Tenemos inglés para niños y adultos, manualidades, fisio, damos costura, flamenco... A esta sede se le da movimiento vecinal", detalla Fandila. Sobre esto, remarca que la asociación realiza un auténtico esfuerzo por ofrecer estas actividades en un momento de crisis en que las familias necesitan recursos para vivir. Por eso ella, para finalizar realiza un llamamiento: "Que se normalice esta situación que tenemos. Que no haya un barrio donde las personas se queden paradas. Antes tenían un nivel de vida y ahora necesitan que las ayuden" detalla... La asociación, por su parte, pone su granito de arena. Colaboran con Madre Coraje y con todos los vecinos que les piden ayuda. Algo bastante común en una zona donde, la ocupación de algunas cuevas, a pesar de los peligros que conlleva, es frecuente.
El barrio está situado camino del cementerio de Granada y su antigüedad se remonta a los tiempos de la Alhambra. Se dice que quienes construyeron el monumento nazarí vivieron en esta zona que además fue el camino elegido por Boabdil para salir de Granada justo después de entregar las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492. Sus impresionantes vistas que ofrecen una auténtica panorámica de la ciudad salpicadas por las chumberas, las cuevas y las paredes blancas de las casas convierten este laberíntico barrio de cuestas y flores, tan antiguo como el Albaicín en uno de los más bellos de Granada. "Yo no me pienso ir de aquí", reconoce García cuya familia también se ha criado en el Barranco. Según cuenta, mucha gente la anima a vender sin embargo ella lo tiene claro: de este barrio nadie la mueve. Lo mismo que le pasa a Carmen Almendros que lleva 45 años viviendo en el Barranco del Abogado. Según explica esta mujer, la vida hace unos años era más difícil. No había autobuses y ni tampoco colegios ni institutos por lo que los vecinos han vivido condenados a subir y bajar varias veces al día las cuestas para llevar a los niños al colegio, al instituto o hacer la compra. Sin embargo ahora la historia ha cambiado mucho.
Disponen de un microbus C-4 que pasa cada media hora por el barrio y que utilizan para bajar al centro para comprar. La historia la cuentan a las puertas de la gruta de la Virgen de Lourdes donde ayer se celebró una convivencia vecinal organizada por la Asociación de Vecinos del Barranco del Abogado cuya presidenta, Dolores Fandila, también estaba presente. Esta mujer lleva siete años al frente de esta asociación que surgió para reivindicar al Ayuntamiento una serie de servicios básicos de un barrio que, hace no tantos años, tenía escasa atención municipal. "La asociación se fundó en 2001", explica Fandila quien reconoce que era "un barrio olvidado". Sin embargo, "gracias a las corporaciones anteriores y a esta se ha arreglado".
No obstante, explica que queda trabajo por hacer. La principal petición es la eliminación del cableado eléctrico que estropea unas vistas maravillosas. Según explica ya se ha hecho la primera fase de un proyecto para su eliminación, sin embargo están a la espera del tramo que discurre entre la gruta de la Virgen de Lourdes hasta la urbanización el Balcón de Granada. Además, también les gustaría la limpieza de algunas pintadas y del barrio en general. Otra de las peticiones es que se preste más atención a los dos miradores que ofrecen una vista espectacular.
Por lo demás, se muestran satisfechos con una zona en la que residen alrededor de 1.500 habitantes y que han sabido mantener la cercanía. La sede de la Asociación de Vecinos se convierte cada día en el punto de encuentro de grandes y pequeños. Es allí donde según explica Fandila, los vecinos realizan multitud de actividades gracias a personas voluntarias y con un claro afán por ayudar a los demás. "Tenemos inglés para niños y adultos, manualidades, fisio, damos costura, flamenco... A esta sede se le da movimiento vecinal", detalla Fandila. Sobre esto, remarca que la asociación realiza un auténtico esfuerzo por ofrecer estas actividades en un momento de crisis en que las familias necesitan recursos para vivir. Por eso ella, para finalizar realiza un llamamiento: "Que se normalice esta situación que tenemos. Que no haya un barrio donde las personas se queden paradas. Antes tenían un nivel de vida y ahora necesitan que las ayuden" detalla... La asociación, por su parte, pone su granito de arena. Colaboran con Madre Coraje y con todos los vecinos que les piden ayuda. Algo bastante común en una zona donde, la ocupación de algunas cuevas, a pesar de los peligros que conlleva, es frecuente.
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