Explica que el crecimiento es tres veces superior a la suma de los visitantes perdidos por Túnez, Turquía o Egipto Pide "no obsesionarse con los ranking".
EFE MADRID
El secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Taleb Rifai, destaca la buena marcha de España y quita importancia al hecho de que perdiera el año pasado su histórico segundo puesto en el ranking por ingresos turísticos a favor de China.
España recibió a 68,1 millones de turistas extranjeros (un 4,9% más) en 2015, consolidándose como el tercer destino más visitado del mundo, pero cedió un escalón en cuanto a ingresos por turismo, con 50.947 millones de euros (un 4% más).
Rifai, sin embargo, recalca que "a España le va bien", está creciendo en llegadas internacionales y en ingresos, por lo que "no deberíamos obsesionarnos por el ránking". "Lo que importa es crecer y no el puesto", añadió, para explicar que China ha incrementado sus ingresos por turismo tras revisar la forma de calcularlos e incluir más conceptos que antes.
A su juicio, el otro aspecto incluso más importante son los tipos de cambio, cuyas fuertes fluctuaciones en 2015 influyeron en los ingresos de destinos y regiones expresados en dólares, generando mayores crecimientos en Asia, América, Pacífico y Oriente Medio que en Europa y África.
China recibe más turistas en dólares, divisa en la que también hace sus comparaciones la OMT, y España en euros y, como consecuencia de la debilidad de la moneda europea, parece que ingresa menos, detalló.
Según los datos de la organización, EEUU, con 178.000 millones de dólares, encabezó la lista en 2015, seguido de China, con 114.000 millones, España, con 57.000, y Francia, con 46.000.
Este año, España va camino de romper la barrera de los 70 millones de llegadas internacionales, récord que el sector español atribuye al tsunami de turistas prestados de destinos competidores, debido a factores geopolíticos, enfoque del que discrepa Rifai, en cuya opinión, "no es un elemento fundamental". Si se calculan los turistas perdidos por Turquía, Egipto o Túnez y se compara con lo mucho que ha crecido España, "no se ve un porcentaje significativo". Incluso, si todos ellos fueran a España -lo que es imposible porque van a otros destinos-, tampoco explicaría el crecimiento, que es tres veces superior, añade. "Seamos justos con España: el país crece porque hace las cosas bien y no porque a otros les vaya mal". "Yo no lo vincularía en absoluto", sentencia.
La evolución de España confirma, asimismo, que ni la incertidumbre política por el retraso en la formación de Gobierno ni la decisión de los británicos de abandonar la UE han afectado al sector. De hecho, Rifai no cree que el Brexit tenga un gran impacto sobre los viajes, aunque matiza que "aún es pronto para sacar conclusiones".
Ante las elevadas tasas de crecimiento de la afluencia turística a España -que algunas voces del sector consideran insostenibles- explica que "las aglomeraciones no son el enemigo", pero la clave está en saber gestionarlas y distribuir en zonas geográficas más amplias.
Las ciudades y los destinos que se quejan del exceso de llegadas "no las están gestionando adecuadamente", lo que puede "impactar en la experiencia de los turistas en el destino", advierte.
"No culpemos al crecimiento y busquemos una mejor gestión y una mejor utilización de la tecnología para abordar los problemas de aglomeraciones, pues lo más fácil -y lo que nunca deberíamos hacer- es recurrir a reducir el número de visitantes", apunta.
España recibió a 68,1 millones de turistas extranjeros (un 4,9% más) en 2015, consolidándose como el tercer destino más visitado del mundo, pero cedió un escalón en cuanto a ingresos por turismo, con 50.947 millones de euros (un 4% más).
Rifai, sin embargo, recalca que "a España le va bien", está creciendo en llegadas internacionales y en ingresos, por lo que "no deberíamos obsesionarnos por el ránking". "Lo que importa es crecer y no el puesto", añadió, para explicar que China ha incrementado sus ingresos por turismo tras revisar la forma de calcularlos e incluir más conceptos que antes.
A su juicio, el otro aspecto incluso más importante son los tipos de cambio, cuyas fuertes fluctuaciones en 2015 influyeron en los ingresos de destinos y regiones expresados en dólares, generando mayores crecimientos en Asia, América, Pacífico y Oriente Medio que en Europa y África.
China recibe más turistas en dólares, divisa en la que también hace sus comparaciones la OMT, y España en euros y, como consecuencia de la debilidad de la moneda europea, parece que ingresa menos, detalló.
Según los datos de la organización, EEUU, con 178.000 millones de dólares, encabezó la lista en 2015, seguido de China, con 114.000 millones, España, con 57.000, y Francia, con 46.000.
Este año, España va camino de romper la barrera de los 70 millones de llegadas internacionales, récord que el sector español atribuye al tsunami de turistas prestados de destinos competidores, debido a factores geopolíticos, enfoque del que discrepa Rifai, en cuya opinión, "no es un elemento fundamental". Si se calculan los turistas perdidos por Turquía, Egipto o Túnez y se compara con lo mucho que ha crecido España, "no se ve un porcentaje significativo". Incluso, si todos ellos fueran a España -lo que es imposible porque van a otros destinos-, tampoco explicaría el crecimiento, que es tres veces superior, añade. "Seamos justos con España: el país crece porque hace las cosas bien y no porque a otros les vaya mal". "Yo no lo vincularía en absoluto", sentencia.
La evolución de España confirma, asimismo, que ni la incertidumbre política por el retraso en la formación de Gobierno ni la decisión de los británicos de abandonar la UE han afectado al sector. De hecho, Rifai no cree que el Brexit tenga un gran impacto sobre los viajes, aunque matiza que "aún es pronto para sacar conclusiones".
Ante las elevadas tasas de crecimiento de la afluencia turística a España -que algunas voces del sector consideran insostenibles- explica que "las aglomeraciones no son el enemigo", pero la clave está en saber gestionarlas y distribuir en zonas geográficas más amplias.
Las ciudades y los destinos que se quejan del exceso de llegadas "no las están gestionando adecuadamente", lo que puede "impactar en la experiencia de los turistas en el destino", advierte.
"No culpemos al crecimiento y busquemos una mejor gestión y una mejor utilización de la tecnología para abordar los problemas de aglomeraciones, pues lo más fácil -y lo que nunca deberíamos hacer- es recurrir a reducir el número de visitantes", apunta.
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