Los agricultores de Río Verde, Jate y Seco dicen que será imposible recuperarlos si no cambia el tiempo
ROSA FERNÁNDEZ ALMUÑÉCAR
Los agricultores del Río Verde, Jate y Seco, miran al cielo y sólo esperan que llueva. O eso, o tendrán que despedirse de sus plantaciones y de unos árboles que tienen entre 35 y 50 años y que se están muriendo de sed. Imposible recuperarlos después de que sus raíces se sequen. 2.000 hectáreas están en juego, si no caen precipitaciones abundantes en las próximas horas.
De las reuniones que han mantenido en las últimas semanas con las administraciones, han llegado a la conclusión de que "la burocracia en España es como es, y que, aunque se han prestado a ayudarnos, las soluciones llegarán en un mes o dos, como muy pronto, y eso es demasiado tiempo para nosotros", comentó Jesús Ruíz, representante de la zona en la Comunidad General de Regantes y miembro de la asociación Agua para el Campo. "Tenemos una inquietud enorme", añadió.
Hace unos días tuvo lugar una reunión a petición de la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical -a la que asistió Ruiz- con la delegada de Medio Ambiente, Inmaculada Oria. Anteriormente, también tuvo lugar otra en el marco de una plataforma constituida para la defensa del agua con los ayuntamientos afectados. En estos encuentros se ha planteado la necesidad de que se destine una partida en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 para la contratación de la ejecución de una obra de emergencia en Río Verde.
Desde la Junta se han comprometido a agilizar los trámites burocráticos para que este proyecto que vale unos 600.000 euros vea la luz. Sin embargo, los costes tendrán que sufragarlos los propios agricultores. "Nosotros queremos que las administraciones también aporten alguna financiación, porque ya tenemos bastante con los altos costes que soportamos, siempre con la idea de que será algo temporal hasta que llegue el agua de Béznar-Rules", comentó Ruiz. Desde el ejecutivo autonómico les han contestado que intentarán buscar alguna partida, aunque no pueden asegurar que sea posible.
La idea es que llegue agua a la cabecera del Río Verde, aunque sea en precario. Sin embargo, eso ocurriría, como mínimo, en el plazo de dos meses, aunque se agilice por las partes. "Y el barco, mientras, lo más seguro es que haya ido a pique", explicó con un símil el regante. La otra opción planteada es que la tubería submarina que lleva agua del Guadalfeo a la zona de Almuñécar, conduzca el máximo de agua posible de su capacidad, para que el ayuntamiento no tenga que restar tanta del acuífero para el abastecimiento de la población como lo hace en la actualidad.
De las reuniones que han mantenido en las últimas semanas con las administraciones, han llegado a la conclusión de que "la burocracia en España es como es, y que, aunque se han prestado a ayudarnos, las soluciones llegarán en un mes o dos, como muy pronto, y eso es demasiado tiempo para nosotros", comentó Jesús Ruíz, representante de la zona en la Comunidad General de Regantes y miembro de la asociación Agua para el Campo. "Tenemos una inquietud enorme", añadió.
Hace unos días tuvo lugar una reunión a petición de la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical -a la que asistió Ruiz- con la delegada de Medio Ambiente, Inmaculada Oria. Anteriormente, también tuvo lugar otra en el marco de una plataforma constituida para la defensa del agua con los ayuntamientos afectados. En estos encuentros se ha planteado la necesidad de que se destine una partida en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 para la contratación de la ejecución de una obra de emergencia en Río Verde.
Desde la Junta se han comprometido a agilizar los trámites burocráticos para que este proyecto que vale unos 600.000 euros vea la luz. Sin embargo, los costes tendrán que sufragarlos los propios agricultores. "Nosotros queremos que las administraciones también aporten alguna financiación, porque ya tenemos bastante con los altos costes que soportamos, siempre con la idea de que será algo temporal hasta que llegue el agua de Béznar-Rules", comentó Ruiz. Desde el ejecutivo autonómico les han contestado que intentarán buscar alguna partida, aunque no pueden asegurar que sea posible.
La idea es que llegue agua a la cabecera del Río Verde, aunque sea en precario. Sin embargo, eso ocurriría, como mínimo, en el plazo de dos meses, aunque se agilice por las partes. "Y el barco, mientras, lo más seguro es que haya ido a pique", explicó con un símil el regante. La otra opción planteada es que la tubería submarina que lleva agua del Guadalfeo a la zona de Almuñécar, conduzca el máximo de agua posible de su capacidad, para que el ayuntamiento no tenga que restar tanta del acuífero para el abastecimiento de la población como lo hace en la actualidad.
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