- La presencia de aves esteparias en Granada es un "bioindicador" de la salud del entorno
- Su progresiva y silenciosa desaparición se liga con los cambios de usos del terreno
Paisaje, fauna y flora conforman una de los mayores tesoros de la provincia de Granada. Las aves esteparias son fondo y forma de ese paisaje -propio, singular y fácilmente identificable-, en el que en parte de la provincia predomina el cultivo del olivo y los cereales. Las zonas agrícolas son la cuna de estas especies, cerealistas en su mayoría, que, en estos últimos años "están abandonadas de la mano de Dios". Es el resumen del diagnóstico que, tras muchas horas a pie de campo, realiza Francisco Contreras Parody, celador forestal en el Parque Nacional de Sierra Nevada. Su amor por las aves le ha llevado por la senda de estudiar y conocer profundamente la realidad de estas especies, ligadas a la tierra granadina y que, por desgracia, se encuentran en retroceso.
El sustento de buena parte de estas aves esteparias es el cereal. El aguilucho cenizo es una excepción, como el cernícalo primilla. Son aves rapaces. El carácter migratorio del aguilucho cenizo hace posible que cada mes de marzo sea un personaje más del paisaje granadino. Nidifica en campos de cereales. La carraca se presenta cuando ya está avanzada la primavera. A estas dos especies se suman la ortega, el sisón -ave del año en 2017 por la Sociedad Española de Ornitología (SEO)-, el alcaraván... Su presencia en los cielos es señal de que hay alimento en la tierra. "Son bioindicadores", señala Contreras Parody. "Indican el estado de salud del medio agrícola". Aves muy discretas -tal y como señala este estudioso-, su progresiva regresión ha pasado muy inadvertida en estas latitudes, abunda Contreras Parody. La avutarda -los ejemplares machos de esta especie llegan a pesar quince kilos- desaparecieron entre los años 50 y 60. El resto de especies no han llegado a ese extremo pero su presencia cada vez es menor. "Desaparecen en silencio".
TÉCNICOS, AFICIONADOS E INVESTIGADORES PLANTEAN CREAR UNA PLATAFORMA EN SU DEFENSAEL USO DE FITOSANITARIOS Y LOS CAMBIOS EN LOS CULTIVOS Y SUELOS SON CAUSAS DE SU DECLIVE
¿La causa? Estas aves son muy sensibles a la presencia de fitosanitarios, indica Contreras Parody. Los agricultores dejan las calles del olivar limpias de vegetación espontánea, aunque se haya demostrado que esa vegetación puede ser muy útil para preservar la humedad del suelo y evitar escorrentías, además de servir para mantener poblaciones de aves, que encuentran entre la hierba su sustento. También han desaparecido las lindes, fundamentales para la supervivencia del sisón. "Ahora se aprovecha hasta el último metro para cultivar". "El cambio en su hábitat ha sido dramático", subraya. La escasa rentabilidad que el agricultor sacar de los cultivos cerealistas han propiciado el cambio de los cultivos. Ése es otro factor que ha influido, indica este especialista, en la progresiva disminución de ejemplares en los cielos y campos granadinos. Aquellas especies "que pueden" nidifican en otros entornos, más amables y acordes con sus necesidades. Las que no son capaces de adaptarse ni de buscar otros parajes, simplemente desaparecen. "La mayoría" de estas especies de aves cerealistas "son vulnerables a la extinción", alerta Contreras Parody. "El problema llega cuando todo lo que tienen a su alrededor cambia".
Desde la Administración andaluza se han dado pasos para proteger la riqueza del paisaje. Existe la posibilidad de que determinados entornos sean declarados Zonas de Importancia para Aves Esteparias (ZIAE) -en Granada son El Temple-Lomas de Padul, Hoya de Guadix, Hoya de Baza y Cañadas-Los Llanos-, pero, en la práctica, Contreras Parody indica que "ni limitan ni regular el uso del suelo. Si el agricultor decide plantar almendros, puede hacerlo". Como consecuencia de esta laxitud de la normativa "su hábitat es totalmente vulnerable".
El especialista pone como ejemplo la situación de la ortega. "Era tan numerosa que llegó a dar nombre a una zona", los llanos de la Ortega, en la carretera de la Cabra. "Ahora quedan seis ejemplares". Estas aves son extremadamente vulnerables porque siempre acuden al mismo lugar y a la misma hora a beber. El cernícalo primilla, que se distingue del común por tener las uñas blancas, cría en los tejados de los cortijos. Al desaparecer este tipo de construcciones rurales, la presencia de estas aves cae.
Contreras Parody y colectivos, asociaciones, aficionados y naturalistas, junto con técnicos de Medio Ambiente y Agricultura, científicos del CSIC y de la Universidad de Granada, han decidido crear un movimiento para impulsar la conservación de estas aves esteparias. El 3 de febrero es la primer reunión del grupo, encuentro en el que se quiere dar forma a una plataforma ciudadana andaluza con el fin de preservar a estas especies.
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