domingo, 25 de febrero de 2018

Las apuestas por internetEl nuevo riesgo de los adolescentes granadahoy.com

  • Crece el número de jóvenes que se enganchan a los juegos de azar 'on line'
  • Los especialistas advierten de que el acceso de los menores escapa del control de los padres
Una página de apuestas por internet

Una adicción al alcance de todos. Especialmente, de los más jóvenes y de los aficionados al fútbol. Las apuestas deportivas se han convertido en el nuevo riesgo de los adolescentes sevillanos. La facilidad para participar en ellas -a través de la telefonía móvil- y su constante aparición en mensajes publicitarios provocan que cada vez sea mayor el número de personas que con corta edad (incluso menores) empleen todos sus ingresos en un tipo de juego de cuyo peligro llevan advirtiendo los expertos desde hace años. Un fenómeno que se origina en una época en la que el volumen de gasto en los juegos tradicionales (casinos, bingos y máquinas tragaperras) mantiene un constante descenso.
"La facilidad para jugar es tremenda", señala el presidente de la Asociación Granadina de Jugadores de Azar Rehabilitados (Agrajer), Francisco Expósito. En la asociación tienen constatado el aumento de este tipo de jugadores, muy jóvenes. "Incluso menores de edad", se lamenta Expósito, que señala que la situación es la misma en toda Andalucía. "Tenemos casos de chicos de hasta 15 años". El problema, para Expósito, es que el negocio del juego "deja mucho dinero", también a la Administración que debe controlar esta actividad. El dinero llega hasta ahí en forma de impuestos. "Se está haciendo mucho daño y es una realidad que no se ve o que no se quiere ver", sentencia el responsable de Agrajer, que lleva nueve años sin jugar tras haber sufrido esta "enfermedad".
LAS MÁQUINAS TRAGAPERRAS SE HAN REDUCIDO EN MÁS DE 3.000 DESDE 2009
Sobre los chavales que ahora llegan hasta la Asociación, Expósito señala el tremendo daño que han sufrido con apenas un año de adicción al juego online. "Vienen peor que un jugador que lleva diez años" con esta enfermedad. La facilidad con la que estos chicos -en su inmensa mayoría son varones- acceden a las aplicaciones o a los portales de apuestas es algo que alarma a Expósito, que señala la responsabilidad que tiene la Administración en poner coto a esta situación. "No se puede prohibir el juego", reconoce, pero sí se debería controlar la publicidad.
Este fenómeno de auge del juego de apuestas por internet se produce en una época en la que el volumen de gasto en los juegos de azar se mantiene en continua caída. Los datos de la Consejería de Hacienda de la Junta (los más actualizados son los relativos a 2016) así lo demuestran. Si en 2007 se movían al año 219 millones de euros en la provincia de Sevilla en casinos, bingos y tragaperras (máquinas B), casi una década después esta cifra se reduce a 153, esto es, una disminución del 30%. Se sitúa, así, como la quinta de Andalucía por delante de Córdoba (143 millones), Huelva (121) y Jaén (105).
,Francisco Expósito, presidente de Agrajer, ÁLEX CÁMARA

El gasto medio por habitante es de 42,7 euros al año, lo que lo convierte en uno de los más bajos de la comunidad, por delante únicamente de Jaén (41,1) y muy lejos de Málaga, a la baceza con un gasto de 76,4 euros. Al principio de esta década, antes de que la crisis se agudizara, los granadinos gastaban de media 52,7 euros en los juegos de azar, una cantidad que se ha reducido un 19%.
La disminución también se evidencia cuando se realiza un análisis concreto de cada juego. Las tragaperras, que han pasado de mover 189 millones a 142, lo que representa una bajada del 25%. Conviene recordar aquí que, según el informe de la Consejería de Hacienda, en 2016 había instaladas en la provincia 2.942 máquinas B, un número discreto si se tiene en cuenta la cifra de Sevilla (6.735), Málaga (5.430) y Cádiz (4.115). Esta cifra, no obstante, también se ha reducido, ya que en 2007 existían 4.418, casi 1.500 más.
Queda claro, por tanto, que el gasto en los recreativos tradicionales disminuye, una tendencia que se contradice con el número de granadinos que tienen prohibido el acceso a una sala de juegos o a una máquina tragaperras. Los datos de la Junta no dejan lugar a dudas. En 2016 había 4.386 personas que en esta provincia contaban con esta limitación. Dicha cifra supone un incremento del 34% respecto a 2010, cuando había 2.864. La subida constata dos realidades. Por un lado, un mayor control por parte de la administración competente a la hora de detectar y atender a ciudadanos que sufren dichas patologías y, por otro, un aumento considerable de los adictos. En la diferencia por sexos es evidente que los hombres (2.745) son más proclives a este tipo de juegos que las mujeres (1.641). Por tipo de juego, hay 1.680 granadinos que no pueden acceder a un casino, 1.962 que tienen prohibida la entrada al bingo y 744 a los que se les impide participar en una sala de juegos. Aquí ha de tenerse en cuenta que una misma persona puede tener la prohibición para más de un establecimiento.
MÁS DE 4.000 GRANADINOS TIENEN PROHIBIDA LA ENTRADA A BINGOS Y SALAS DE JUEGO
Respecto al nivel de endeudamiento, éste equivale a su situación laboral y a la capacidad para conseguir créditos. Aquí la franja también es bastante amplia. Aunque desde la referida asociación Expósito señala que ahora, con internet, "las cifras son impresionantes". El presidente de Agrajer señala que él llegó a gastarse 1.700 euros en cinco horas. "Y eso no es nada". Ahora tienen constancia de cantidades que llegan a los 20.000 o 30.000 euros "en una noche" de juego online.
Pero lo más preocupante para quienes se encargan de atender la adicción al juego es la aparición de un nuevo perfil que ha hecho disparar todas las alarmas: jóvenes y menores de edad dependientes de las apuestas por internet. Según los datos que maneja Agrajer, el 30% de los casos que llegan en la actualidad con problemas con el juego online tienen entre 15 y 28 años. "En cinco o seis años vamos a tener algo muy grave", pronostica el presidente de Agrajer, que compara la ludopatía con un "volcán", que arrasa "con todo, la familia, el trabajo... y lo primero, con uno mismo".


¿Dónde radica el problema de esta adicción tan temprana? Uno de los cauces para provocar este enganche entre los adolescentes es "la excesiva publicidad" a la que está sometido este tipo de público, ya sea en internet, televisión o radio. "Además, no constituye únicamente un problema de cantidad, sino también de calidad, pues en estos anuncios aparecen estrellas del deporte, que se han convertido en un referente indiscutible para los jóvenes, así como ideas distorsionadas sobre el juego y su uso ocioso", inciden los especialistas, algo en lo que coincide Francisco Expósito.
Dibujo de Rosell D,. S

El hecho de que internet sea una fácil vía para que se genere esta adicción se convierte en un duro obstáculo de cara a su prevención. "Tú juegas con tu móvil", de forma absolutamente privada y sin posibilidad de autoprohibirte la entrada en un salón de juego, una de las decisiones que pueden tomar los ludópatas enganchados, por ejemplo, a las tragaperras.
"Nos hemos encontrado con casos de jóvenes que se aventuraron hace poco en el mundo de las apuestas y que en la actualidad padecen una adicción muy grave". Una enfermedad -diagnosticada como tal- en la que influye mucho "el dinero ficticio" con el que se estimula a los jugadores a través del ordenador o la pantalla del teléfono móvil. "Las cantidades que el joven ve genera graves dificultades de autocontrol, pues, como nos han admitido muchos adictos, en algunas ocasiones parece que el dinero no es suyo, que no sale de sus cuentas corrientes", señala una psicóloga.
Ante el problema que supone la privacidad que da el uso del móvil para jugar, desde esta asociación se pide a los padres que tengan una mayor implicación en el empleo que hacen sus hijos de las nuevas tecnologías. "Hay una patente falta de atención y control. En vez de aplicar las pautas que establecemos los terapeutas, prefieren hacer lo que, a su juicio, consideran más conveniente, en buena medida porque les resulta más fácil y cómodo", aseveran los especialistas.

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