El paseo marítimo, la Catedral, el monumento a Las Cortes. Cádiz está en las paredes de su consulta.
-Siempre me he sentido orgulloso de nacer en Cádiz. Si se asoma al mar puede darse cuenta de las enormes limitaciones que tenemos las personas. El mar es tan inmenso. Nos coloca en una actitud para ser más humildes ante la vida.
-De Cádiz a Sevilla, Zaragoza, Barcelona, Boston...
-He viajado mucho para que mi formación fuera lo más completa posible. De Cádiz, donde nací y empecé a estudiar, llegué a Sevilla en el año 69 y terminé la carrera. Me he formado en Barcelona, Boston y en Nueva York. En todos mis viajes siempre he buscado cuadros, grabados o dibujos de Cádiz. Uno de estos grabados lo encontré en Nueva Orleans.
-¿Cuándo llegó al Valme?
-El año 87 vine a Sevilla, a la Universidad. Al principio no tuve hospital, hasta que conseguí la plaza de jefe de servicio en el Valme, donde he estado 30 años. Hemos trabajado mucho en crear una unidad importante; fuimos pioneros de muchas técnicas: las lentes intraoculares, que traje aquellos años; la cirugía del vítreo, las unidades de degeneración macular... Pasó de ser un servicio de tres a un equipo de 18 personas en el hospital más pequeño de Sevilla.
-¿Cuáles son los hitos?
-Fuimos los primeros, y me encargué de que todo el mundo aprendiera, en los años 80, las técnicas de la cirugía de cataratas. La cirugía con implante de lente intraocular, que es lo que se hace ahora, pero en aquellos años prácticamente nadie lo hacía. Me siento orgulloso de haberlo traído a esta tierra.
-Hoy es una de las técnicas con mayor demanda. Tuvo visión de futuro en los 80.
-Comenzamos en Zaragoza en el año 85. Un grupo de oftalmólogos creamos en Barcelona la Sociedad Española de Cirugía Ocular, que hoy es Secoir, con un éxito tremendo. Recuerdo que la fundamos un día lluvioso en el que tuve que ir desde Zaragoza a Barcelona. Esa afición mía de la cirugía de la catarata creció de manera exponencial. Fuimos nosotros quienes comenzamos a colocar de manera regular lentes intraoculares.
-Las cataratas aumentan.
-Siempre digo: "Me apunto a tener cataratas porque es señal de que he vivido". No se tienen cataratas a los cuarenta. La enorme cantidad de cirugía de cataratas se debe a que las personas viven más y quieren tener calidad de vida. El abuelo de 80 años quiere seguir viendo, llevando a los nietos al colegio y conduciendo. Y prefiere operarse.
-La degeneración macular también aumenta.
-Es el gran problema del envejecimiento de la retina en las personas mayores: la degeneración macular. Hemos peleado con la farmacia hospitalaria para que pudiéramos inyectar el fármaco más adecuado en cada caso. Cada paciente es un mundo; y no todo el mundo se puede tratar con lo mismo.
-La retina es muy delicada.
-También pusimos en marcha la cirugía de retina, que ha cambiado mucho. Pasó de ser una cirugía muy complicada y estresante en los años 80-90 a ser una cirugía sencilla. Hemos pasado de curar el 80-90% de los desprendimientos de retina a lograr la curación de la totalidad de los casos prácticamente, siempre que se detecte en el momento oportuno.
-¿Cómo ha evolucionado la técnica?
-Tenemos métodos exploratorios que nos permiten ver cosas que no veíamos antes, que eran impensables. Esto ha permitido abrir mucho el abanico. Hoy se hace una cirugía de la retina que era impensable hace quince años.
-El desarrollo tecnológico.
-Para ver el ojo por dentro tenemos que disponer de cientos de aparatos y cada aparato vale una fortuna. Cada dos años las casas comerciales sacan un aparato más avanzado y no hay posibilidad de un plan renove. Tenemos que comprar el nuevo aparato, sí o sí, para estar al día.
-¿Qué propone a esta industria?
-Alquiler con derecho a compra de la tecnología, el plan renove de la tecnología, poder adquirir el software y no el aparato completo...
-¿Y a la sanidad pública?
-Que aproveche todos los recursos que existen. El éxito del sistema son sus médicos.
-¿Y la universidad?
-Llegué a la universidad con mucha ilusión, pero la he perdido los últimos años.
-¿Qué le preocupa?
-La pérdida de profesorado. La Facultad de Medicina ha cumplido cien años en 2017, y no se ha celebrado. No se crean nuevas plazas.
-¿Se maltrata a la Facultad de Medicina?
-Sí.
-¿Cuándo terminó la etapa en el Valme?
-Fui jefe de servicio hasta que me cansé de pisar la moqueta, de oír objetivos que no entendía, de muchas pequeñas cosas hasta que decidí dejar en manos de algunos miembros del servicio la dirección administrativa del servicio. Me quedé libre para ver a mis pacientes; disfrutar de la oftalmología. Hace ya cinco años que pasé a dedicarme sólo a mis pacientes.
-En la Clínica Piñero.
-Somos seis oftalmólogos. Fundé esta clínica en el año 2000, llevamos 17 años.
-¿Qué ventaja tiene la consulta privada?
-La dedicación al paciente.
-En su clínica se ofrecen todas las técnicas.
-Sí. Este año queremos crear una consulta específica para los niños.
-Avanzar siempre.
-Mi vocación nace de mi padre que fue mi maestro y me enseñó muchas actitudes ante la vida. Soy muy optimista. En la consulta vemos mucha tristeza.
-¿Por qué?
-La ceguera es el peor enemigo de una persona.
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