La asociación conservacionista Lynx Trust espera licencia para reintroducir una docena de linces europeos, extinguidos en Reino Unido hace ahora 200 años
El 17 de marzo de 1818 el último lince europeo recibió un tiro y la especie fue finalmente extinguida en Reino Unido. El monolito que lo recuerda en el bosque británico cumple esta primavera 200 años, fecha que coincide con los planes de reintroducción de vida salvaje promovidos por la asociación Lynx Trust, creada en 2014 por un grupo de conservacionistas y científicos. En tres años, el colectivo ha conseguido adherir al proyecto al 90 por ciento de la población encuestada y solicitar a las dos instituciones competentes -Natural England Heritage y Aberdeenshire- licencia para soltar una docena de linces en varias fincas privadas repartidas en el norte de Inglaterra y Aberdeenshire. De momento, se ha manifestado el ministro escocés Fergus Ewing, en estos términos: “Por encima de mi cadáver. Es esencial que la agricultura escocesa no se vea afectada negativamente por esta decisión”, recogió el pasado 12 de febrero el medio Farminguk.com.
Los impulsores insisten en que el regreso de viejos depredadores revitalizará el mundo agrario, donde la presencia de castores y ciervos es cada vez mayor. Pero los productores no lo ven así. La National Farmer Union (Unión Nacional de Agricultores) se ha opuesto a la iniciativa por considerar que el hábitat natural del lince ahora es distinto: “En este tiempo transcurrido desde la desaparición del último lince el espacio ha variado drásticamente, nuestra población ha aumentado drásticamente y no sabemos cómo se comportaría en el ambiente actual”, ha explicado al periódico The Guardian.
Otros colectivos como la National Sheep Association (Asociación Nacional de la Oveja) también han rechazado la presencia de depredadores salvajes olvidados como el lince y el lobo porque creen que “el proceso de consulta adoptado por Lynx Trust parece defectuoso y engañoso”. Sin embargo, Steve Piper, de LT, defiende la presencia del lince en el hábitat de las ovejas porque, “aunque son más lentas que los roedores, no han demostrado ningún interés en comérselas”. Es más -añade el conservacionista- ayudaría a controlar la creciente población de zorros, que sí depreda sobre ovinos.
Lynx Trust mantiene en su página web lynxuk.org que la asociación está recopilando los detalles de la información adicional requerida por Natural England el pasado mes de septiembre y confían en la resolución favorable. De momento, el permiso para la reintroducción de los primeros linces euroasiáticos en Inglaterra, prevista para este año 2018, está en el aire.
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