Microplásticos, bioplásticos, islas de plástico... Todo se puede explicar a partir del envoltorio de chicle tirado en el patio o el cepillado de dientes de esta mañana.
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¿Queda alguna cifra, dato, recurso que no demuestre el daño que supone para el medio ambiente la proliferación y mala gestión de los desechos de plástico? Hasta se estudia en los grados de Ciencias Ambientales, que tienen una asignatura llamada Impacto ambiental de los plásticos. Siempre queda muy a mano el dato de los ocho millones de toneladas anuales de plásticos que lanzamos a los mares, de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias. Pero, evidentemente, hay muchos más y, por experiencia, todos consiguen dejar ojos y bocas abiertos como platos al alumnado. Otro: el 91% del plástico que fabricamos no se recicla.
Pero en nuestra labor pedagógica no hay que dejar de informar de la enorme utilidad del plástico en nuestra vida cotidiana, insustituible en muchas aplicaciones, que van de la alimentación a la medicina, pasando por el transporte o la energía. El problema está en su uso y abuso, y muy especialmente en su desecho final.
Por lo tanto, nada mejor que comenzar a hablar de los plásticos en las aulas reconociendo dónde está, si el centro escolar depende mucho de ellos y hace un buen uso y desuso, si el propio alumnado está cargado de este material, si se podría prescindir de él en algunos usos... Vayamos asignatura a asignatura para averiguarlo.
Medioambiente
No queda otra que comenzar con todas aquellas materias que tengan el apellido "medioambiente" o "ambiental" en el currículo. El impacto de los plásticos es tan evidente que ningún patio escolar se escapa al envoltorio de un chicle, el brik pequeño de un zumo o la bolsa de patatas tirados en el suelo. ¿Por qué está ahí y por qué no debería estar?
Toca aleccionar sobre nuestra dependencia del plástico, la necesidad de reducir su consumo y la correcta separación de los residuos para su posterior reciclaje. Lo más evidente: la reducción del uso de las bolsas de plástico de comercios y supermercados, que tienden a desaparecer
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Pero dejemos que investiguen, que se den un paseo por los lineales de uno de esos supermercados, que observen y apunten el plástico necesario e innecesario que se expone en ellos. ¿Es indispensable que un par de aguacates estén envueltos en plástico? ¿O que una caja de cartón recubierta con una película de plástico contenga tres bandejas de plástico con magdalenas que a su vez va cada una envuelta en plástico? Sí, el plástico es redundante en los supermercados.
No está de más visitar algunos comercios o puestos de mercados tradicionales y comparar la exposición anterior con la posibilidad de adquirir a granel las magdalenas y el aguacate, pero también las alubias, las aceitunas o las salchichas. ¿Dónde hemos consumido más plástico?
Tecnología y Artes Plásticas
Visitar una planta de tratamiento de residuos urbanos donde se visualiza el proceso de recuperación de plásticos para su posterior reciclaje ilustra mucho sobre las tecnologías que se aplican desde la recogida de los contenedores en la calle hasta el uso final del plástico en un producto nuevo.
En el centro escolar los estudiantes pueden participar en el diseño y creación de sistemas propios de recogida selectiva y/o reducción/reutilización de plásticos. Entre estos trabajos está el desarrollo de campañas de concienciación, la elaboración de contenedores propios o la reutilización de plásticos para infinidad de productos, decorativos o de uso cotidiano (carteras, bolsos, prendas de vestir, estuches...). ¿Por qué no convertir los residuos de plásticos en una papelera o contenedor de reciclaje?
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Por último, ¿se puede prescindir de este material en algunos usos o sustituirlo por otros materiales sin que ocasionemos un mayor impacto ambiental? ¿Y cuáles serían las alternativas? Aquí aparecen los bioplásticos, otro mundo que se abre para enseñar, por ejemplo, cómo los residuos de una fábrica de zumos sirven para elaborar una botella para envasar esos zumos.
Geografía
Sí, lamentablemente los plásticos deben protagonizar una clase de Geografía debido a las grandes concentraciones que se forman en los giros oceánicos, especialmente en el del Pacífico Norte. Se trata de grandes masas de basura que llegan a ocupar la extensión de dos veces España. El vórtice que se origina en estos giros, con corrientes marinas rotativas, favorece que se concentren millones de trozos de plástico.
Es un buen momento para explicar que esa "inofensiva" bolsa o envoltorio que se quedó en el patio, por efecto de las corrientes de agua y el viento, unido a otros miles repartidos por más patios de centros escolares, no es difícil que acabe en un canal, arroyo o río, y a partir de ahí llegar al mar y unirse con miles de "inofensivos" trozos de plástico y formar esas gigantescas islas tóxicas.
Física y Química
Es cierto que el plástico de una botella o de un ordenador es muy evidente, pero en nuestra vida cotidiana nos duchamos, maquillamos y vestimos con plásticos invisibles. Por un lado están las microesferas, pequeñas piezas de plástico empleadas en productos para el hogar, como cosméticos o detergentes, desde una crema exfoliante a una pasta de dientes.
Por otro lado quedan las fibras sintéticas de muchos textiles, incluidos el polar, el anorak o la camiseta que llevan los alumnos. Según Greenpeace, que impulsa la campaña Pasarela Detox, "el poliéster, que se encuentra presente en el 60% de la ropa, puede tardar décadas en degradarse y contamina el medio marino con microfibras plásticas que entran en la cadena alimentaria".
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Aunque los microplásticos son visibles a simple vista sin necesidad de utilizar microscopía (a veces vale una lupa), está bien llevar al laboratorio algunos trozos de telas o una crema cosmética para comprobar y analizar in situ la composición plástica de las mismas. Por último, es buen momento para recordar que esta materia procede del petróleo, y adentrarse en su transformación para conseguirla.
Ciencias de la Naturaleza
¿Y dónde acaba gran parte de este plástico? Como se ha visto, en los mares, pero también en tierra firme, en la naturaleza, en definitiva. Y no se quedan ahí, sino que entran en las cadenas y redes tróficas de los ecosistemas. Solo así se entiende que la cigüeña del campanario de la iglesia tenga repleto el estómago de gomas, que a una tortuga marina se le extraiga la pajita de un refresco de su orificio nasal o que un ave marina muera estrangulada por los aros que abrazan las latas de bebidas.
Aparte del obligado visionado en las aulas del famoso vídeo sobre el impacto del plástico en una colonia de albatros situada en las islas Midway del Pacífico, a más de tres mil kilómetros del lugar de origen de estos desechos, hay oportunidad de seguir el rastro del plástico en el entorno escolar. ¿Cómo puede interactuar con la naturaleza una bolsa de plástico que el viento ha llevado a lo alto de un árbol y cerca de un nido?
Además, muchos de esos residuos de plásticos, sobre todo los micro, vuelven a veces de regreso a nuestra casa, a nuestros platos. ¿Por qué? Vamos, a compartir y/o saciar la curiosidad escolar.
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