Luis Monje Arenas. / CARLOS GIL |
-¿Biólogo de formación y fotógrafo por devoción?
-Sí, es mi forma de ser. Veo la vida desde mi cámara.
-¿Qué pesa más, la ciencia o la estética?
-La ciencia es un reto para conseguir imágenes imposibles. Por supuesto, el reto del fotógrafo es unir ciencia y arte.
-Su trabajo es espectacular. Color, brillo, estética... con elementos como el polen, el ala de una mariposa o los ojos de una abeja.
-Intento que quede una foto atractiva. Aplico los conceptos clásicos de composición a la parte técnica de la ciencia para conseguir imágenes muy difíciles. Unir ambas cosas es lo que te permite conseguir una foto original.
-Es especialista en fotografiar lo que no se ve...
-Una cosa puede ser invisible porque no se vea, esté fuera de la longitud de onda... pero está ahí y se puede captar con los instrumentos adecuados. Hay muchos sistemas para captar lo invisible. De casualidad descubres muchas cosas. Por ejemplo, el manzano emite luz. Es probar, investigar y descubrir.
-¿Cuánto trabajo previo requiere la fotografía científica?
-Depende de la especialidad... pero a veces mucho, mucho, mucho. Hay que preparar el instrumental capaz de captar esa imagen -más si es invisible-, hacer pruebas con filtros... lo bonito es experimentar. Cuando controlas una técnica, saltas a otra. En total hay unas 30.
-La fotografía científica es heredera del dibujo científico... no es dibujar lo que se ve, sino destacar aquello que tiene interés para el investigador.
-Se trata de una fotografía ilustrativa. También soy dibujante, pero el dibujo lleva mucho tiempo. Las observaciones que hace el científico hay que fijarlas de alguna manera, para eso está la fotografía científica.
-También tiene un papel muy relevante en la divulgación. Es difícil explicar si no hay una imagen.
-Sí, primero porque forma parte de la misma investigación. Es importante porque se invierten cientos de miles de euros en una línea de investigación y todo eso termina en una publicación en una revista especializada. Muchas veces, la calidad de las imágenes es fundamental para que el artículo sea elegido. Si además consigues una foto impactante, puede ocurrir que pase a ser la imagen de la portada.
-¿Los científicos son conscientes del valor de esas imágenes?
-Algunos sí son conscientes, pero algunos ni se dan cuenta. Ellos se lo pierden.
-Aparte de su labor científica, también colabora con la Policía como fotógrafo forense...
-Son colaboraciones puntuales, algunas de carácter determinante, pero es materia reservada y cuanto menos se divulguen las técnicas forenses, mejor. Explicar a un potencial delincuente las herramientas que pueden ayudar a detenerle no es conveniente.
-La policial es una de las aplicaciones que tiene la fotografía científica...
-Son muy amplias. También colaboramos con la industria. Por ejemplo, con imágenes de cómo es la aspersión de medicamentos para mejorar un inhalador, en ingeniería... el problema es que hay muy poca gente que se dedique a esto.
-Y usted es de esa minoría...
-Llevo 30 años dedicado a esto y soy posiblemente de las pocas personas que ha estudiado las 30 técnicas. Como disfruto mucho, y eso se nota, me gusta enseñarlo. Ahora hemos organizado la tercera edición del Posgrado Internacional en Imagen Científica.
-¿Y hay demanda?
-Hay un buen astrofotógrafo por aquí, un buen fotógrafo forense allí, otro que sabe de infrarrojos... cada especialista está en su nicho aislado. Lo que hemos conseguido es juntar especialistas y, como conocedor de todas las ramas, coordino este posgrado. Es la primera titulación mundial en imagen científica.
-Es muy ambicioso...
-Coordinar, profundizar... en total manejamos mil millones de euros en materiales entre telescopios, microscopios, máquinas de TAC...
-Viajero, científico, fotógrafo, ¿qué reto tiene ahora?
-Muchos, muchos. Ahora hemos creado la Asociación Española de Imagen Científica y Forense, con el objetivo de certificar imágenes de cara a juicios. Estamos intentando formar un grupo con los mejores especialistas en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario