PABLO SANTOS SANZ | ASTROFÍSICO |
Pablo Santos Sanz (Valladolid, 1971) estudió Físicas en la Universidad de Valladolid y posteriormente se trasladó a Tenerife para realizar su tesina de licenciatura en el Instituto de Astrofísica de Canarias sobre el cometa Hale-Bopp. En el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) del CSIC, en Granada, completó la tesis doctoral sobre objetos transneptunianos y centauros, que sigue siendo su objeto de estudio. Especialista en cuerpos menores del sistema solar, de los ladrillos con los que se construyó. El trabajo de Santos es como “hacer arqueología de nuestro sistema solar”.
-Unos monos que por la noche miran el firmamento. Aquél debió de ser el origen de todo.
-Ver un cielo de noche al raso sigue siendo sobrecogedor.
-No somos nada.
-Es una lección de humildad. No solemos reparar en nuestra pequeñez. La mayor parte de lo que se ve en una noche clara está en nuestra galaxia, que es una más entre un millón. Somos una mota de polvo en el espacio.
-¿La vida llegó desde otra parte del universo?
-Se cree que lo hizo en un meteorito y que vino desde nuestro sistema solar. También hemos detectado aminoácidos simples en cometas y en asteroides que venían desde más allá del sistema solar.
-Asombroso.
-Parece que la vida pudo llegar desde el espacio, al menos sus componentes básicos, pero el origen de la vida es aún un misterio.
-El estereotipo del astrónomo es alguien pegado a un telescopio esperando a que pase algo.
-Raras veces es así. Hoy día, principalmente hay cámaras que digitalizan el material con el que trabajamos. Y, en nuestro caso, vamos a objetos ya conocidos para observar con detenimiento sus propiedades.
-¿Alguna sorpresa?
-Hay veces que encuentras algo que no buscas. Hace dos años descubrimos un anillo en el planeta enano Haumea, más allá de Neptuno. Fue la confirmación, después de haberse observado en Cariclo, que no sólo los planetas gigantes tienen estos discos de hielo y polvo.
-Además de la información que proporcionan los telescopios de la Tierra, está la que envían las sondas, los satélites, los dispositivos móviles. ¿Algo imprevisto?
-La misión New Horizons se acercó en 2015 a Plutón, que es un objeto transneptuniano además de un planeta enano, y se vio que tiene una geología inesperadamente rica, parecida a la de Marte. Plutón es un mundo helado y vivo, con sublimaciones, un posible tipo de lluvia, glaciares de nitrógeno...
-¿Cuántas sondas, satélites, dispositivos hay enviando información desde el espacio?
-Del orden de la decena quizá. Habrá más misiones en los próximos años. Una irá con una especie de dron a Titán, que es uno de los satélites de Saturno, el único con una atmósfera densa. La exploración espacial está muy viva. Hay proyectos que irán a asteroides a hacer minería: algunos son ricos en materiales escasos en la Tierra, como el iridio.
-La Voyager, que alcanzará el sol más cercano en decenas de miles de años, lleva el Johny B. Good de Chuck Berry y la Quinta Sinfonía de Beethoven grabados en un disco de oro para gramófono. ¿Qué llevan las nuevas sondas?
-Detrás de lo del disco estuvo Carl Sagan. Creo que lo llevan sólo la Voyager 1 y la Voyager 2. Que yo sepa, no se ha vuelto a hacer. En las misiones a Marte suelen enviarse chips con nombres de personas. Es lo más parecido a lo que se hizo con las Voyager.
-¿Y qué pasó con ellas?
-Pues ahora mismo han salido de la influencia del sol. Están en el espacio interestelar, fuera de lo que consideramos el sistema solar. No se conoce con precisión cuándo comenzarán a tener la influencia de otro sol.
-¿Qué son esos objetos que no son planetas y en lo que es usted experto?
-Entre Júpiter y Neptuno están los llamados centauros y más allá, los objetos transneptunianos. Son cuerpos helados poco afectados por las radiaciones que conservan las propiedades químicas del sistema solar primigenio. Por eso son importantes. Son como los escombros que quedan después de hacer una obra, la del sistema solar. Estudiarlos es hacer su arqueología.
-¿Y qué pasó con esos objetos errantes?
-Hay otro grupo entre Marte y Júpiter, el cinturón de asteroides. Puede que sean escombros que no llegaron a convertirse en planetas debido a que la gravedad de Júpiter lo impidiera.
-¿Con qué orden se mueven? ¿Es uniforme o una pista de coches locos?
-El cinturón de asteroides y los transneptunianos son más estables. No es como Star Wars, hay mucha distancia entre ellos. El grupo de los centauros sí puede ser inestable. El sistema solar es algo muy vivo y dinámico.
-A lo único que le temían los galos de Astérix y Obélix es a que se les cayera el cielo encima.
-Muchos cuerpos pasan cerca de la Tierra y pueden llegar a impactar. Afortunadamente, la atmósfera nos protege bastante. Al rozar con ella, los objetos más pequeños se volatilizan o se desintegran; son los objetos más grandes los que pueden ser peligrosos.
-Se dice que la Luna será un destino turístico de los pudientes más aventureros.
-Ya hay viajes previstos a la estación internacional. El siguiente paso será la Luna, que seguro que lo veremos, y el siguiente, Marte.
-El primer extraterrestre que se conozca será un microorganismo, ¿verdad?
-Y es posible que lo hagamos en el sistema solar. Titán, Marte, Europa... Posiblemente en las próximas décadas detectemos la primera vida extraterrestre.
-¿Algún planeta u objeto adonde huir cuando esto se haga insoportable?
-Está difícil. Se habla de terraformar: transformar los planetas para hacerlos habitables. El primer paso sería la Luna... es muy hostil. Marte es lo más viable por cercanía. Y luego está Venus, con sus lluvias de ácido sulfúrico... Más nos vale cuidar la Tierra.
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