El Niño del Albaycín (Granada, 1995), acompañado de su guitarra, en una imagen reciente.
El Niño del Albayzín (Granada, 1995) se dio a conocer hace unos años con un tema que celebraba las bondades de Granada, pegadizo y con mucho color, reivindicaba su gente, cultura y costumbres más locales. Un disco en su haber y algunas canciones más, el rapero granadino lanzaba la canción Andalucía en junio. Ahora, está inmerso en su gira Faranduleo Tour y el 13 de septiembre tocará en el Zaidín Rock, el festival gratuito más antiguo de Europa. En medio de la vorágine de conciertos, responde unas preguntas a Granada Hoy.
–Desde el éxito de ¡Foh, mi Graná! ya han pasado unos tres años. Hace poco salió a la luz su último tema, 'Andalucía', un canto optimista de las bondades de nuestra tierra y su gente. ¿Espera un impacto parecido al que tuviste con ¡Foh, mi Graná!?
–Sin duda alguna el impacto que tuvo ¡Foh mi Graná! no es comparable al de esta última canción ni a ninguna de las que hemos sacado estos años. ¡Foh mi Graná!alcanzó miles y miles de visitas en horas y me mantuvo despierto y agobiado por los continuos mensajes y llamadas durante varios días seguidos, tuvo un impacto que no nos esperábamos. De Andalucía esperamos que llegue el mensaje, que las personas de la región la tomen como suya y sean conscientes de la suerte que tenemos. También esperábamos pasárnoslo bien creándola y creo que tanto el tema como el videoclip es prueba de que lo conseguimos. Estamos muy contentos con su “impacto” , tiene ya más de 5000 reproducciones.
–Esta última canción es una loa a Andalucía, su gente y nuestra cultura, sin obviar también a quien lucha “por un techo y comida caliente”. ¿Qué significa para usted ser andaluz?
–¡Ser andaluz es ser una persona con suerte! (lanza una carcajada). No desearía haber nacido en otro sitio... Creo que no hay mejor lugar para nacer y morir que Andalucía, y si es en Graná, como yo, ¡mejor todavía! (vuelve a reírse). Muchas veces vamos a tocar fuera y echamos de menos muchas cosas de aquí. Me gusta viajar y, yo, que personalmente no había salido nunca de Almería, Granada y alrededores, ahora con la música puedo hacerlo y estoy en disposición de decir que cuantos más sitios conozco más me gusta Andalucía. Ser andaluz es esto, es amar tu tierra, sus costumbres, su gente y notarlo día a día. Como en todos sitios aquí hay de todo... Todo tipo de gente, con más y con menos, yo vengo de una familia humilde, de un barrio en el que ya he visto de todo (bueno y malo) y me siento muy identificado con la gente luchadora a la que la vida no se lo ha puesto fácil, de ahí la frase que citas en la pregunta.
–En su primer disco, La felicidad que me otorga la vida, mezcla rap y otros sonidos, como el del reggae o las armonías de guitarra española. ¿Con qué genero se encuentra más cómodo?
–Me siento más cómodo en la variedad. No soy puristas de un género respecto a mi forma de cantar y de escribir es rap. Sin embargo, me gusta meterlo encima de una guitarra en cualquier bordillo de mi barrio, cuando nos juntamos de barbacoa o en instrumentales en un festival. Me gusta experimentar y probar sobre sonidos y estilos nuevos. Creo que la personalidad va en otras cosas y ser puro toda la vida no es hacer siempre lo mismo.
–¿Se ve dedicándose a esto a largo plazo?
–Sí, sin duda. Desde pequeño era muy inquieto. He hecho mil cosas y muy chico escribí la frase “de hacer estoy hecho”. Ahora, y desde hace unos años, es en la música donde me encuentro; y en el escenario donde soy más feliz conmigo mismo, escribiendo y con la gente que nos escucha, con la gente que mejor me lo paso. Tenemos en el horno una canción que habla de esto y empieza así: “Esta vida que llevo ya no la cambio, si no tengo el coche le tiro andando...”. No tengo intención de dejarlo, al menos por ahora. Voy a seguir luchando y, sobre todo, disfrutando del camino. Acabamos de firmar contrato con Kuver Producciones, una productora de Almería y ya tenemos curro para rato (carcajada). En 2020 queremos sacar un disco nuevo de la mano del productor Big Kilombo, también giraremos y seguiré con la misma gente, mi Compadre Joaquín y mi primo Sitillo. También me rondan por la cabeza cositas, algo nuevo para mí, un libro.
–¿Qué es para usted el Albaicín?
–Una pasada (carcajada). Es el barrio más bonito del mundo, sus rincones, gente y hasta el mismísimo suelo te enamora. Es donde nací y viví los primeros años de mi vida y estos seis últimos, lo siento como mi casa. Allí siempre encuentro luz, experiencias muy buenas o muy malas, y eso me hace escribir y crecer.
–¿Cree que se puede conciliar la vida de la gente del barrio con los turistas que llegan para visitarlo?
–Lo creía hasta que los que llegan para visitarlo son más que la gente del propio barrio. Se está masificando. Hay muchos turistas colapsando las calles, las casas, echando a la gente de aquí y ahora se producen continuos incendios en San Miguel y otras zonas que no me gustan un pelo. ¿Habrá chalets de lujo en el cerro en unos años? Espero que no. El Albaicín ha cambiado mucho porque la gente que lo habita también lo ha hecho... Me encantaría que se recupere el concepto de barrio que yo conocí de chico, en el que todo era “¡Buenos días, vesina!”, buen rollo y todos se conocían y respetaban. Hago alusión a esto en mi canción Guerra, donde digo “os han engañao con el concepto de barrio, madre si hablara la plazuela El Huerto del Carlos pero no el de hoy, el de hace años”.
–En Granada le pegas una patada a una piedra y de debajo salen un buen puñado de buenos músicos. ¿A qué cree que se debe?
–A la magia de este barrio, de la gente, de las vistas y de lo inspirador que es. No lo digo yo, ahí tienes a Lorca, a Ayax y Prok, a El Jose y a como tú dices, un buen puñado de artistas. Ya no solo músicos, arte en todas sus formas. Yo escribo lo que veo y vivo y por eso creo que podría responder todas las preguntas con mis propias letras (carcajadas): “Tiene arte por los cuatro costaos, musiquilla en callejuelas, artistas por tos laos, los bohemios en los tejaos, los hippies apalancaos y pa’ los pijos discotecas ni los lunes han cerrao”. Aprovecho, con vuestro permiso, para pedir al Ayuntamiento (al antiguo, al de ahora y al que venga) que deje en paz, o regule justamente, la música en la calle. Graná es Elsa Bhor tocando en Plaza Nueva los fines de semana. La ciudad es música, pero más allá de los eventos que organiza el Consistorio.
–Para quien no le conoce y ahora le haya picado la curiosidad, ¿dónde podrán encontrarle?
–En los bares (carcajadas). Tenemos la suerte de que Faranduleo Tour esté yendo bastante bien y tenemos varias fechas cerradas y anunciadas. Este verano hemos estado o vamos a estar en chiringuitos y festivales como Rabolagartija Festival en Alicante o La Ventolera en Almería. ¡Y ojo! El 13 de septiembre estamos en Graná, en el Zaidín Rock. Igualmente, avisamos de todo en nuestras redes. Invito a la gente a seguirnos en Instagram (@davidalbayzin) y en Facebook (El niño del Albaizín), ahí podéis enteraros de todo lo que hacemos, bueno... Todo no (más carcajadas).
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