La candidatura deberá sortear
tres fases para que sea ratificada por la Unesco La Diputación espera
superar el primer paso el próximo otoño para tratar de lograr el
marchamo mundial en 2017
V. Gomariz Belda
GRANADA
En los
últimos meses mucho y de forma intensa han trabajado las instituciones
para conseguir que la Alpujarra -incluida su vertiente almeriense- sea
declarada como Patrimonio Mundial. Un proyecto común que en algo más de
un año ha dado como fruto un amplio expediente de trabajo en el que
está documentada la singularidad de esta comarca rica por su
características paisajísticas, culturales, históricas y sociales. Se
trata de un anhelo en el que se han puesto a trabajar la Junta de
Andalucía, la Diputación Provincial de Granada, la Universidad de
Granada, el Centro Unesco de Andalucía, los municipios del lugar y
distintas asociaciones.
A pesar de que se baraja el horizonte de 2018 como fecha viable para que esta empresa logre su propósito, dentro del grupo de trabajo el optimismo hace pensar que se puede adelantar la buena nueva. No es sólo los buenos presagios si no también el saber que las cosas se han hecho en tiempo y forma hasta ahora. En ese aspecto, el diputado provincial de Turismo, Francisco Tarifa, así lo manifiesta: "Si todo sale y se trabaja como estamos haciendo se pueden adelantar los plazos".
En su reciente visita a la provincia, la presidenta del Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (por sus siglas en inglés Icomos), Rosa Suárez-Inclán propuso 2018 como fecha "máxima", según Tarifa. En declaraciones a Granada Hoy el diputado de Turismo reconoció que así lo dijo ella "en privado" tras conocer la situación de la candidatura sobre el terreno.
De confirmarse este extremo en el tiempo sería una muy buena noticia para los intereses de la Alpujarra y de la provincia en general. "Los pasos que se han dado han sido absolutamente firmes en su estudio y su concepción", apunta el representante de la Diputación, quien destaca la "fortaleza" de la propuesta granadina.
Icomos recomendó en el citado encuentro que había que delimitar más el entorno objetivo de la declaración y extender a la población la iniciativa.
En relación al primer aspecto, Tarifa aboga por ser "realista" para elegir los bienes materiales "excepcionales" para que la Unesco no ponga la más mínima pega. Quien conoce la comarca sabe que no todos los municipios han protegido la tipología alpujarreña en su integridad. No es comparable el urbanismo de Órgiva o Ugíjar al de las localidades asentadas en el barranco del Poqueira (Pampaneira, Bubión y Capileira) o la Tahá de Pitres. Estos últimos han velado para conservar en el tiempo el estilo arquitectónico propio del lugar.
En el caso del triunvirato del Poqueira, cuenta desde hace más de dos décadas con un Consorcio Urbanístico de España que como destaca el diputado "les ha permitido construir de forma ordenada y totalmente ajustada a la protección de nuestra historia y costumbre".
Por otro lado, es un aval el hecho de que ese área cuente también con la catalogación de Bienes de Interés Cultural, Parque Natural y Nacional. La Unesco valora "positivamente" ese sello por lo que en esa materia no habría que hacer nada.
Por estos motivos gana enteros la opción de que la candidatura se ciña a ese espacio para dar impulso a la declaración. No obstante, aunque Tarifa está "convencido" de que va a ser esa zona la elegida, prefiere dejar en manos del equipo multidisciplinar la decisión. "Ellos son los que tienen que hacer la propuesta técnica que más opciones pueda tener, nosotros la apoyaremos".
Respecto al papel de la ciudadanía, el responsable de Turismo de la Diputación -como alpujarreño que es- dice que "debemos estar convencidos de que es algo bueno para nuestra tierra". Conseguir ese propósito es situar a la Alpujarra al mismo nivel que el Taj Mahal de la India, el Machu Picchu de Perú o la Alhambra y el Albaicín, sin ir más lejos. "Hablamos de una promoción mundial que se conseguiría gracias a la declaración. No estaría pagada con nada porque no tendríamos cantidad económica suficiente para afrontarla".
A la hora de abordar esta cuestión, a juicio de Tarifa, ha habido cierta "tergiversación" del mensaje en la comarca. Por eso, incide en que la denominación que dentro de cuatro años, como máximo, pueda conceder la Unesco no supondrá "ningún tipo de restricción" por parte de este organismo al desarrollo del territorio. Tampoco puede "imponer" legislación alguna en el ámbito urbanístico, papel que corresponde a la Junta de Andalucía o el Gobierno central. "Los alpujarreños deben saber que la declaración no restringe ni quita derecho sobre nada".
Por otra parte, el diputado alude a la "hipocresía partidista" que vende este tema como un frenazo al desarrollo, "eso es un error".
El grupo de trabajo que tiene entre manos el proyecto afronta en estos meses las labores más técnicas. En paralelo a esa tarea se está confeccionando un programa de actividades con el fin de trasladarle a la opinión pública los "beneficios" de la declaración. Así se espera implicar más aún a la sociedad granadina y alpujarreña en particular.
Una vez recogidas las sugerencias aportadas por la presidenta de Icomos en España, el 28 de junio se celebrará en Cádiar un cónclave con todas las instituciones y asociaciones implicadas en esta aspiración. En esa cita será donde se aborde "en distintas fases" cómo va a quedar delimitada finalmente la extensión geográfica.
La idea es consensuar una posición "más concreta, que no definitiva" para que la Comisión Nacional de Patrimonio -que convocará una reunión el próximo mes de noviembre- tenga sobre la mesa una alternativa viable en comparación a la actual.
Si el veredicto de este organismo es afirmativo para la Alpujarra, se tendrán las "máximas garantías" para conseguir la vía libre deseada para continuar con el trabajo. La situación a día de hoy para la candidatura es "inmejorable", según Tarifa, al haberse estructurado y elaborado el expediente en un tiempo "récord".
A partir del mes de julio, una vez ya se haya acordado la estrategia colectiva, la meta será perfilar detalles para llegar al otoño de este año con la fortaleza necesaria para que la candidatura de la comarca granadina entre en la lista indicativa.
El siguiente hito en el camino sería la primavera de 2015 donde la Alpujarra se propondría para acceder a la relación definitiva. En caso de que esos plazos se cumplan, en 2016 se enviaría a la Unesco el expediente final y después de unos ocho meses de tramitación Granada sumaría hasta tres espacios Patrimonio Mundial.
A pesar de que se baraja el horizonte de 2018 como fecha viable para que esta empresa logre su propósito, dentro del grupo de trabajo el optimismo hace pensar que se puede adelantar la buena nueva. No es sólo los buenos presagios si no también el saber que las cosas se han hecho en tiempo y forma hasta ahora. En ese aspecto, el diputado provincial de Turismo, Francisco Tarifa, así lo manifiesta: "Si todo sale y se trabaja como estamos haciendo se pueden adelantar los plazos".
En su reciente visita a la provincia, la presidenta del Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (por sus siglas en inglés Icomos), Rosa Suárez-Inclán propuso 2018 como fecha "máxima", según Tarifa. En declaraciones a Granada Hoy el diputado de Turismo reconoció que así lo dijo ella "en privado" tras conocer la situación de la candidatura sobre el terreno.
De confirmarse este extremo en el tiempo sería una muy buena noticia para los intereses de la Alpujarra y de la provincia en general. "Los pasos que se han dado han sido absolutamente firmes en su estudio y su concepción", apunta el representante de la Diputación, quien destaca la "fortaleza" de la propuesta granadina.
Icomos recomendó en el citado encuentro que había que delimitar más el entorno objetivo de la declaración y extender a la población la iniciativa.
En relación al primer aspecto, Tarifa aboga por ser "realista" para elegir los bienes materiales "excepcionales" para que la Unesco no ponga la más mínima pega. Quien conoce la comarca sabe que no todos los municipios han protegido la tipología alpujarreña en su integridad. No es comparable el urbanismo de Órgiva o Ugíjar al de las localidades asentadas en el barranco del Poqueira (Pampaneira, Bubión y Capileira) o la Tahá de Pitres. Estos últimos han velado para conservar en el tiempo el estilo arquitectónico propio del lugar.
En el caso del triunvirato del Poqueira, cuenta desde hace más de dos décadas con un Consorcio Urbanístico de España que como destaca el diputado "les ha permitido construir de forma ordenada y totalmente ajustada a la protección de nuestra historia y costumbre".
Por otro lado, es un aval el hecho de que ese área cuente también con la catalogación de Bienes de Interés Cultural, Parque Natural y Nacional. La Unesco valora "positivamente" ese sello por lo que en esa materia no habría que hacer nada.
Por estos motivos gana enteros la opción de que la candidatura se ciña a ese espacio para dar impulso a la declaración. No obstante, aunque Tarifa está "convencido" de que va a ser esa zona la elegida, prefiere dejar en manos del equipo multidisciplinar la decisión. "Ellos son los que tienen que hacer la propuesta técnica que más opciones pueda tener, nosotros la apoyaremos".
Respecto al papel de la ciudadanía, el responsable de Turismo de la Diputación -como alpujarreño que es- dice que "debemos estar convencidos de que es algo bueno para nuestra tierra". Conseguir ese propósito es situar a la Alpujarra al mismo nivel que el Taj Mahal de la India, el Machu Picchu de Perú o la Alhambra y el Albaicín, sin ir más lejos. "Hablamos de una promoción mundial que se conseguiría gracias a la declaración. No estaría pagada con nada porque no tendríamos cantidad económica suficiente para afrontarla".
A la hora de abordar esta cuestión, a juicio de Tarifa, ha habido cierta "tergiversación" del mensaje en la comarca. Por eso, incide en que la denominación que dentro de cuatro años, como máximo, pueda conceder la Unesco no supondrá "ningún tipo de restricción" por parte de este organismo al desarrollo del territorio. Tampoco puede "imponer" legislación alguna en el ámbito urbanístico, papel que corresponde a la Junta de Andalucía o el Gobierno central. "Los alpujarreños deben saber que la declaración no restringe ni quita derecho sobre nada".
Por otra parte, el diputado alude a la "hipocresía partidista" que vende este tema como un frenazo al desarrollo, "eso es un error".
El grupo de trabajo que tiene entre manos el proyecto afronta en estos meses las labores más técnicas. En paralelo a esa tarea se está confeccionando un programa de actividades con el fin de trasladarle a la opinión pública los "beneficios" de la declaración. Así se espera implicar más aún a la sociedad granadina y alpujarreña en particular.
Una vez recogidas las sugerencias aportadas por la presidenta de Icomos en España, el 28 de junio se celebrará en Cádiar un cónclave con todas las instituciones y asociaciones implicadas en esta aspiración. En esa cita será donde se aborde "en distintas fases" cómo va a quedar delimitada finalmente la extensión geográfica.
La idea es consensuar una posición "más concreta, que no definitiva" para que la Comisión Nacional de Patrimonio -que convocará una reunión el próximo mes de noviembre- tenga sobre la mesa una alternativa viable en comparación a la actual.
Si el veredicto de este organismo es afirmativo para la Alpujarra, se tendrán las "máximas garantías" para conseguir la vía libre deseada para continuar con el trabajo. La situación a día de hoy para la candidatura es "inmejorable", según Tarifa, al haberse estructurado y elaborado el expediente en un tiempo "récord".
A partir del mes de julio, una vez ya se haya acordado la estrategia colectiva, la meta será perfilar detalles para llegar al otoño de este año con la fortaleza necesaria para que la candidatura de la comarca granadina entre en la lista indicativa.
El siguiente hito en el camino sería la primavera de 2015 donde la Alpujarra se propondría para acceder a la relación definitiva. En caso de que esos plazos se cumplan, en 2016 se enviaría a la Unesco el expediente final y después de unos ocho meses de tramitación Granada sumaría hasta tres espacios Patrimonio Mundial.
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