El granadino ha sido nombrado
director de la Estrategia de Innovación e Investigación en Salud para
2014-2018. Generar riqueza y aplicar resultados en los pacientes, sus
objetivos.
S. Vallejo / granada |
José Antonio Lorente, en el edificio Genyo del Parque Tecnológico de la Salud de Granada.
-Andalucía
pone en marcha la Estrategia de Innovación e Investigación en Salud
para 2014-2018. ¿Cómo está la investigación en la comunidad? ¿Goza de
buena salud?
-No lo tengo que decir yo, lo dicen los datos nacionales e internacionales: de acuerdo a parámetros bibliométricos, de captación de fondos y de transferencia del conocimiento, la investigación en el marco de la Salud en Andalucía está bien, de hecho está objetivamente muy bien. Mi misión es preguntarme si está todo lo bien que debería y si puede estar mejor, y en ello se ha venido trabajando y lo seguiremos haciendo. Personalmente no soy una persona conformista y trataremos de mejorar, aunque es obvio que tampoco soy un iluminado utópico ajeno a la realidad y los presupuestos públicos hay que repartirlos por prioridades y necesidades que todos los sectores demandan y al que tienen derecho.
-La I+D está llamada desde que estalló la crisis a liderar un nuevo modelo productivo basado en el conocimiento. ¿Es capaz de sostener este modelo la economía? ¿Cuánto tendríamos que cambiar?
-Habría mucho que cambiar, este proceso no es algo que se haga de la noche a la mañana. Son años enteros de esfuerzo y de coherencia teniendo en cuenta que tenemos una competencia directa en esta materia por parte de países de nuestro entorno y de países emergentes, algunos ya emergidos hace años. Sinceramente no creo que un sistema productivo basado en el conocimiento sea capaz de mantener ninguna economía nacional de un cierto volumen, aunque lo haga en algunos lugares a nivel local o concreto, pero es algo irrenunciable porque es un complemento imprescindible, y en Andalucía se puede generar.
-Dentro de la investigación, el sistema sanitario es fundamental, pero con los recortes y la situación laboral, ¿es el mejor soporte para la investigación?
-Obviamente los recortes y las malas condiciones laborales no son buenas para nada y tampoco para la investigación. Estas situaciones son algo que escapan a mi ámbito como director de la Estrategia de Investigación e Innovación, pero nadie recorta por gusto o por amargar la vida a los demás, esto es duro siempre y lo es en primer lugar para los responsables que tienen que aplicar estas medidas.
-Los profesionales cada vez tienen menos tiempo y menos recursos para investigar y otros lo hacen obligados por objetivos. ¿Se pierde así la capacidad investigadora y la pasión por los proyectos?
-Habría que matizar caso a caso, por centros y servicios y unidades, pero el que haya menos tiempo por tener más obligaciones o contratos más limitados, o el que haya menos dinero para investigar no es un problema exclusivo de la investigación médica y por ejemplo también lo tenemos en la universidad y se tiene en otras instituciones e incluso en empresas. Dicho esto, hay que tratar de cambiar esta dinámica porque si no entramos en eso de mal de muchos, consuelo de tontos. Es obvio que un contexto como el actual, de recortes y limitaciones, no es el ideal para investigar y es comprensible que algunas personas pierdan capacidad y pasión. Creo por lo tanto que es importante optimizar los recursos y generar ilusión en aquellos que no la tienen. A veces es necesario suplir con ilusión la falta de recursos, pero con ilusión sólo no se investiga, hay que ser proactivo y desde la administración y desde las partes interesadas hacer todo lo posible por facilitar la tarea e ilusionar a los que de verdad quieren investigar.
-¿Qué retos tiene la nueva estrategia I+i?
-Son múltiples los retos, podríamos hablar horas enteras, pero entre los más importantes está mantener la calidad de la investigación que ya existe y mejorarla en lo posible. Por otro lado está el hecho de que la misma genere trabajo y riqueza en Andalucía y finalmente, quizás lo más importante, es que lo que se investiga pase a ser útil para los pacientes lo antes posible, o sea, el que haya perfiles que llamamos traslacionales dentro de un contexto sólido y eficiente de investigación.
-Andalucía ha apostado por los parques tecnológicos. En Granada el PTS está liderando el sector. ¿Podrán sobrevivir con la reducción de la financiación? ¿Qué papel juega la iniciativa privada?
-Se podrá y se sobrevivirá, lo que hay que evitar son los daños que se pueden producir. El PTS está aún creciendo, la apertura del hospital y las facultades de Ciencias de la Salud y Medicina supondrán un revulsivo muy importante. En paralelo continúa el interés de empresas privadas nacionales e internacionales por instalarse aquí y esto es importante porque garantiza el futuro, futuro que no se construye en pocos años, pero vamos por muy buen camino. Y la iniciativa privada está jugando un papel muy importante ya que un porcentaje muy elevado de empleo e inversión han venido de su mano.
-La ex ministra Cristina Garmendia valoró la semana pasada en Granada los "atractivos" del PTS para recibir inversiones de éxito. ¿Cómo considera la posición del PTS de Granada dentro del sector de la investigación?
-El PTS es y será pilar básico del desarrollo económico de nuestra ciudad y nuestra provincia. Y lo es porque ya ha demostrado su capacidad y porque en 10 años hemos de ser capaces de posicionarlo como un lugar estratégico de modo que se haga imprescindible y que se convierta en una referencia para investigadores, médicos y compañías biofarmacéuticas nacionales e internacionales. Ocupará un lugar clave en nuestra economía tanto por lo que el PIB pueda representar como por lo que estratégicamente significa ser una referencia en investigación en salud.
-¿Cómo se pueden conseguir más investigadores? En comparación con los profesionales que trabajan en los centros sanitarios, todavía son pocos los que se decantan por el laboratorio.
-Los investigadores en salud están en los centros sanitarios pero también en las universidades, en centros e institutos de investigación -como el maravilloso centro que es el López Neyra del CSIC- y en empresas privadas. Todo esto forma una red importante que es imprescindible porque la vida del investigador le hace (nos ha hecho a todos) cambiar de un lugar a otro, incluso de un país a otro. Tengo el convencimiento de que uno de los modos de captar más investigadores es poder garantizar un futuro a la mayoría de ellos, y esto no pueden hacerlo sólo las instituciones públicas sino que hay que interactuar con la iniciativa privada y con instituciones mixtas. Puede servir de ejemplo el Centro de Genómica e Investigación Oncológica (Genyo) que me honro en dirigir.
-Andalucía tiene 956 proyectos de investigación, 61 millones de financiación... Si se para el ritmo, ¿qué consecuencias tendría?
-Evidentemente muy negativas, porque al final todo se traduce en puestos de trabajo y riqueza para nuestra tierra. Sinceramente no creo que se pare el ritmo, puede que oscile un poco por el ya tratado tema de la crisis y recortes, pero la suerte es que muchos grupos de investigación andaluces del SSPA, de las universidades, de centros de investigación y de empresas están ya lo suficientemente bien posicionados como para ser capaces de seguir captando suficientes recursos. Esto no significa que ni haya que agudizar a imaginación y buscar nuevas fuentes y vías de financiación. O nos creemos que la investigación e innovación aportan riqueza y garantizan el futuro y por lo tanto apostamos al 100% en ello, o no nos lo creemos. Yo creo que cada vez lo cree más gente, pero menos de los que tendrían que creerlo.
-¿Atravesamos el peor momento para la investigación?
-La crisis ha conllevado un enorme sacrificio, pérdidas colaterales graves, pero la investigación y la innovación han venido a Andalucía y España para quedarse y ninguno de los investigadores vamos a renunciar a ello.
-No lo tengo que decir yo, lo dicen los datos nacionales e internacionales: de acuerdo a parámetros bibliométricos, de captación de fondos y de transferencia del conocimiento, la investigación en el marco de la Salud en Andalucía está bien, de hecho está objetivamente muy bien. Mi misión es preguntarme si está todo lo bien que debería y si puede estar mejor, y en ello se ha venido trabajando y lo seguiremos haciendo. Personalmente no soy una persona conformista y trataremos de mejorar, aunque es obvio que tampoco soy un iluminado utópico ajeno a la realidad y los presupuestos públicos hay que repartirlos por prioridades y necesidades que todos los sectores demandan y al que tienen derecho.
-La I+D está llamada desde que estalló la crisis a liderar un nuevo modelo productivo basado en el conocimiento. ¿Es capaz de sostener este modelo la economía? ¿Cuánto tendríamos que cambiar?
-Habría mucho que cambiar, este proceso no es algo que se haga de la noche a la mañana. Son años enteros de esfuerzo y de coherencia teniendo en cuenta que tenemos una competencia directa en esta materia por parte de países de nuestro entorno y de países emergentes, algunos ya emergidos hace años. Sinceramente no creo que un sistema productivo basado en el conocimiento sea capaz de mantener ninguna economía nacional de un cierto volumen, aunque lo haga en algunos lugares a nivel local o concreto, pero es algo irrenunciable porque es un complemento imprescindible, y en Andalucía se puede generar.
-Dentro de la investigación, el sistema sanitario es fundamental, pero con los recortes y la situación laboral, ¿es el mejor soporte para la investigación?
-Obviamente los recortes y las malas condiciones laborales no son buenas para nada y tampoco para la investigación. Estas situaciones son algo que escapan a mi ámbito como director de la Estrategia de Investigación e Innovación, pero nadie recorta por gusto o por amargar la vida a los demás, esto es duro siempre y lo es en primer lugar para los responsables que tienen que aplicar estas medidas.
-Los profesionales cada vez tienen menos tiempo y menos recursos para investigar y otros lo hacen obligados por objetivos. ¿Se pierde así la capacidad investigadora y la pasión por los proyectos?
-Habría que matizar caso a caso, por centros y servicios y unidades, pero el que haya menos tiempo por tener más obligaciones o contratos más limitados, o el que haya menos dinero para investigar no es un problema exclusivo de la investigación médica y por ejemplo también lo tenemos en la universidad y se tiene en otras instituciones e incluso en empresas. Dicho esto, hay que tratar de cambiar esta dinámica porque si no entramos en eso de mal de muchos, consuelo de tontos. Es obvio que un contexto como el actual, de recortes y limitaciones, no es el ideal para investigar y es comprensible que algunas personas pierdan capacidad y pasión. Creo por lo tanto que es importante optimizar los recursos y generar ilusión en aquellos que no la tienen. A veces es necesario suplir con ilusión la falta de recursos, pero con ilusión sólo no se investiga, hay que ser proactivo y desde la administración y desde las partes interesadas hacer todo lo posible por facilitar la tarea e ilusionar a los que de verdad quieren investigar.
-¿Qué retos tiene la nueva estrategia I+i?
-Son múltiples los retos, podríamos hablar horas enteras, pero entre los más importantes está mantener la calidad de la investigación que ya existe y mejorarla en lo posible. Por otro lado está el hecho de que la misma genere trabajo y riqueza en Andalucía y finalmente, quizás lo más importante, es que lo que se investiga pase a ser útil para los pacientes lo antes posible, o sea, el que haya perfiles que llamamos traslacionales dentro de un contexto sólido y eficiente de investigación.
-Andalucía ha apostado por los parques tecnológicos. En Granada el PTS está liderando el sector. ¿Podrán sobrevivir con la reducción de la financiación? ¿Qué papel juega la iniciativa privada?
-Se podrá y se sobrevivirá, lo que hay que evitar son los daños que se pueden producir. El PTS está aún creciendo, la apertura del hospital y las facultades de Ciencias de la Salud y Medicina supondrán un revulsivo muy importante. En paralelo continúa el interés de empresas privadas nacionales e internacionales por instalarse aquí y esto es importante porque garantiza el futuro, futuro que no se construye en pocos años, pero vamos por muy buen camino. Y la iniciativa privada está jugando un papel muy importante ya que un porcentaje muy elevado de empleo e inversión han venido de su mano.
-La ex ministra Cristina Garmendia valoró la semana pasada en Granada los "atractivos" del PTS para recibir inversiones de éxito. ¿Cómo considera la posición del PTS de Granada dentro del sector de la investigación?
-El PTS es y será pilar básico del desarrollo económico de nuestra ciudad y nuestra provincia. Y lo es porque ya ha demostrado su capacidad y porque en 10 años hemos de ser capaces de posicionarlo como un lugar estratégico de modo que se haga imprescindible y que se convierta en una referencia para investigadores, médicos y compañías biofarmacéuticas nacionales e internacionales. Ocupará un lugar clave en nuestra economía tanto por lo que el PIB pueda representar como por lo que estratégicamente significa ser una referencia en investigación en salud.
-¿Cómo se pueden conseguir más investigadores? En comparación con los profesionales que trabajan en los centros sanitarios, todavía son pocos los que se decantan por el laboratorio.
-Los investigadores en salud están en los centros sanitarios pero también en las universidades, en centros e institutos de investigación -como el maravilloso centro que es el López Neyra del CSIC- y en empresas privadas. Todo esto forma una red importante que es imprescindible porque la vida del investigador le hace (nos ha hecho a todos) cambiar de un lugar a otro, incluso de un país a otro. Tengo el convencimiento de que uno de los modos de captar más investigadores es poder garantizar un futuro a la mayoría de ellos, y esto no pueden hacerlo sólo las instituciones públicas sino que hay que interactuar con la iniciativa privada y con instituciones mixtas. Puede servir de ejemplo el Centro de Genómica e Investigación Oncológica (Genyo) que me honro en dirigir.
-Andalucía tiene 956 proyectos de investigación, 61 millones de financiación... Si se para el ritmo, ¿qué consecuencias tendría?
-Evidentemente muy negativas, porque al final todo se traduce en puestos de trabajo y riqueza para nuestra tierra. Sinceramente no creo que se pare el ritmo, puede que oscile un poco por el ya tratado tema de la crisis y recortes, pero la suerte es que muchos grupos de investigación andaluces del SSPA, de las universidades, de centros de investigación y de empresas están ya lo suficientemente bien posicionados como para ser capaces de seguir captando suficientes recursos. Esto no significa que ni haya que agudizar a imaginación y buscar nuevas fuentes y vías de financiación. O nos creemos que la investigación e innovación aportan riqueza y garantizan el futuro y por lo tanto apostamos al 100% en ello, o no nos lo creemos. Yo creo que cada vez lo cree más gente, pero menos de los que tendrían que creerlo.
-¿Atravesamos el peor momento para la investigación?
-La crisis ha conllevado un enorme sacrificio, pérdidas colaterales graves, pero la investigación y la innovación han venido a Andalucía y España para quedarse y ninguno de los investigadores vamos a renunciar a ello.
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