Una exposición en la Corrala de Santiago, recorre la vida de Santa Teresa de Avila No olvida su faceta de escritora y su carácter siempre luchador y reivindicativo
BRÍGIDA GALLEGO-COÍN GRANADA
Rebelde, valiente, rompedora. Santa Teresa de Jesús fue una mujer única no solamente por recorrerse la península a lomos de un burro fundando conventos y reformando la orden carmelita, sino por su inmensa obra literaria. Esa niña de origen judío que leía a escondidas novelas de caballerías da, hoy en día, mucho que hablar. Prueba de ello es la muestra que coincidiendo con el V Aniversario de su nacimiento se inauguró en la Biblioteca Nacional de Madrid, organizada por Acción Cultural Española y que ahora puede contemplarse en la Corrala de Santiago de nuestra ciudad. "El visitante se introduce en el mundo teresiano viendo el ambiente que rodeó su infancia, su entorno y sus primeros contactos con los libros", explica la comisaria, Rosa Navarro, catedrática de Literatura Española de la Universidad de Barcelona.
Grandes pintores como Rubens se inspiraron en Teresa y en la descripción de sus visiones para algunas de sus obras. Reproducciones de estos cuadros también forman parte de la exposición que permanecerá en la Corrala de Santiago hasta el próximo 29 de enero. Entre ellos, Educación de Santa Teresa, de Juan García Miranda (1785), Cristo y la Samaritana, de Guercino o el retrato que José de Ribera hizo de la Santa, donde la muestra escribiendo. "En su autobiografía relata minuciosamente su etapa de perfección interior que desemboca en momentos de arrobamientos y visiones. Nos describe a un ángel que ve cerca de ella. Bernini lo esculpió en su bellísimo El éxtasis de Santa Teresa. Ante las grandes dificultades que encontró para fundar el convento de San José, tuvo la visión de un collar que Andrea Vaccaro también pintó. Rubens hizo lo mismo con la visión del Espíritu Santo que describió. La expresividad de su prosa llevó a espléndidos artistas a transformar esas visiones en bellas imágenes", explica Rosa Navarro.
No faltan facsímiles de sus obras como Camino de Perfección o el Libro de las fundaciones (1573-1582). "Empezó a escribirlo un 25 de agosto de 1573 en Salamanca y lo cierra en el capítulo 27 con la fundación de Caravaca porque recibió la orden de dejar de fundar y no salir del convento que eligiera. Pero, más adelante, escribió el capítulo 28 y otros tres más", explica la comisaria.
La muestra, que toma el título del verso teresiano "La prueba de mi verdad" repasa el discurso de la vida de Teresa "que escribe como habla porque no es letrada y no tiene que seguir las normas de un escritor culto. Abre su alma a los demás con una expresividad muy cercana, ahondando en sus certezas y en sus dudas, con una maestría única. Sus libros son su otro yo, y Teresa de Jesús quiere que sigan hablando tras su muerte, dando testimonio, mostrando el camino de perfección y los entresijos del alma", apunta Navarro.
Otra de las grandes dificultades a las que se enfrentó fue a la Inquisición. De hecho, la muestra acoge el catálogo de libros prohibidos por el Tribunal.
La prueba de mi verdad también muestra la vinculación que la escritora tuvo con importantes personalidades de su época como el rey Felipe II o la duquesa de Alba, "porque a Teresa de Jesús no le asustaban ni el linaje ni la riqueza cuando tenía que sacar adelante sus fundaciones. Ella decía que el rey escuchaba a todo el mundo, y para nada temía llamarlo cuando lo necesitaba".
Otras personas importantes en su vida y a las que hace referencia la exposición fueron San Juan de la Cruz, que compartió con ella la voluntad de reformar la orden carmelita y el gran humanista fray Luis de León que editaría las obras de la santa.
Un gran plano de la época con el recorrido de sus fundaciones, donde también aparece Granada es otro de los documentos interesantes de esta exposición didáctica que comienza en su infancia, relata su crisis física y emocional, su entrada en el convento, su faceta como escritora y la fundación de conventos hasta llegar a sus últimos días y su fallecimiento en Alba de Tormes.
Grandes pintores como Rubens se inspiraron en Teresa y en la descripción de sus visiones para algunas de sus obras. Reproducciones de estos cuadros también forman parte de la exposición que permanecerá en la Corrala de Santiago hasta el próximo 29 de enero. Entre ellos, Educación de Santa Teresa, de Juan García Miranda (1785), Cristo y la Samaritana, de Guercino o el retrato que José de Ribera hizo de la Santa, donde la muestra escribiendo. "En su autobiografía relata minuciosamente su etapa de perfección interior que desemboca en momentos de arrobamientos y visiones. Nos describe a un ángel que ve cerca de ella. Bernini lo esculpió en su bellísimo El éxtasis de Santa Teresa. Ante las grandes dificultades que encontró para fundar el convento de San José, tuvo la visión de un collar que Andrea Vaccaro también pintó. Rubens hizo lo mismo con la visión del Espíritu Santo que describió. La expresividad de su prosa llevó a espléndidos artistas a transformar esas visiones en bellas imágenes", explica Rosa Navarro.
No faltan facsímiles de sus obras como Camino de Perfección o el Libro de las fundaciones (1573-1582). "Empezó a escribirlo un 25 de agosto de 1573 en Salamanca y lo cierra en el capítulo 27 con la fundación de Caravaca porque recibió la orden de dejar de fundar y no salir del convento que eligiera. Pero, más adelante, escribió el capítulo 28 y otros tres más", explica la comisaria.
La muestra, que toma el título del verso teresiano "La prueba de mi verdad" repasa el discurso de la vida de Teresa "que escribe como habla porque no es letrada y no tiene que seguir las normas de un escritor culto. Abre su alma a los demás con una expresividad muy cercana, ahondando en sus certezas y en sus dudas, con una maestría única. Sus libros son su otro yo, y Teresa de Jesús quiere que sigan hablando tras su muerte, dando testimonio, mostrando el camino de perfección y los entresijos del alma", apunta Navarro.
Otra de las grandes dificultades a las que se enfrentó fue a la Inquisición. De hecho, la muestra acoge el catálogo de libros prohibidos por el Tribunal.
La prueba de mi verdad también muestra la vinculación que la escritora tuvo con importantes personalidades de su época como el rey Felipe II o la duquesa de Alba, "porque a Teresa de Jesús no le asustaban ni el linaje ni la riqueza cuando tenía que sacar adelante sus fundaciones. Ella decía que el rey escuchaba a todo el mundo, y para nada temía llamarlo cuando lo necesitaba".
Otras personas importantes en su vida y a las que hace referencia la exposición fueron San Juan de la Cruz, que compartió con ella la voluntad de reformar la orden carmelita y el gran humanista fray Luis de León que editaría las obras de la santa.
Un gran plano de la época con el recorrido de sus fundaciones, donde también aparece Granada es otro de los documentos interesantes de esta exposición didáctica que comienza en su infancia, relata su crisis física y emocional, su entrada en el convento, su faceta como escritora y la fundación de conventos hasta llegar a sus últimos días y su fallecimiento en Alba de Tormes.
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