El Colegio de Economistas y el Colegio de Titulares Mercantiles presentaron ayer el informe del Observatorio Financiero.
Granada se juega mucho con el proyecto del acelerador. La provincia ha sabido situarse en la casilla de salida de una carrera en la que también están involucradas Polonia y Croacia, y que puede marcar un antes y un después para su futuro. Los efectos del Brexit -que se filtrarán a todos los ámbitos económicos a partir del próximo año-, la amenaza de una nueva recesión internacional o el posible impacto de las políticas económicas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se quedarán en nada si Granada consigue finalmente vincularse al proyecto de IFMIF-Dones y quedarse con una infraestructura científica capaz de revolucionar la economía granadina.
Así lo aseguró ayer el profesor de Economía y Finanzas de la Bangor Business School (Reino Unido), Santiago Carbó, que analizó junto al profesor de la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada Francisco Rodríguez el futuro financiero y económico internacional, nacional, regional y provincial. En su diagnóstico sobre Granada, el experto, que también destacó la importancia del sector turístico, hizo hincapié en la necesidad de apoyar proyectos como el acelerador por su potencial transformador. "Este proyecto por sí solo cambiaría la vida de Granada y de Andalucía. Debe ser una apuesta de todos por muchas razones", apuntó Carbó, que destacó la "suerte" de la provincia de haber sido elegida como candidata nacional y la importancia de que se logre un acuerdo "local, provincial, autonómico y estatal".
El economista aseguró que el proyecto granadino, por el que todas las administraciones y organizaciones implicadas "están moviéndose", tiene grandes oportunidades por la capacidad técnica de la provincia, que cuenta con unos investigadores de gran nivel y la baza de la Universidad de Granada. "El proyecto español es el más competitivo de todos. He tenido la oportunidad de conocer los proyectos de los competidores y no tienen nada que hacer", apuntó Carbó, que también destacó, eso sí, que la capacidad técnica debe ir acompañada de dotación presupuestaria suficiente.
Obviamente, puesto que la decisión del paradero del acelerador dependerá de 'Fusion for Energy' y no es cuestión de apostarlo todo a un solo caballo -sobre todo porque aún no se sabe si será el ganador-, tanto Santiago Carbó como Francisco Rodríguez apuntaron en su charla en el Colegio de Economistas de Granada que el nuevo Gobierno tiene una importante tarea por delante, tras la implantación de la reforma laboral. El hecho de que la economía española esté viviendo "un momento dulce" no es razón para que el Ejecutivo -que ha "sesteado" durante los dos últimos años- postergue reformas que "piensen en la gente". Entre ellas, Carbó destacó la actualización de la estructura impositiva, que no puede depender de los periodos electorales; la "verdadera" reforma de la administración; afrontar el debate de las pensiones; y, sobre todo, acabar con los salarios más dignos. El economista, que asegura que la reforma laboral fue buena, indicó que su único objetivo no puede ser la liberalización del mercado de trabajo, y que ahora toca pensar en la otra parte de la cadena laboral. "Ya no hay más recorrido para bajar los salarios. Hay que aumentar la productividad y aplicar un sistema para distribuir las ganancias. Eso es bueno, porque la gente consume más".
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