El piloto, Miguel Ángel Gordillo, el primero en sobrevolar la Antártida sin parada durante más de 20 horas y media.
El piloto Miguel Ángel Gordillo se ha convertido en el primer hombre en cruzar el continente del Polo Sur ininterrumpidamente durante más de 20 horas de viaje.
El objetivo de esta expedición no es otro que medir a nivel global la contaminación atmosférica motivada por el hollín o el carbono negro, así como por la 'cruel' mano del hombre a través de las partículas de aerosoles, causantes del cambio climático.
Un hito histórico para la aeronáutica antártica, que no habría sido posible sin la coordinación de un grupo de científicos españoles, entre los que se encuentran investigadores de la Universidad de Granada, y que se produjo el pasado 9 de noviembre con la partida de Gordillo desde la Base antártica italiana 'Mario Zucchelli' en la Bahía de Terra Nova.
El piloto recorrió más de 4.500 kilómetros hasta llegar a la Base antártica argentina en Isla Marambio, a través del Mar de Ross, la Meseta antártica y el Mar de Wedell. Durante el recorrido, Gordillo fue transmitiendo cada tres minutos a la base información sobre su situación, hora, velocidad sobre el suelo y el rumbo que tomaba.
Un periplo que concluyó con el sobrevuelo de la Antártida, pasando por el Mediterráneo, las zonas trópico-ecuatoriales de África, el Océano Índico hasta llegar a continente australiano y finalizando en vuelo directo desde Tasmania a la Base antártica italiana 'Mario Zuccelli' en la Bahía antártica de Terranova, enclave desde donde partió.
La otra cara de esta expedición la protagoniza el Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía y la Universidad de Granada, en colaboración con la firma Aerosol, que han dado soporte científico al vuelo realizado por Miguel Ángel Gordillo alrededor del planeta, que ha finalizado sobrevolando el Polo Norte en un avión ligero. El proyecto, además, ha contado con el soporte del Ministerio de Fomento, Acciona, el Colegio de Pilotos y el Real AeroClub de España.
Respecto al equipamiento técnicas del avión, este ha sido dotado de un mini-aethalómetro A-33-avio, de la firma Aerosol, capaz de medir durante el vuelo propiedades del aerosol atmosférico, con las que se puede detectar la presencia de polvo mineral de desértico u hollín presente en el aire, para determinar la concentración de hollín discriminando si su origen es quema de biomasa o quema de combustibles fósiles.
El monitoreo de hollín en lugares remotos se hace necesario para el conocimiento del impacto generado por este tipo de aerosol en el clima. Los datos recogidos durante el vuelo están siendo analizados y permitirán alcanzar un mejor entendimiento sobre este agente que incide en el calentamiento global.
El marco sobre el que se desarrolla el sobrevuelo de la Antártida forma parte de la Campaña científica de España 2016/2017 en el continente antártico y cuenta con la colaboración del Comité Polar Español que ha coordinado la actividad y relaciones con los países que ubican las bases antárticas.
Asimismo, se enmarca dentro del proyecto científico de la Universidad de Granada dirigido por el profesor Lucas Alados Arboledas, enfocado en la medidas a nivel global de la contaminación atmosférica en carbono negro, que son las partículas causantes, en parte significativa, de los componentes de corto periodo provocantes del sonado cambio climático.
Según explica el profesor Alados, "el hollín o carbono negro que hemos monitorizado en este experimento, es producido en procesos de combustión incompleta, absorbe intensamente la radiación solar y produce el efecto de calentamiento atmosférico".
De esta manera, el aerosol antropogénico suma su efecto de calentamiento planetario al de los gases de efecto invernadero, lo que genera el segundo componente atmosférico más importante en el calentamiento global.
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