Javier tiene diez años. Cuando era pequeño, su abuela le compró una tortuga como mascota. Desde el 1 de julio del año pasado la posesión de esta especie, considerada como protegida, se considera delito por el Código Penal, con penas de prisión de 6 meses a 2 años o multa de 8 a 24 meses, hecho que desconocían hasta que un amigo les informó de que podían ponerse en contacto con el CREA (Centro de Recuperación de Especies Protegidas) y entregarla sin consecuencias legales. Como ellos, hay otras personas que se han encontrado en esta situación. De ahí que Medio Ambiente se haya encontrado con varios ejemplares sin hogar. Para ellos, se está construyendo un refugio en Motril.
Tras la exitosa acción de recuperación de la focha moruna en la Charca de Suárez, la asociación ecologista Buxus, en colaboración con la Delegación de Medio Ambiente de la Junta y el Ayuntamiento de Motril, han buscado un hogar para unas 50 ejemplares de tortuga mora (testudo graeca), otra especie en peligro de extinción, según se recoge en el Libro Rojo de de los Anfibios y Reptiles de España y que en los próximos meses habitarán en esta reserva natural.
El responsable de la Charca, José Larios, explicó que, "el jardín del litoral" (que es como han bautizado este espacio) se encuentra en la zona de ampliación del humedal, junto al mariposario, y en él se está habilitando un espacio de unos 500 metros cuadrados para acoger a estos ejemplares y en el que ya trabajan una veintena de voluntarios para acondicionar la zona. Así, estas personas delimitan el perímetro de este recinto con maderas que ha cedido la empresa Torraspapel. Los jóvenes, con un taladro en una mano y tornillos en la otra, construyen el cercado del hogar de estos reptiles, un paso imprescindible para evitar que escapen, pues son grandes trepadoras.
Con la entrada en vigor de la modificación del Código Penal y el endurecimiento de las penas a quienes mantengan estas especies en cautividad se ha producido un aumento de abandonos, de los cuales se ocupa la Junta de Andalucía a través del los agentes de Medio Ambiente, la Policía autonómica, el Seprona o bien directamente el CREA. Según Ecologistas en Acción, "se ha producido una saturación de los centros de recuperación", por lo que había solicitado a la administración autonómica una respuesta ante lo que ellos calificaban como una"entrega masiva".
De ahí que desde la Delegación de Medio Ambiente hayan pensado que la reserva concertada de Motril es el mejor sitio donde podían encontrar su hogar en libertad: un recinto al aire libre donde pueden tomar el sol, con recovecos para poder esconderse, realizar sus funciones de termorregulación de temperatura o descansar, y con todo tipo de plantas alrededor, con predominio de matorrales y arbustos pequeños, que les servirán de alimento, así como de protección de otras especies.
En estos días, los voluntarios combinan este trabajo con otros dos proyectos, según explicó a Granada Hoy José Larios. El primero de ellos es "la instalación a lo largo del humedal de tres estaciones de seguimiento de anfibios y reptiles". Por otro lado, construyen un muro para reptiles que, además de refugio de culebras o lagartos permitirá retener la tierra para que no se venga abajo.
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