Ante su inminente crecimiento, la Organización Mundial de la Salud ha publicado unas pautas sobre la demencia que ayudan a reducir el riesgo de sufrir esta dolencia y que se basan principalmente en el seguimiento de una vida sana.
Unos 50 millones de personas en todo el mundo sufren demencia y se diagnostican casi 10 millones de nuevos casos cada año. Además, se espera que su incidencia se triplique en los próximos treinta años.
Un estilo de vida sano, que incluya el ejercicio, el no fumar y el beber alcohol con moderación, puede reducir el riesgo de demencia y el deterioro cognitivo, han asegurado este martes los responsables de la Organización Mundial de la Salud al publicar unas recomendaciones sobre cómo prevenir esta dolencia.
Controlar el peso, comer de manera saludable y mantener equilibrados los niveles de presión arterial, colesterol y azúcar en la sangre son otras recomendaciones para evitar la demencia.
“Tenemos que hacer todo lo posible para reducir el riesgo de demencia”, declaró el director general de la Organización, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien explicó que el conocimiento científico reunido para publicar estas recomendaciones confirma lo que se sospechaba desde hace tiempo: que lo que es bueno para nuestro corazón, también es bueno para nuestro cerebro.
Las recomendaciones de la OMS van dirigidas principalmente a los profesionales de la medicina y a los Gobiernos para que implementen las políticas que garanticen el contexto necesario para poder desarrollar ese estilo de vida sano.
Invertir en investigación no solo en curas
“Como próximos pasos, urgimos a los países que incluyan la reducción del riesgo de demencia en sus políticas y planes, que tengan programas para entrenar a los trabajadores de la salud para que puedan pasar estas recomendaciones a la gente que ven en sus clínicas, dijo por su parte la doctora Neerja Chowdhary, especialista de la OMS.
“También pedimos a los Gobiernos que inviertan más en investigación no solo en curas para la demencia, sino para la prevención y la reducción del riesgo y para que haya mejores tratamientos”, añadió.
Reducir el riesgo a través de opciones de vida saludables es una de las varias áreas que la Organización Mundial de la Salud ha incluido en su plan de salud pública para responder a la enfermedad.
Otras áreas incluyen el fortalecimiento del diagnóstico, del tratamiento y de la atención, con énfasis particular en el apoyo a través de internet a los cuidadores de personas con demencia.
"Los cuidadores son a menudo miembros de la familia que necesitan hacer ajustes considerables en su vida familiar y profesional para cuidar de sus seres queridos", dijo la doctora Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.
Para ayudarles, la Organización ha creado iSupport, un programa de capacitación en línea que brinda asesoramiento sobre el manejo general de la atención, el tratamiento de los cambios de comportamiento y cómo cuidar su propia salud.
El bienestar mental es un componente fundamental de la definición de salud. La buena salud mentalhace posible que las personas materialicen su potencial, superen el estrés normal de vida, trabajen de forma productiva y hagan aportaciones a su comunidad.
La salud mental es importante, pero queda un largo camino por recorrer hasta que se consiga. Quedan muchos aspectos por resolver, como el descuido de los servicios y la atención a la salud mental o las violaciones de los derechos humanos y la discriminación de las personas con trastornos mentales y discapacidades psicosociales.
La Organización Panamericana de la Salud, surcusal de la OMS, promueve, coordina e implementa actividades de cooperación técnica dirigidas a fortalecer las capacidades nacionales para desarrollar politicas, planes, programas y servicios, contribuyendo a promover la salud mental, reducir la carga que significan las enfermedades psíquicas, prevenir las discapacidades y desarrollar la rehabilitación.
Actualmente la mayoría o casi totalidad de los países de América Latina y el Caribe están recibiendo alguna modalidad de cooperación técnica en salud mental por parte de la OPS, ya sea en proyectos especificos y de manera sistemática o de una forma puntual ante requerimientos concretos de los gobiernos.
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