La atención al dolor no solo debe basarse en la patología subyacente, sino en una atención integral, que incluya una perspectiva psicosocial
Presentación de un ‘Comité para Una Vida Sin Dolor’, celebrada esta semana en Madrid, que contó con el testimonio de la actriz gaditana Esther Arroyo. |
El dolor ya no es considerado solo un síntoma, sino también una enfermedad, que de hecho, tiene un gran impacto en la vida de la persona, y en la sociedad desde un punto de vista más global. Esta es la idea que ha aglutinado a diferentes expertos en la creación del 'Comité para Una Vida Sin Dolor', iniciativa que parte de los laboratorios españoles Kern Pharma. Es cierto que no es la primera medida que surge en el abordaje del dolor, pero hay una clara diferencia: una mirada multidisciplinar del dolor.
Y es que lo que quieren conseguir estos expertos es concienciar de que el tratamiento del dolor no solo debe basarse en curar la patología subyacente, sino en una atención integral del paciente, que incluya desde medidas para paliar el dolor que le acompaña, hasta una mirada psicológica y social.
No obstante, se calcula que el dolor, como síntoma o como patología, supone un gasto anual por paciente de entre 15.000 y 20.000 euros en España, en visitas a urgencias innecesarias, ingresos, bajas laborales, etc., que podrían reducirse con un mejor abordaje del dolor por parte del sistema sanitario. Y es que se calcula que de media, cada persona no puede trabajar a causa del dolor unos 17 días al año. El problema del dolor es multifactorial y su abordaje debe ser multidimensional. Es por ello, que el objetivo de este Comité de expertos pasa por reunir a expertos de distintos ámbitos relacionados con el dolor con el objetivo informar, concienciar y proporcionar herramientas útiles para tratarlo.
Como explicaba María Ángeles Canós, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital La Fe de Valencia y vocal de la Sociedad Española del Dolor (SED), “España ha sido uno de los países pioneros en la creación de Unidades del Dolor”. Sin embargo, actualmente de los 800 hospitales del SNS, solo 183 tienen una unidad específica, y no todas ellas cuentan con un equipo multidisciplinar completo, según la experta.
Por su parte, Alicia González, farmacéutica comunitaria y miembro del Grupo de Dolor en la Sociedad Española de Farmacéuticos Comunitarios y de Familia (SEFAC), añadía que los farmacéuticos también tienen un papel en el abordaje del dolor, ya que los pacientes muchas veces acudían en busca de automedicación y debían ser los que aconsejaran acudir al especialista. Asimismo, añadía que muchas veces el dolor no remetía no porque la medicación no fuera efectiva, sino porque los pacientes no entendían cómo debían tomar la misma, de forma que este contacto en la farmacia también resultaba vital para un buen abordaje del dolor.
De esta forma, el objetivo es que, entre todos, pacientes, autoridades sanitarias, sistema educativo y profesionales de la salud se consiga establecer una cultura sanitaria sobre el dolor y avanzar en un modelo adecuado que permita cambiar el curso de la enfermedad del dolor tan prevalente en toda la población general.
Si bien en el abordaje del dolor participan especialidades tan diversas como neurocirugía, traumatología, anestesiología o incluso digestivo, la realidad es que son los médicos de Atención Primaria los primeros en detectar el dolor del paciente y los que suelen abordarlo.
Sobre esta cuestión, Pedro Ibor argumentaba que no se podrá mejorar la situación si no se tiene más tiempo pro paciente, ya que “no existen un dolorómetro, que me diga cuál es el dolor del paciente”, sino que este es una vivencia subjetiva que solo puede precisarse en la entrevista médico paciente.
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