Médico Especialista en Medicina de la Educación Física y del Deporte y con más de treinta años de experiencia, Carlos de Teresa Galván (Granada, 1960) es actualmente Jefe de la Unidad de Medicina Funcional y Deportiva del hospital Quirónsalud donde han desarrollado el método Terios (Therapeutic Target Non-Invasive Stimulation). Este conjunto de técnicas aúna la medicina funcional y del deporte, junto a herramientas tecnológicas no invasivas, para tratar el dolor en todo tipo de pacientes y pronosticar la aparición de futuras patologías.
–El nuevo método Terios usa técnicas de la medicina del deporte para paliar el dolor y hacer frente a múltiples patologías.
–Sí, trata de mejorar la funcionalidad de la gente con métodos útiles para deportistas, pero también para pacientes crónicos. Por ejemplo, mejorar el consumo máximo de oxígeno, que es la resistencia de una persona, disminuye entre un 13 y un 15 por ciento el riesgo de muerte. Normalmente, se mide el colesterol o la tensión de una persona, que indica el riesgo cardiovascular en general, sin embargo, para conseguir una mayor resistencia es necesario mejorar el corazón, los pasos, el metabolismo, los músculos y el cerebro; es decir, una sola variable funcional, sirve para ver cómo está una persona de forma más global.
–Es una forma de tomar el control del bienestar de una persona.
–El control del bienestar y del pronóstico de la aparición de patologías e incluso de que haya una causa que lleve a la muerte. En medicina tenemos pacientes sobre los que actuamos para que puedan volver a su vida normal, pero no con la precisión con la que hacemos que un deportista vuelva a su alto rendimiento, eso es lo que queremos trasladar del concepto de la medicina del deporte a la medicina general.
–Uno de los principales problemas que sufre la gente es el dolor.
–Claro, con dolor, difícilmente vamos a poder hacer bien el ejercicio y mejorar la funcionalidad. Lo que hemos hecho ha sido utilizar muchos sistemas tecnológicos que, con mucha precisión, nos permiten actuar sobre dianas terapéuticas concretas.
–A través de un método no invasivo y sin efectos secundarios
–Efectivamente, existen unas señales que tenemos en todo el organismo, y que sabiendo cuál es cuál, hemos conseguido transmitir directamente a través de la piel un sistema de señales bioeléctricas que permiten ser muy precisos a la hora de actuar. Este tipo de tecnología ya se usaba en diagnóstico, en una resonancia magnética por ejemplo, pero no en terapéutica, como nosotros ahora hacemos.
–¿Cuáles están siendo los resultados para eliminar el dolor?
–Los sistemas que tenemos, permiten actuar sobre todos los tipos de dolor: inflamatorio, visceral, muscular, e incluso el neuropático. En todos esos casos y con pacientes crónicos tratados con fármacos, en una escala de dolor de cero a diez, pacientes que vienen con un dolor entre ocho y diez, conseguimos dejarlo entre cero y dos de dolor. Eso lo logramos en el 85% de los pacientes, en casos bastante complicados.
–¿Están aumentando las enfermedades crónicas en los últimos años?
–Muchas de ellas sí, aunque es cierto que la esperanza de vida está mejorando, la gente según tiene más edad alberga más patologías crónicas. Ante esto, la aproximación que hacemos es: ¿cuántas patologías crónicas podríamos prevenir si tuviéramos el estímulo adecuado? Hasta casi los treinta años nuestra mejora va en aumento gracias, fundamentalmente, a una causa hormonal, a un periodo de desarrollo. Si mantuviéramos muchos de esos estímulos nuestra vejez sería mucho mejor.
–La edad no es un impedimento para mejorar la funcionalidad de una persona.
–Al contrario, hay mucha gente que afirma "Yo con mi edad ya, qué voy a hacer". Pues bien, existen muchos estudios que demuestran que cuando la gente no ha hecho nada pero a partir de los 70 años empieza a hacer un programa de ejercicios, tiene un margen de mejora muy evidente.
–La forma de ver la vida también cambia.
–Por supuesto, cuando la gente empieza a revertir el cuadro de dolor se consigue que su descanso sea mejor, su sueño más reparador y que tenga una vida más activa. Esto influye en los neurotransmisores que se envían al cerebro y hace que el ánimo de la persona mejore.
–¿Es posible que el método Teros sea ahora mismo la técnica más avanzada contra el dolor?
–Es un paso más hacia la aplicación de la tecnología al tratamiento del dolor con muy buenos resultados. Además, que no tenga efectos secundarios permite dar solución a aquellas personas que no pueden tomar ciertos medicamentos para el dolor por los efectos adversos que produce en su salud.
–La tecnología está en constante evolución, ¿habrá futuras novedades en estos métodos de mejora?
–Ahora estamos haciendo un proyecto de investigación con resonancia magnética cerebral, estudiando los cambios que se producen en el cerebro con este tipo de intervención. Los primeros resultados son muy positivos, parece que funcionalmente hay cambios desde el primer momento y estructuralmente puede haber cambios a partir del mes y medio o dos meses de la estimulación que nosotros hacemos modulando respuestas en general, más el aumento de la actividad que la persona lleva.
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