Arte y técnica, un tema de reflexión filosófica.
Introducción
Un cementerio es el lugar donde se depositan los restos mortales o cadáveres de los difuntos, en otras palabras es la inhumación. Es también, el lugar donde los familiares y demás personas van desarrollando distintas actitudes culturales (forjando arte y técnica) para inmortalizarse a sí misma a través del difunto. La cultura de un lugar, puede identificarse por los restos mortales, sus ataúdes, los altares, distintas sepulturas. Para acercarse a la identidad del camposanto, olvidada y oculta, no es suficiente considerar los textos cultos y hegemónicos, analizar y valorar las producciones de la cultura de elites intelectuales, artísticas, científicas y tecnológicas, sino que “es necesario prestar atención a otros textos, a los populares y marginales; a los manifiestos y reprimidos. En Corrientes, exactamente en el Cementerio San Juan Bautista, esta identidad o símbolos van tomando una tonalidad única manifestada en las tumbas milagreras.
Desarrollo
Toda sociedad es portadora de un patrimonio cultural, de manera que la identidad y emancipación quebrada o positiva genera o esconde lo que tiene.
En esta investigación destaco los informantes, entrevistados dentro del cementerio, un grupo de albañiles y la encargada; y por fuera, la florista y algunos vecinos.
Este es un trabajo conjunto realizado y en proceso de realización con los alumnos del Instituto Estrada, del profesorado en Filosofía de Corrientes.
A tal fin sobreviene un breve relato de la constitución del cementerio San Juan Bautista de Corrientes. Los primeros cementerios católicos se ubicaron en el predio de la Iglesia Cruz de los Milagros. Más tarde trasladado en la actual localización de una cancha deportiva Ferro, de allí en su actual morada, del barrio Virgen de los Dolores. A la entrada, una placa indica el agradecimiento que hace al municipio a la familia Duran, quienes donaron el terreno para tal fin, fue en el año 1826, así lo testimonian los libros de ingreso de difuntos.
El cementerio se divide por manzanas, dos patios cuyos bordes son una pérgola y la Cruz Mayor. Los panteones opulentos y otros modestos. Se extienden los nichos también en Pabellones de tres plantas. A la entrada encontramos una capilla que ofrece misas cada quince días con un capellán católico.
El cementerio reproduce la distribución social, económica y culta de la ciudad de Corrientes.
El valor de lo ornamental, de lo sensible, es preponderante a la hora de presenciar lo estético.
Dando como resultado una manera de orientar los ritos y la larga tradición que tiene Corrientes en las celebraciones. En Corrientes, en el marco del catolicismo popular, el gótico y el barroco americano tienen un pasado ilustre, que se encuentran repetidas en las capillas más antiguas y en las casas que datan de esa época. El barroco americano simboliza la trama de fusión entre la conquista y la del pueblo nativo: conflictivo y exuberante, un aparecer de la nueva identidad, que no repite, sino que encuentra su propia forma. La superabundancia ornamental mezcla todo. Todos en el territorio: adornados de cobre y plata o de humildes flores de plástico.
Es destacable ver en las primeras edificaciones fúnebres la construcción de sótanos.
Un túnel es una obra subterránea de características lineales, con el objeto de comunicar dos puntos para transportar personas o materiales. Etimológicamente hace referencia al cuero o la piel, es decir el cuero donde se bebe vino, es decir odre. El más actual sentido de pasaje subterráneo proviene del siglo XVIII, haciendo referencia al escape. En el siglo XIX, se extiende a estos sitios, como túnel. Ya en Grecia era común estas construcciones que hacían referencia al laberinto de Dédalos que se construyó para ocultar al Minotauro, mitad hombre y mitad toro, asesinado por Teseo, de los que nos queda el tejido complicado de la vida, aludiendo a la vida y al fin mismo que es la muerte. Ambos afirmados y negados…sin fin, pero evidentemente relacionados pero inexplicablemente en su origen y su fin.
En latín, sótano hace referencia a lo que está debajo, como dando importancia a aguardar o guardar debajo, en la oscuridad y frescura… a fin de conservar. También aquel lugar donde se ofrecían liturgias.
Relacionados con la conciencia, se refiere a la complicada trama de la conciencia, al camino de lo interior, al espacio espiritual y recogimiento.
En el cementerio de Corrientes, las edificaciones funerarias del siglo XIX, ostentaban sótanos de diversas profundidades y con distintas ornamentaciones.
Los mitos de la muerte
Griselda Barale afirma en su obra El patrimonio olvidado, “que los hombres somos poseedores de conciencia de muerte, es efectivamente esa condición y el modo en como la elaboramos, interpretamos, esperamos y pre cursamos la muerte lo que determina marcas y huellas a nuestra forma de vida, a nuestras peculiaridades identitarias, al modo en como organizamos y organizamos el tiempo vital.” Afirma además, que es la conciencia de muerte, de finitud y de tiempo que somos, lo que los antropólogos consideran el rasgo diferencial de lo humano, la potencia de significar, de dar sentido, de producirnos como cultura. Tener conciencia de la muerte es mantener unida cultura y hombre. La cultura se constituye en antes y después del tejido del mundo organizado, una red que marca la muerte individual.
La muerte es un fenómeno significativo, más cuando se traduce en el gesto de sepultar a los difuntos.
Cada sociedad va constituyendo núcleos significativos donde forja su identidad, esos núcleos significativos son simbólicos, de gran amplitud y profundidad en continua elaboración y reelaboración y actúan como modelos que orientan la conducta. Los hechos que más impactan a los hombres son los que adquieren valor de símbolos y son los que le van a permitir a la sociedad instalarse en el mundo, ser una comunidad y reconocerse como tal. Uno de esos hechos significativos es la muerte.
La muerte es uno de esos hechos que impactan y que irrumpe vaciando de sentido y saturando de silencio la realidad. Frente a la angustia por el vacío y el silencio la palabra mítica explica, pone sentido y consuelo, enmarca la muerte dentro de la vida misma no como un simple final sino como una consecuencia de ciertos hechos ocurridos en el origen y como un paso a otra realidad más plena. Este explicar y significar la muerte, pilar significativo, permite que la vida misma no se sature de sin sentido, que la angustia ante la nada que asecha, se retraiga y de tregua para pensar y construir el futuro.
Todas las culturas como sus religiones poseen mitos para explicar lo inexplicable. Es más toda religión es una respuesta al misterio de la muerte y de allí hacia otros aspectos de la vida.
Incluso, Corrientes, posee creencias que expresan la fe por la acción, Acción que se manifiesta a modo de rituales, fiestas, oraciones comunitarias y tiene en ocasiones lo que podríamos decir una pizca de magia, repertorio de gestos y procedimientos que buscan un fin determinado. Este modo de religiosidad generalmente es poseedor de fuertes rasgos de sincretismo religioso. La fiestas enmarcan serenatas, bailes, cantos, reuniones rituales que se realizan al pie de una tumba o bien se concilia en la Cruz mayor los días mas festivos: el 2 de noviembre y las festividades de la madre y del padre.
Hablamos de catolicismo popular como una religión practica que provee al creyente de categorías para ordenar la vida, es normativa desde el punto de vista moral y social, se ocupa intensamente de la vida en la tierra sin que esto disminuya, la ferviente creencia de otra vida después de la muerte. Busca mitigar el dolor y el sufrimiento en general y al hacerlo des oculta la concepción que la comunidad tiene acerca de cuáles son las fuentes en donde ese sufrimiento se origina y como puede ser aliviado.
Las relaciones que se establecen entre los creyentes con los seres superiores o difuntos son sumamente afectivas, es una imagen milagrera, protectora y consoladora del sufrimiento. La afectividad misma, que caracteriza a los vínculos entre sagrado y profano en la religiosidad popular, convierte con facilidad a lo puramente humano en sagrado y de manera pareja se carga de contenidos humanos profanos. En el contexto de religiosidad popular las circunstancias de vida trágicas, de muerte violenta o heroica son siempre propiciatorias para convertir a hombres comunes al rango de sagrados después de la muerte. No solo por lo afectivo, también por sus rasgos dramáticos, expuestos en la misma escultura que lo identifica. Estos santos populares son intermediarios entre Dios y el hombre. No necesariamente haber tenido una vida virtuosa sino que sus mismas vidas hayan sido objeto de experiencias extremas: asesinatos, dolores, violaciones, tragedias. A ellos se les hace ofrendas, como bailantas, flores, coronas especiales, rituales, en lugares donde los poderes especiales se diseminan a sus creyentes.
Con respecto a las tumbas milagreras:
- Pampina y su mujer: triste despedida en el lecho mortal.
- La novia Fonseca y
- El soldado Pujol, muerto en la guerra de la triple alianza a los 24 años.
Según los testimonios, el vínculo con los visitantes es en extremo afectivo.
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