La iniciativa pretende concienciar sobre la importancia del paisaje del valle del Darro como un patrimonio al mismo nivel de la Alhambra
JUAN LUIS TAPIA GRANADA.
El paisaje es un valor patrimonial que merece el mismo nivel de protección que cualquier bien tangible o inmueble, y este principio es lo que pretenden defender desde la revista de arquitectura 'Márgenes' los arquitectos Antonio Jiménez Torrecillas y José Gómez Acosta. Consideran que el paisaje del Darro, el río mágico llamado en los orígenes de la historia como Dauro debido al oro que contienen sus aguas, merece idéntica protección que la Alhambra. A fin de reivindicar el paisaje del Darro, que incluye el legendario Valparaíso, los arquitectos colocarán hoy una cadena de voluntarios armados con cámaras para a las doce de la mañana «plasmar la radiografía del Darro desde Jesús del Valle hasta la sede central de CajaGranada, el conocido cubo», comenta Gómez Acosta. «El recorrido del Darro contiene cinco siglos de historia, de ahí la secuencia que pretendemos retratar, desde el valle, donde se dice están los orígenes de Granada, hasta la ciudad del siglo XXI representada por el cubo de CajaGranada», explica el especialista de 'Márgenes'. «Esperamos contar con más de un centenar de voluntarios para crear esa cadena de cámaras desde el principio del Darro hasta el edificio de Campo Baeza», dice Gómez Acosta.
«No se puede prescindir del Darro para comprender la Alhambra, porque son siglos de historia de la ciudad a lo largo del río», señala Gómez Acosta.
La iniciativa, esta especie de radiografía secuencial y simultánea del Darro, tiene su origen en los monográficos que dedica la publicación de arquitectura 'Márgenes', una revista cuatrimestral, cuyo especial de este mes está dedicado a las costas, «pero no solo a los litorales marítimos sino también a los ríos», matiza el arquitecto. «Lo importante más que las centenares de imágenes que se puedan tomar será la secuencia, poder seguir el curso del Darro a través de las fotografías», explica el especialista.
'Márgenes Arquitectura' es una revista de tirada nacional que cumple su primer año de vida y que está hecha entre Granada y Almería. Publica obras de arquitectura nacionales e internacionales de prestigio, proyectos de fin de carrera de escuelas de arquitectura de España, y temas relacionados con el arte en general.
El arquitecto y profesor Antonio Jiménez Torrecillas ha sido el encargado de redactar el texto que acompañará a la serie de imágenes que se capturarán del río de Valparaíso. En este espacio se cierne la polémica sobre el peligro de construcción de un complejo hotelero en Jesús del Valle, una acción a la que tanto Jiménez Torrecillas como José Gómez Acosta se muestran contrarios, porque todo ese paraje «es patrimonio paisajístico, un patrimonio que merece la misma protección que la Alhambra, el mismo nivel de cuidado, conservación y protección».
La polémica se refiere al proyecto para levantar un establecimiento hotelero de lujo en un antiguo convento jesuita del siglo XVII enclavado en Jesús del Valle, uno de los parajes naturales más bellos de Granada. El convento se convirtió en hacienda y pasó a manos privadas, las de un conocido promotor inmobiliario granadino. Además, el espacio fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía y se encuentra en los alrededores de la Alhambra, en el paisaje que la rodea.
«Evitar urbanizar»
El reportaje, titulado 'Costa fluvial de la Alhambra, cordón umbilical de la ciudad', está enfocado en este sentido y tiene como intención concienciar sobre la importancia del patrimonio paisajístico y su conservación. «Granada es fundamentalmente un paisaje. Negar una perspectiva en Granada es tan grave como demoler cualquiera de sus principales monumentos», escribe Jiménez Torrecillas. El arquitecto señala que «hay que remarcar que la ocupación, intensa y continuada del valle del Darro a lo largo de los siglos se ha producido sin alterar sus elementos y recursos fundamentales». «Este equilibrio -añade- se pone de manifiesto al comparar el territorio del Darro con la degradación sufrida con otras ocupaciones, por ejemplo en la vega del Genil».
En opinión de Jiménez Torrecillas «toda actuación a realizar sobre el valle del Darro tiene necesariamente que conducir a fomentar modos de uso y ocupación compatibles con sus características territoriales y a facilitar la explotación racional de sus recursos naturales evitando su degradación y tendiendo a mantener sus valores. Es fundamental, por tanto, evitar urbanizar».
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