El prestigioso y amable creador se encontró con los alumnos y profesores de la UGR para reflexionar sobre la creación artística contemporánea.
BELÉN RICO GRANADA
Antonio López ofreció ayer una charla en la Facultad de Bellas Artes de Granada dentro del ciclo Reencuentro con la pintura que organiza el profesor Manuel Gómez Rivero. En una concurrida aula, el prestigioso pintor y escultor de Tomelloso intercambió impresiones con un entregadísimo auditorio, que no dejaba que finalizase el acto.
-¿En qué consiste su participación en el curso?
-Manolo ya me llamó hace unos meses para otro curso de paisaje al aire libre, y no pude venir. Esta vez he acudido para una charla y no sé qué más cosas tendré que hacer, porque tampoco le he preguntado mucho. Para mi lo importante era estar con la gente de la Facultad, con los alumnos, vivir este espacio... Tengo mucho amor a esto.
-Y, ¿qué expectativas cree que tiene un creador joven cuando viene a escucharle?
-La gente espera mucho. Yo también he esperado mucho antes, porque crees que va a haber alguien que te podrá dar la solución. Esa solución es muy difícil dar, aunque cuando se encuentra todo es muy fácil. Yo trato de explicar las cosas con la mayor sencillez para que se comprenda, pero el arte es un misterio, es muy irracional. Hay que dejar al hombre en libertad, porque la religión cuando ha tratado de reglamentarlo siempre ha fallado. Aparte de eso, hay que dar la información más rica y completa posible que uno tiene.
-En pintura, ¿se puede triunfar sin saber pintar?
-[Largo silencio] Sí. Sin saber pintar es muy difícil... pero la pintura ahora está abierta a muchos lenguajes. Si vas a ARCO, te encuentras vídeos, performance, instalaciones... Hay muchas maneras de comunicar que pueden ser interesantes y atractivas sin necesidad de coger un lienzo y unos colores, y eso hay que tenerlo en cuenta.
-Entonces, las nuevas tecnologías ¿le han venido bien o mal al arte?
-Yo pienso que nada estorba, otra cosa es como se use. Si eso desplaza una serie de enseñanzas o y conocimientos útiles para un grupo de gente, es malo. Pero los dogmas en general hay que desecharlos. El siglo XX es un muestrario de cosas maravillosas muy diferentes entre sí. Y el XXI, más o menos también.
-Usted ha recibido entre otros muchos premios el Príncipe de Asturias, fue el artista español vivo mejor pagado... Con la perspectiva del tiempo, ¿tiene la percepción de que glorias de este mundo llaman con luz para pagar con humo?
-No, están muy bien los premios y está muy bien que comamos. Ahora, que ni eso te asegura nada. Si te los dan hay que dar las gracias porque podían darte una patada. El apoyo de los demás es necesario.
-¿Qué privilegios da el éxito?
-Hombre, la persona de éxito en general tiene más fácil la relación con los demás porque se acercan a uno de una manera muy positiva. Es decir, si necesitas una ventana para pintar la calle, te la van a dar. Si necesitas un modelo, vas a poder conseguirlo. Yo encuentro muchas ventajas e inconvenientes, de momento, no he encontrado ninguno. Pero tampoco he buscado el éxito, porque mi norte siempre ha sido hacer el trabajo lo mejor posible. Lo lamentable es que no se te preste atención. Van Gogh se murió de eso, y era Van Gogh. Hay que tener cuidado con no darle valor al valor que te dan los demás.
-Unos paisanos suyos, los humoristas de Muchachada Nui, tienen una parodia de usted. ¿La ha visto?
-No la he visto ni la quiero ver, pero tampoco veo prácticamente la televisión. El mundo es peligroso y si entras en el mundo hay que confiar en Dios para que no pase nada malo. Pero yo me considero muy bien tratado por la vida y por la gente, que se me acerca con afecto, o al menos tengo esa sensación.
-Las vanguardias, ¿qué son hoy en día?
-Las vanguardias son los espacios que se van abriendo. En Egipto había vanguardias, aunque no se llamaban así. Y, cuando se inventó, la perspectiva fue una revolución. El arte y la ciencia avanza de esta manera, con personas que van abriendo nuevos espacios. Hoy en día siguen existiendo las vanguardias con personas que nos regalan cosas que no estaban, algo que sea lo suficientemente nuevo, porque lo nuevo del todo no existe. Tiene que haber alguien que hable del presente, porque Velázquez ya no habla del presente.
-En su opinión, ¿qué es lo que más coarta la creatividad del artista?
-El fracaso. El arte es un servicio a los demás. ¿Qué hace una persona que abre un restaurante con esos guisos que está preparando si no va nadie? Yo creo que la gente que ha tenido una vida difícil en ese sentido ha sufrido mucho dolor. Aunque el éxito pueda llegar a ser putrefactor, lo puedes controlar y dosificar. Hay gente que es muy buena ahora que lo está pasando muy mal porque no es atendida como se debe atender: pintores pero también actores, poetas, escultores, gente del mundo del conocimiento...
-¿Uno siente miedo cuando un cuadro suyo alcanza los dos millones de euros?
-No, lo que te da miedo es que nadie lo compre cuando sale a subasta [risas]. Lo otro es verdad que está gravitando sobre tu ánimo durante un tiempo, por eso lo mejor es no enterarse mucho y no creérselo del todo, porque tampoco está en relación con el mérito del trabajo.
-¿En qué consiste su participación en el curso?
-Manolo ya me llamó hace unos meses para otro curso de paisaje al aire libre, y no pude venir. Esta vez he acudido para una charla y no sé qué más cosas tendré que hacer, porque tampoco le he preguntado mucho. Para mi lo importante era estar con la gente de la Facultad, con los alumnos, vivir este espacio... Tengo mucho amor a esto.
-Y, ¿qué expectativas cree que tiene un creador joven cuando viene a escucharle?
-La gente espera mucho. Yo también he esperado mucho antes, porque crees que va a haber alguien que te podrá dar la solución. Esa solución es muy difícil dar, aunque cuando se encuentra todo es muy fácil. Yo trato de explicar las cosas con la mayor sencillez para que se comprenda, pero el arte es un misterio, es muy irracional. Hay que dejar al hombre en libertad, porque la religión cuando ha tratado de reglamentarlo siempre ha fallado. Aparte de eso, hay que dar la información más rica y completa posible que uno tiene.
-En pintura, ¿se puede triunfar sin saber pintar?
-[Largo silencio] Sí. Sin saber pintar es muy difícil... pero la pintura ahora está abierta a muchos lenguajes. Si vas a ARCO, te encuentras vídeos, performance, instalaciones... Hay muchas maneras de comunicar que pueden ser interesantes y atractivas sin necesidad de coger un lienzo y unos colores, y eso hay que tenerlo en cuenta.
-Entonces, las nuevas tecnologías ¿le han venido bien o mal al arte?
-Yo pienso que nada estorba, otra cosa es como se use. Si eso desplaza una serie de enseñanzas o y conocimientos útiles para un grupo de gente, es malo. Pero los dogmas en general hay que desecharlos. El siglo XX es un muestrario de cosas maravillosas muy diferentes entre sí. Y el XXI, más o menos también.
-Usted ha recibido entre otros muchos premios el Príncipe de Asturias, fue el artista español vivo mejor pagado... Con la perspectiva del tiempo, ¿tiene la percepción de que glorias de este mundo llaman con luz para pagar con humo?
-No, están muy bien los premios y está muy bien que comamos. Ahora, que ni eso te asegura nada. Si te los dan hay que dar las gracias porque podían darte una patada. El apoyo de los demás es necesario.
-¿Qué privilegios da el éxito?
-Hombre, la persona de éxito en general tiene más fácil la relación con los demás porque se acercan a uno de una manera muy positiva. Es decir, si necesitas una ventana para pintar la calle, te la van a dar. Si necesitas un modelo, vas a poder conseguirlo. Yo encuentro muchas ventajas e inconvenientes, de momento, no he encontrado ninguno. Pero tampoco he buscado el éxito, porque mi norte siempre ha sido hacer el trabajo lo mejor posible. Lo lamentable es que no se te preste atención. Van Gogh se murió de eso, y era Van Gogh. Hay que tener cuidado con no darle valor al valor que te dan los demás.
-Unos paisanos suyos, los humoristas de Muchachada Nui, tienen una parodia de usted. ¿La ha visto?
-No la he visto ni la quiero ver, pero tampoco veo prácticamente la televisión. El mundo es peligroso y si entras en el mundo hay que confiar en Dios para que no pase nada malo. Pero yo me considero muy bien tratado por la vida y por la gente, que se me acerca con afecto, o al menos tengo esa sensación.
-Las vanguardias, ¿qué son hoy en día?
-Las vanguardias son los espacios que se van abriendo. En Egipto había vanguardias, aunque no se llamaban así. Y, cuando se inventó, la perspectiva fue una revolución. El arte y la ciencia avanza de esta manera, con personas que van abriendo nuevos espacios. Hoy en día siguen existiendo las vanguardias con personas que nos regalan cosas que no estaban, algo que sea lo suficientemente nuevo, porque lo nuevo del todo no existe. Tiene que haber alguien que hable del presente, porque Velázquez ya no habla del presente.
-En su opinión, ¿qué es lo que más coarta la creatividad del artista?
-El fracaso. El arte es un servicio a los demás. ¿Qué hace una persona que abre un restaurante con esos guisos que está preparando si no va nadie? Yo creo que la gente que ha tenido una vida difícil en ese sentido ha sufrido mucho dolor. Aunque el éxito pueda llegar a ser putrefactor, lo puedes controlar y dosificar. Hay gente que es muy buena ahora que lo está pasando muy mal porque no es atendida como se debe atender: pintores pero también actores, poetas, escultores, gente del mundo del conocimiento...
-¿Uno siente miedo cuando un cuadro suyo alcanza los dos millones de euros?
-No, lo que te da miedo es que nadie lo compre cuando sale a subasta [risas]. Lo otro es verdad que está gravitando sobre tu ánimo durante un tiempo, por eso lo mejor es no enterarse mucho y no creérselo del todo, porque tampoco está en relación con el mérito del trabajo.
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