"Las hay naturales que son nocivas; vale la pena asegurarnos de que vivimos en espacios libres de esta contaminación invisible y tomar medidas correctoras", dice el geobiólogo
Público asistente a la charla en el auditorio vigués del Areal sobre salud geoambiental . // José Lores
F. FRANCO - VIGO "El microondas es un aparato pernicioso... Los teléfonos inalámbricos son peores que las antenas telefónicas que, por cierto, están ahora disimulando muy bien para que no sean vistas. .. La toma tierra no está habitualmente bien montada, lo que induce radiaciones nocivas...". Esas fueron algunas de las afirmaciones hechas ayer en el Club FARO por Pere León, que fue presentado por el periodista Óscar González. "No hay que resignarse pero tampoco alarmarse porque hay soluciones, pero lo que es cierto es que producen enfermedades", matizó.
No solo las radiaciones artificiales. Hay que proteger los edificios de las radiaciones naturales (corrientes de agua subterránea o campos magnéticos). "Vale la pena asegurarnos de que vivimos en espacios libres de este tipo de contaminación invisible -dice-. Pero las radiaciones se deben evitar especialmente en la habitación donde dormimos -para que el cuerpo se pueda regenerar durante la noche- y en el espacio donde trabajamos, ya que pasamos muchas horas en él. Si la glándula pineal, que es la encargada de generar la melatonina necesaria para la regeneración celular, recibe agresiones en forma de radiaciones, nuestro cuerpo no descansa y, con el tiempo, podemos enfermar. Y para dormir mejor. a veces llega con un cambio de la cama".
Pere León, arquitecto interiorista y autor de "La buena onda" , libro reciente de la editorial Grijalbo planteado como manual básico para quienes quieran conocer las claves para crear espacios saludables, se define como geobiólogo. "Un geobiólogo -explica- mide las radiaciones de casas y oficinas con aparatos técnicos y hace propuestas para eliminarlas. "Sana" los espacios y, en consecuencia, protege nuestra salud".
Salud geoambiental
La Geobiología es la ciencia que estudia las energías que emanan de la tierra y la relación que existe entre estas energías y los seres vivos. "Se habla de "contaminación invisible" -afirma- porque vivimos rodeados de radiaciones que no se ven pero que afectan a nuestra salud". ¿Y qué son las geopatías? Según León "son las enfermedades provocadas por las radiaciones y cada vez son más frecuentes debido al uso generalizado de las nuevas tecnologías. Los geobiólogos ayudamos a mejorar el estado de salud de muchas personas, alejándolas de las zonas geopatógenas".
Para poder curar un espacio -ya sea una vivienda o una oficina- un geobiólogo desarrolla según León tres procesos. Primero la detección, que consiste en medir las radiaciones con instrumentos específicos, poniendo especial atención en los espacios de alta permanencia, es decir, los espacios donde pasamos más horas como el dormitorio o el lugar de trabajo. En segundo lugar, llega el análisis, en que todos los datos obtenidos de la medición de los espacios se trasladan sobre el plano, lo que permite conocer cuáles son las zonas geopatógenas afectadas por radiaciones, ya sean naturales o artificiales.
Y, en tercer lugar, e geobiólogo propone una corrección: Se presenta un estudio con propuestas correctoras. Estas propuestas ofrecen soluciones para vivir en un espacio más sano. La mayoría de las propuestas son cambios muy sencillos, como cambiar la posición de la cama o revisar la instalación eléctrica. Si las radiaciones son más graves se recomienda el apantallamiento de varias zonas.
Explicó León los dos tipos de radiaciones: naturales y artificiales. Las naturales son las radiaciones que emanan de la tierra, y provocan variaciones en el campo magnético y eléctrico de nuestro entorno que pueden debilitar nuestra salud. Las radiaciones naturales pueden ser provocadas por alteraciones geofísicas (aguas subterráneas o fallas geológicas), redes geomagnéticas (líneas Hartmann y Curry) o radiactividad ambiental.
De las artificiales dijo que son provocadas por las nuevas tecnologías. Crean contaminación eléctrica y electromagnética y pueden ser generadas por fuentes exteriores (antenas, transformadores, WiFi, etc) o por fuentes interiores a nuestra vivienda (teléfonos móviles, radio-despertadores, electrodomésticos, etc). Pueden provocar enfermedades graves si no tomamos precauciones".
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