La Unidad de Investigación en Discapacidad Intelectual y Trastornos del Desarrollo (UNIVIDD) de la Fundación Villablanca de Reus lidera el proyecto de investigación Pomona-ESP, que pretende profundizar en el conocimiento del estado de salud de las personas con discapacidad intelectual.
Según informa esta fundación, perteneciente al Grupo Pere Mata, este proyecto, con una duración de 3 años, está financiado por el Fondo de Búsqueda Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, y cuenta con la participación del Parque Sanitario Sant Joan de Déu, de la Confederación Española de Organizaciones a favor de las personas con Discapacidad Intelectual (FEAPS), además de profesionales del Clínico de Zaragoza, de la Universidad Loyola de Sevilla y de la Fundación Pardo-Valcarce de Madrid.
El estudio pretende aplicar el cuestionario Pomona P-15 a 900 personas con discapacidad intelectual para poder describir su estado de salud, sus necesidades en este ámbito, y comprobar si diferentes niveles de discapacidad intelectual comparten perfiles de salud similares a nivel de salud física y psíquica, teniendo también en consideración las alteraciones conductuales.
También se podrá estudiar el estado de salud de las personas con discapacidad intelectual con relación a variables como la edad, el sexo, el entorno donde viven (si en residencias especializadas o en la comunidad), sus hábitos de salud, los patrones de uso de servicios sanitarios y medicación, entre otras.
El estudio subsanará una parte de la deficiencia de datos existentes en España sobre la salud de las personas con discapacidad intelectual.
Esta situación contrasta con el hecho de que varios estudios internacionales señalan que las personas con discapacidad intelectual sufren mayores tasas de mortalidad y de morbilidad, y un perfil de necesidades en el ámbito de la salud diferente de las personas sin esta discapacidad.
Así, en las personas con discapacidad intelectual se han encontrado mayores tasas de prevalencia y riesgo de sufrir enfermedades como epilepsia, diabetes, tiroides o alergias, por lo que se hace necesario que el sistema de salud pueda adaptarse a estas necesidades tanto en el ámbito de la sanidad primaria como en el de la especializada.
En este sentido, se calcula que en España puede haber más de 400.000 personas con discapacidad intelectual.
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