Un taller muestra la nueva herramienta de Apple para la autoedición de libros y Ramón L. Pérez explica cómo hacer fotografías con un iPhone con un nivel cercano al profesional
G. CAPPA GRANADA
Muchos libreros tradicionales ven al libro electrónico igual que los rebeldes a la Estrella de la Muerte en la Guerra de las Galaxias. Los Arturo Pérez-Reverte o Almudena Grandes tendrán siempre una imprenta a su disposición, pero los nuevos autores con muchas ideas y poco dinero ya pueden escribir, diseñar y publicar sin más preámbulos a través de iBook Author, una herramienta de Apple que permite a un usuario cualquiera crear un libro con la calidad de cualquier otro dispositivo pero "con la ventaja de la interactividad", como un Juan Palomo literario. "Es una herramienta bastante potente que hemos puesto en manos de cualquier interesado porque es una aplicación gratuita", explicó ayer Jorge Rodríguez en el taller organizado por la Feria del Libro en la tienda Rosellimac.
Es la herramienta para crear el envoltorio, pero el contenido sigue dependiendo exclusivamente de la creatividad del autor. Según el responsable del taller, eliBook Author da cosas que no ofrece el soporte papel. "Es una forma muy sencilla de compartir tu trabajo, desde publicar simplemente arrastrando el texto hasta crear galerías de imágenes o vídeos para que el lector pueda ir viéndolos a medida que va leyendo la obra para meterse aún más en la historia". Y mientras en el libro de papel se inserta una ilustración, en la nueva aplicación se puede poner un vídeo de alta calidad o utilizar imágenes en tres dimensiones. "Es un formato que no tiene por qué acabar con el libro de papel, es sólo una posibilidad de disfrutar de un material multimedia, está claro que si quieres sólo texto no vas a aportar nada, sólo que lees en una pantalla electrónica", continúa.
Pero, ¿el escritor tendrá en el futuro que ponerse las pilas para, además de escribir, saber grabar vídeos de calidad y hacer buenas fotografías? "Puede ser", contesta Rodríguez. "Se trata de crear, pero lo bueno del iBook Author es que es una herramienta muy sencilla que cualquiera puede manejar con resultados bastante aceptables, esta herramienta ayuda a maquetar el texto, cuadrar los párrafos, que la imagen quede encuadrada…". Así que lo que es un trabajo meticuloso en la imprenta tradicional aquí se reduce a pulsar un botón y arrastrar un fichero. Y todo lo que se hace de manera muy tediosa con el QuarkXPress, el anterior líder de la autoedición, se realiza de una manera muy sencilla y sin quebraderos de cabeza.
En la actualidad existen dos modelos de comercialización de los libros electrónicos. Al que quiera editar el libro sin coste para el lector le basta con pulsar una pestaña que pone 'Publicar' y ese libro ya estará en el Apple Store para cualquiera que se lo quiera descargar, "lo que rompe una barrera en cuando a la distribución de contenidos". ¿Quiere cobrar por su obra? Entonces debe darse de alta en el publicador de Apple, seguir un proceso de registro y especificar el precio que quieres por descargar su obra. Y punto. "Esta herramienta lleva apenas año y medio en el mercado y, sobre todo, está teniendo mucho éxito en el ámbito de la educación porque permite a los profesores presentar de manera más gráfica sus clases a los alumnos", sostiene Rodríguez. Los grandes autores todavía no publican en iBook Author y se reservan para el libro electrónico tradicional, "pero la comunicación médica y científica tiene aquí una herramienta de primera magnitud".
De momento, cada vez se ven más eBook en el transporte público y en los aeropuertos. En las playas todavía no, pero cuando en las hamacas de playas como Torrenueva las señoras lean su best-seller en una pantalla será el momento en el que el formato digital esté plenamente asentado.
Por su parte, el reportero gráfico Ramón L. Pérez presentó su libro digital 9 apps útiles de fotografía para tu iPhone, en el que recopila las mejores aplicaciones de imagen en el dispositivo de Apple. Además del "archiconocido" Instagram para retocar fotografías o crear efectos, el fotógrafo muestra otros cauces que dan una "inmediatez y frescura" que de otra forma se pierden "porque no tienes que encender el ordenador, procesarlas… Es una cosa inmediata que puedes compartir al momento", explica sobre unos programas que permitirían, por ejemplo, retocar a Ana Obregón en un abrir y cerrar de ojos.
Otro programa que recomienda es Hipstamatic, que es "como un laboratorio en el móvil" que permite cambiar el objetivo y el carrete, emula una cámara fotográfica y permite saturar el color de una foto, ponerla en blanco y negro o utilizar el flash a conveniencia. "Este era antes un proceso muy arduo de laboratorio que ahora se hace sobre la marcha, tarda unos segundos en procesar la imagen".
También destaca el Napseed, que utiliza sobre todo para el vintage, para conseguir "el efecto de las fotos antiguas de los sesenta con ese efecto cálido y con trama". O el Pic-stitch, que sirve para hacer composiciones sobre un mismo tema, ya sea bicicletas o Semana Santa.
Especialmente curiosa es la aplicación Graffitti, que sirve para pintarrajear las paredes pero sin el peligro de ser multado por la Policía Local. Se hace una foto, intentando que el fondo sea blanco y se consigue, por ejemplo, que una foto más de la novia se convierta en un retrato como los que firma El Niño de las Pinturas. También se puede escribir sobre la foto con esa grafía característica de los artistas urbanos. Y dan calidad más que suficiente para imprimirlas y colgarlas en la pared.
Para el trabajo usa sobre todo el Camara +, que tiene una opción que mejora la imagen, permite recortar o reducir de tamaño "y se puede enviar inmediatamente a la redacción".
Y aunque utiliza el iPhone 4 no es un activista de Apple. "Con los Android se pueden conseguir buenas fotos, aunque claro, tras el objetivo tiene que estar un profesional", comenta sobre un arte que va más allá de apretar el símbolo de la cámara en la pantalla. "Como en cualquier cámara lo más importante es el buen ojo", zanja el fotógrafo de Ideal. Eso sí, como el cristal del móvil suele estar rallado de su vida en los bolsillos, al pasar la luz delante de la cámara aparecen en la imagen unas micro rayas".
Y además de programas que imitan el antiguo fotomatón como el Pocketboth, Ramón L. Pérez destaca el Filterstorn, la más profesional de todas porque edita la foto y permite cambiar la catalogación de las imágenes, modificar el balance de blancos… "Tiene un montón de herramientas útiles de fotografía que permiten reducir el grano de la foto, cambiar la temperatura del color… Son cosas que se utilizan en el Photoshop, no es lo mismo de cómodo pero se puede hacer en pocos minutos y sobre la marcha", continúa el fotoperiodista que, en la actualidad, trabaja en proyectos más personales como Con lo que yo era, una serie de imágenes que muestran una serie de objetos deteriorados y abandonados, como un globo de Bob Esponja o una cinta de casete antigua… Pero no tienen el tono tristón y melancólico que parece, "te arrancan una sonrisa", asegura. También ha inmortalizado un Cristo manco medio caído de la cruz o un ajado póster de Javier Arenas meses después de las elecciones. Y además de dejar en el paro a algún documentalista, estos programas permiten reducir el 'maldito' grano que aparece en las fotos nocturnas o el tono amarillento de las fotos de interior. Todo este trabajo se puede ver en la web bancofoto.com, que cuenta con una librería virtual para adquirir 9 apps útiles de fotografía para tu iPhone. De momento, Ramón L. Pérez no utiliza el iBook Author porque prefiere controlar el proceso de hacer un libro de manera más personal.
Es la herramienta para crear el envoltorio, pero el contenido sigue dependiendo exclusivamente de la creatividad del autor. Según el responsable del taller, eliBook Author da cosas que no ofrece el soporte papel. "Es una forma muy sencilla de compartir tu trabajo, desde publicar simplemente arrastrando el texto hasta crear galerías de imágenes o vídeos para que el lector pueda ir viéndolos a medida que va leyendo la obra para meterse aún más en la historia". Y mientras en el libro de papel se inserta una ilustración, en la nueva aplicación se puede poner un vídeo de alta calidad o utilizar imágenes en tres dimensiones. "Es un formato que no tiene por qué acabar con el libro de papel, es sólo una posibilidad de disfrutar de un material multimedia, está claro que si quieres sólo texto no vas a aportar nada, sólo que lees en una pantalla electrónica", continúa.
Pero, ¿el escritor tendrá en el futuro que ponerse las pilas para, además de escribir, saber grabar vídeos de calidad y hacer buenas fotografías? "Puede ser", contesta Rodríguez. "Se trata de crear, pero lo bueno del iBook Author es que es una herramienta muy sencilla que cualquiera puede manejar con resultados bastante aceptables, esta herramienta ayuda a maquetar el texto, cuadrar los párrafos, que la imagen quede encuadrada…". Así que lo que es un trabajo meticuloso en la imprenta tradicional aquí se reduce a pulsar un botón y arrastrar un fichero. Y todo lo que se hace de manera muy tediosa con el QuarkXPress, el anterior líder de la autoedición, se realiza de una manera muy sencilla y sin quebraderos de cabeza.
En la actualidad existen dos modelos de comercialización de los libros electrónicos. Al que quiera editar el libro sin coste para el lector le basta con pulsar una pestaña que pone 'Publicar' y ese libro ya estará en el Apple Store para cualquiera que se lo quiera descargar, "lo que rompe una barrera en cuando a la distribución de contenidos". ¿Quiere cobrar por su obra? Entonces debe darse de alta en el publicador de Apple, seguir un proceso de registro y especificar el precio que quieres por descargar su obra. Y punto. "Esta herramienta lleva apenas año y medio en el mercado y, sobre todo, está teniendo mucho éxito en el ámbito de la educación porque permite a los profesores presentar de manera más gráfica sus clases a los alumnos", sostiene Rodríguez. Los grandes autores todavía no publican en iBook Author y se reservan para el libro electrónico tradicional, "pero la comunicación médica y científica tiene aquí una herramienta de primera magnitud".
De momento, cada vez se ven más eBook en el transporte público y en los aeropuertos. En las playas todavía no, pero cuando en las hamacas de playas como Torrenueva las señoras lean su best-seller en una pantalla será el momento en el que el formato digital esté plenamente asentado.
Por su parte, el reportero gráfico Ramón L. Pérez presentó su libro digital 9 apps útiles de fotografía para tu iPhone, en el que recopila las mejores aplicaciones de imagen en el dispositivo de Apple. Además del "archiconocido" Instagram para retocar fotografías o crear efectos, el fotógrafo muestra otros cauces que dan una "inmediatez y frescura" que de otra forma se pierden "porque no tienes que encender el ordenador, procesarlas… Es una cosa inmediata que puedes compartir al momento", explica sobre unos programas que permitirían, por ejemplo, retocar a Ana Obregón en un abrir y cerrar de ojos.
Otro programa que recomienda es Hipstamatic, que es "como un laboratorio en el móvil" que permite cambiar el objetivo y el carrete, emula una cámara fotográfica y permite saturar el color de una foto, ponerla en blanco y negro o utilizar el flash a conveniencia. "Este era antes un proceso muy arduo de laboratorio que ahora se hace sobre la marcha, tarda unos segundos en procesar la imagen".
También destaca el Napseed, que utiliza sobre todo para el vintage, para conseguir "el efecto de las fotos antiguas de los sesenta con ese efecto cálido y con trama". O el Pic-stitch, que sirve para hacer composiciones sobre un mismo tema, ya sea bicicletas o Semana Santa.
Especialmente curiosa es la aplicación Graffitti, que sirve para pintarrajear las paredes pero sin el peligro de ser multado por la Policía Local. Se hace una foto, intentando que el fondo sea blanco y se consigue, por ejemplo, que una foto más de la novia se convierta en un retrato como los que firma El Niño de las Pinturas. También se puede escribir sobre la foto con esa grafía característica de los artistas urbanos. Y dan calidad más que suficiente para imprimirlas y colgarlas en la pared.
Para el trabajo usa sobre todo el Camara +, que tiene una opción que mejora la imagen, permite recortar o reducir de tamaño "y se puede enviar inmediatamente a la redacción".
Y aunque utiliza el iPhone 4 no es un activista de Apple. "Con los Android se pueden conseguir buenas fotos, aunque claro, tras el objetivo tiene que estar un profesional", comenta sobre un arte que va más allá de apretar el símbolo de la cámara en la pantalla. "Como en cualquier cámara lo más importante es el buen ojo", zanja el fotógrafo de Ideal. Eso sí, como el cristal del móvil suele estar rallado de su vida en los bolsillos, al pasar la luz delante de la cámara aparecen en la imagen unas micro rayas".
Y además de programas que imitan el antiguo fotomatón como el Pocketboth, Ramón L. Pérez destaca el Filterstorn, la más profesional de todas porque edita la foto y permite cambiar la catalogación de las imágenes, modificar el balance de blancos… "Tiene un montón de herramientas útiles de fotografía que permiten reducir el grano de la foto, cambiar la temperatura del color… Son cosas que se utilizan en el Photoshop, no es lo mismo de cómodo pero se puede hacer en pocos minutos y sobre la marcha", continúa el fotoperiodista que, en la actualidad, trabaja en proyectos más personales como Con lo que yo era, una serie de imágenes que muestran una serie de objetos deteriorados y abandonados, como un globo de Bob Esponja o una cinta de casete antigua… Pero no tienen el tono tristón y melancólico que parece, "te arrancan una sonrisa", asegura. También ha inmortalizado un Cristo manco medio caído de la cruz o un ajado póster de Javier Arenas meses después de las elecciones. Y además de dejar en el paro a algún documentalista, estos programas permiten reducir el 'maldito' grano que aparece en las fotos nocturnas o el tono amarillento de las fotos de interior. Todo este trabajo se puede ver en la web bancofoto.com, que cuenta con una librería virtual para adquirir 9 apps útiles de fotografía para tu iPhone. De momento, Ramón L. Pérez no utiliza el iBook Author porque prefiere controlar el proceso de hacer un libro de manera más personal.
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