Teatro para un Instante inaugura el año con la puesta en escena de dos entremeses de Miguel de Cervantes centrados en la infidelidad
G. CAPPA GRANADa
Los entremeses de Cervantes pusieron las bases hace siglos de lo que en la actualidad repiten una y otra vez las comedias de Hollywood. La compañía García Lorca-Teatro para un Instante regresa este fin de semana al Isabel la Católica con la puesta en escena de El viejo celoso y La cueva de Salamanca, dos piezas ligeras publicadas por el autor en 1615 y que ahora, casi 400 años después, "siguen provocando las carcajadas de los espectadores", señala el actor Pepe Cantero sobre unas obras que tratan el tema de la infidelidad en tono de farsa intrascendente. "Es una obra que estrenamos hace años, incluso antes de nuestra andadura lorquiana", recuerda el intérprete que se mete en la piel del viejo celoso.
En su opinión, los entremeses cervantinos demuestran que Miguel de Cervantes era un autor que sabía ahondar en las profundidades del ser humano y, en ocasiones, quedarse en la superficie, según exigiese el relato. "El mejor entremesista del Siglo de Oro es un hombre que escribe El Quijote, que es un libro extensísimo, pero luego también sabe ser minimalista y escribir obras muy sencillas".
El director de Teatro para un Instante, Miguel Serrano montó estos entremeses hace casi 20 años con una dramaturgia "que es tan eficaz como el texto, algo divertido y simple, personajes que llegan y se creen una cosa aunque el público ya sabe que está equivocado... Es lo más elemental y lo más clásico, pero no pasa de moda, si en cualquier obra se crea una complicidad con el público, en estas piezas se estrechan aún más lazos con el público", sostiene el actor, para quien lo importante es que el espectador se deje guiar por el juego teatral y que se crea los personajes, "ya sea una tragedia como Bernarda Alba o algo tan ligero como los entremeses de Cervantes".
La compañía comienza 2014 con dos obras de puro divertimento "teniendo en cuenta las indigestiones" de la reciente Navidad. En marzo regresarán al teatro Isabel la Católica con un drama lorquiano de su repertorio, pero este fin de semana cumplen de nuevo su compromiso con la Concejalía de Cultura. "Intentamos cubrir un abanico de lo más variado posible, pero aunque hagamos Yerma treinta veces nunca es lo mismo, no es una película que pones y siempre es igual, el teatro es diferente porque es algo vivo. En comparación con otras artes como la pintura o la poesía, esas cosas que ayudan a no tirarte por la ventana, el teatro es lo único que cambia".
Con cerca de 50 años sobre los escenarios, Cantero se sigue levantando con mariposas en el estómago cada vez que tiene una representación. Ya lo decía Margarita Xirgu cuando una actriz joven le dijo que ella no sentía nervios antes de actuar. "Querida, eso se cura con el talento", le espetó. Así que para Pepe Cantero, el término que mejor define su visión del teatro es ser eficaz: "El actor no es ni bueno ni malo, tiene que ser profesional", concluye.
En su opinión, los entremeses cervantinos demuestran que Miguel de Cervantes era un autor que sabía ahondar en las profundidades del ser humano y, en ocasiones, quedarse en la superficie, según exigiese el relato. "El mejor entremesista del Siglo de Oro es un hombre que escribe El Quijote, que es un libro extensísimo, pero luego también sabe ser minimalista y escribir obras muy sencillas".
El director de Teatro para un Instante, Miguel Serrano montó estos entremeses hace casi 20 años con una dramaturgia "que es tan eficaz como el texto, algo divertido y simple, personajes que llegan y se creen una cosa aunque el público ya sabe que está equivocado... Es lo más elemental y lo más clásico, pero no pasa de moda, si en cualquier obra se crea una complicidad con el público, en estas piezas se estrechan aún más lazos con el público", sostiene el actor, para quien lo importante es que el espectador se deje guiar por el juego teatral y que se crea los personajes, "ya sea una tragedia como Bernarda Alba o algo tan ligero como los entremeses de Cervantes".
La compañía comienza 2014 con dos obras de puro divertimento "teniendo en cuenta las indigestiones" de la reciente Navidad. En marzo regresarán al teatro Isabel la Católica con un drama lorquiano de su repertorio, pero este fin de semana cumplen de nuevo su compromiso con la Concejalía de Cultura. "Intentamos cubrir un abanico de lo más variado posible, pero aunque hagamos Yerma treinta veces nunca es lo mismo, no es una película que pones y siempre es igual, el teatro es diferente porque es algo vivo. En comparación con otras artes como la pintura o la poesía, esas cosas que ayudan a no tirarte por la ventana, el teatro es lo único que cambia".
Con cerca de 50 años sobre los escenarios, Cantero se sigue levantando con mariposas en el estómago cada vez que tiene una representación. Ya lo decía Margarita Xirgu cuando una actriz joven le dijo que ella no sentía nervios antes de actuar. "Querida, eso se cura con el talento", le espetó. Así que para Pepe Cantero, el término que mejor define su visión del teatro es ser eficaz: "El actor no es ni bueno ni malo, tiene que ser profesional", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario