En la Ruta de las Fortalezas, el viejo puente del ‘imperio’ es un testigo del paso de ejércitos, viajeros, comerciantes y la evolución de la fauna de la comarca de los Montes
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE | GRANADA
El agua del río Colomera discurre rápida bajo el arco de piedra del siglo II. :: J. E. G. |
Una garza real vuela desde las riberas de Benalúa de las Villas hacia las aguas de Cubillas. Lo hace a través del estrecho valle y los desfiladeros por los que discurre el río Colomera. Esta ave de gran envergadura intenta aprovechar los espacios naturales que, con el menor esfuerzo y la mayor seguridad, le conducirán a su destino. Los primeros pobladores de las tierras del sur de la península que los griegos llamaron Iberia, entendieron que el vuelo de las aves y los movimientos de la fauna indicaban con claridad las rutas a seguir en busca de otros territorios más fríos o cálidos, donde asentarse, protegerse, e incluso en los que guerrear. Crearon sendas que se convirtieron en veredas, y después caminos y calzadas.
El puente de Colomera no se construyó solo para dar servicio a la población. :: J. E. G. |
Un puente construido por conquistadores romanos sobre el río Colomera, posiblemente en el siglo II, aún mantiene la esencia de una de las rutas de conexión del Mediterráneo con el interior ibérico. Un puente de piedra de arco único sustenta una calzada pavimentada con cantos rodados protegida por un ancho pretil. Salva el cauce del río para que la vía romana ascendiese hacia las peñas donde a lo largo de los siglos, íberos, romanos, visigodos y árabes, ubicaron poblados, molinos, castillos e iglesias. Un municipio que Ib-al-Jatib calificó como alquería de la Vega de Granada y que después se hizo fundamental en la defensa del reino nazarí ante la llegada de las tropas de los Reyes Católicos (conquistado en 1486, seis años antes que la capital).
El puente romano de Colomera no se construyó únicamente para dar servicio a un incipiente poblado, sino que formaba parte de la red viaria que desde el sur se internaba hacia las mesetas del centro peninsular, y tras la conquista de Granada, era uno de los puntos de conexión entre las tierras de Loja, Moclín, Montillana, Granada y su Vega, con lo que durante siglos, hasta la construcción de las primeras carreteras modernas, fue el Camino Real a Madrid, el enlace del Poniente con la comarca de los Montes y las vías que caminaban hacia Jaén, Depeñaperros y la meseta castellana. (...)
Reportaje completo. Vídeo reportaje, ¿Cómo llegar?, fotogalería, biodiversidad, especies de fauna y flora de este enclave y más datos en la revista de naturaleza de Ideal, Waste Magazine
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