La Joven Orquesta Barroca y el Joven Coro de Andalucía interpretan hoy en el Manuel de Falla en el Cervantes 'Dido y Eneas', de Purcell 'Grupo Joly' visita los ensayos y conversa con los directores
PABLO BUJALANCE
Todavía en el siglo XVII la extraordinaria oportunidad de acudir a un concierto o a la representación de una ópera se vinculaba con la noción clásica de la agapé, un término que puede entenderse tanto por banquetecomo, de manera metafórica, por amor; y es que, para los músicos, el oficio de tocar ante un público tiene mucho de darse, y lo que esperan, claro, es ser correspondidos. Por eso, visitar los ensayos de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA) en las dependencias de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) en Carranque es como colarse en los fogones de una cocina donde el banquete es aún un proyecto en preparación: ya están ahí los aromas y los primeros tientos, prometedores de lo que dará el festín. El banquete en cuestión es nada menos que una de las joyas indiscutibles del Barroco, la ópera Dido y Eneasde Henry Purcell, que la JOBA (nacida hace cuatro años en Málaga con el impulso de la OFM, y en la que militan jóvenes instrumentistas de las ocho provincias andaluzas) interpreta hoy en el Auditorio Manuel de Falla de Granada, junto al Joven Coro de Andalucía. Michael Thomas, director que desde el principio ha ejercido su impagable labor docente para la agrupación, vuelve a tomar la batuta, mientras que la dirección del coro corresponde a Lluís Villamajó, mano derecha de Jordi Savall en La Capella Reial de Catalunya y Hespérion XXI, director de varias agrupaciones corales en toda España y garantía de la mejor interpretación vocal del Barroco. La propuesta, servida en formato de concierto, presenta como solistas a un ramillete de voces muy jóvenes aunque ya poderosamente confirmadas: Ruth Rosique, Rocío de Frutos, Damián del Castillo, Anna Moroz, Samuel Moreno y Víctor Sordo. Añadan la contribución de Juan Francisco Padilla al laúd barroco y tendrán un menú irresistible.
Los ensayos de la mañana de ayer, a los que acudié el Grupo Joly, tuvieron como protagonistas a los miembros de la JOBA, mientras que el Joven Coro de Andalucía (formado por una treintena de cantantes de entre 17 y 27 años) celebró los suyos por la tarde. Sentados ya ante sus atriles, la concentración de los instrumentistas es máxima. En esta ocasión violines y violas no tocarán con cuerdas de tripa, tal y como se hacía en el siglo XVII, lo que inspira cierta tranquilidad en los músicos ya que la tripa provoca numerosos problemas de afinación; pero eso no significa que estén más relajados. Michael Thomas se deshace en elogios minutos antes de subir a la tarima: "Lo importante de un proyecto como la JOBA es que el público tenga la oportunidad de comprobar el enorme talento que tienen músicos andaluces tan jóvenes. Tocar Dido y Eneas no es precisamente sencillo, pero la entrega que demuestran es absoluta. A menudo, cuando terminamos los ensayos, insisten en seguir tocando". Thomas señala que algunos miembros de la JOBA "han hecho ya del Barroco una carrera a largo plazo, se han hecho con los instrumentos apropiados y de hecho actualmente estudian en Holanda. Aquí hay mucho talento reunido, y los malagueños y andaluces deben estar orgullosos".
Michael Thomas subraya igualmente que Dido y Eneas representa exactamente el reto que los jóvenes intérpretes necesitan en este momento: "Es una obra muy compleja pero les permite poner en juego todo lo que han aprendido y empezar a dar nuevos pasos a partir de aquí. Purcell es, de alguna manera, el primer compositor minimalista de la Historia, en la medida en que es un maestro del ostinato. Los músicos de la JOBA se encuentran ya en disposición de añadir sus propios argumentos musicales y sus conocimientos a lo que hay escrito en la partitura, y crecer a partir de ahí". El programa se abre con la popular Chacona en sol menorde Purcell, lo que permite a los instrumentistas "abordar un tono más espiritual, ante el que se resuelven de un modo notablemente cercano". De hecho, cabe recordar que la Chaconaes, con su invocación casi religiosa en su línea descendente, un registro presente en numerosas músicas populares musicales de todo el mundo; ni siquiera falta en una canción tan conocida como Michelle, de The Beatles.
Pero para Lluís Villamajó las distancias que impone el tiempo no tienen mucho sentido cuando de música se trata. "Lo que la música hace es expresar emociones. En cada época, la música se sirve de los instrumentos y la tecnología que tiene a su alcance, pero las emociones que expresa son las mismas en el siglo XVII y en el XXI. De modo que, si la interpretación es buena, una obra se puede disfrutar y comprender igual en cualquier época". Villamajó comparte la apreciación que hace Michael Thomas del talento tanto de la JOBA como del Joven Coro de Andalucía, y lo hace de manera muy elocuente: "Cuando se dice que la juventud actual no tiene mucho interés por la música clásica se incurre en un error. Hay muchos jóvenes que aman esta música. Y lo hacen hasta el punto de dedicarle muchas, muchísimas horas de su tiempo. El problema no está en ellos, sino en nosotros. Ellos están demostrando lo que son capaces de hacer con su trabajo, y ahora somos quienes podemos decidir en las programaciones los que tenemos que corresponderles. El problema es que en España falta una cultura de aproximación seria a las agrupaciones de jóvenes músicos. Se invierte todavía mucho dinero en traer a grandes orquestas y grandes solistas y en organizar festivales monumentales, pero las puertas de los auditorios siguen cerradas a estas formaciones. El problema es que, si esta actitud persiste, la distancia entre ellos y nosotros será mucho mayor y entonces nos encontraremos con el problema de que, efectivamente, no habrá un público en España para la música clásica y antigua". Villamajó, que se formó en la Escolanía de Montserrat y que también ha sido director del Coro Barroco de Andalucía, pone como posible modelo a seguir la Academia de Formación Profesional, Investigación e Interpretación Musical que desde hace cuatro años coordina Jordi Savall en Cataluña. El patrimonio puesto en juego es mucho.
Los ensayos de la mañana de ayer, a los que acudié el Grupo Joly, tuvieron como protagonistas a los miembros de la JOBA, mientras que el Joven Coro de Andalucía (formado por una treintena de cantantes de entre 17 y 27 años) celebró los suyos por la tarde. Sentados ya ante sus atriles, la concentración de los instrumentistas es máxima. En esta ocasión violines y violas no tocarán con cuerdas de tripa, tal y como se hacía en el siglo XVII, lo que inspira cierta tranquilidad en los músicos ya que la tripa provoca numerosos problemas de afinación; pero eso no significa que estén más relajados. Michael Thomas se deshace en elogios minutos antes de subir a la tarima: "Lo importante de un proyecto como la JOBA es que el público tenga la oportunidad de comprobar el enorme talento que tienen músicos andaluces tan jóvenes. Tocar Dido y Eneas no es precisamente sencillo, pero la entrega que demuestran es absoluta. A menudo, cuando terminamos los ensayos, insisten en seguir tocando". Thomas señala que algunos miembros de la JOBA "han hecho ya del Barroco una carrera a largo plazo, se han hecho con los instrumentos apropiados y de hecho actualmente estudian en Holanda. Aquí hay mucho talento reunido, y los malagueños y andaluces deben estar orgullosos".
Michael Thomas subraya igualmente que Dido y Eneas representa exactamente el reto que los jóvenes intérpretes necesitan en este momento: "Es una obra muy compleja pero les permite poner en juego todo lo que han aprendido y empezar a dar nuevos pasos a partir de aquí. Purcell es, de alguna manera, el primer compositor minimalista de la Historia, en la medida en que es un maestro del ostinato. Los músicos de la JOBA se encuentran ya en disposición de añadir sus propios argumentos musicales y sus conocimientos a lo que hay escrito en la partitura, y crecer a partir de ahí". El programa se abre con la popular Chacona en sol menorde Purcell, lo que permite a los instrumentistas "abordar un tono más espiritual, ante el que se resuelven de un modo notablemente cercano". De hecho, cabe recordar que la Chaconaes, con su invocación casi religiosa en su línea descendente, un registro presente en numerosas músicas populares musicales de todo el mundo; ni siquiera falta en una canción tan conocida como Michelle, de The Beatles.
Pero para Lluís Villamajó las distancias que impone el tiempo no tienen mucho sentido cuando de música se trata. "Lo que la música hace es expresar emociones. En cada época, la música se sirve de los instrumentos y la tecnología que tiene a su alcance, pero las emociones que expresa son las mismas en el siglo XVII y en el XXI. De modo que, si la interpretación es buena, una obra se puede disfrutar y comprender igual en cualquier época". Villamajó comparte la apreciación que hace Michael Thomas del talento tanto de la JOBA como del Joven Coro de Andalucía, y lo hace de manera muy elocuente: "Cuando se dice que la juventud actual no tiene mucho interés por la música clásica se incurre en un error. Hay muchos jóvenes que aman esta música. Y lo hacen hasta el punto de dedicarle muchas, muchísimas horas de su tiempo. El problema no está en ellos, sino en nosotros. Ellos están demostrando lo que son capaces de hacer con su trabajo, y ahora somos quienes podemos decidir en las programaciones los que tenemos que corresponderles. El problema es que en España falta una cultura de aproximación seria a las agrupaciones de jóvenes músicos. Se invierte todavía mucho dinero en traer a grandes orquestas y grandes solistas y en organizar festivales monumentales, pero las puertas de los auditorios siguen cerradas a estas formaciones. El problema es que, si esta actitud persiste, la distancia entre ellos y nosotros será mucho mayor y entonces nos encontraremos con el problema de que, efectivamente, no habrá un público en España para la música clásica y antigua". Villamajó, que se formó en la Escolanía de Montserrat y que también ha sido director del Coro Barroco de Andalucía, pone como posible modelo a seguir la Academia de Formación Profesional, Investigación e Interpretación Musical que desde hace cuatro años coordina Jordi Savall en Cataluña. El patrimonio puesto en juego es mucho.
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