lunes, 27 de enero de 2014

La «leyenda urbana» de la vacuna contra la gripe

resulta "imposible" que pueda producir la enfermedad, en contra de la extendida "leyenda urbana" de que el que la recibe puede ponerse "malísimo"


ENNIO LEANZA
Vacunándose contra la gripe

La vacuna antigripal es la medida de protección más efectiva en este momento contra la gripe y resulta "imposible" que pueda producir la enfermedad, en contra de la extendida "leyenda urbana" de que el que la recibe puede ponerse "malísimo".
Esta creencia sobre las vacunas está tan arraigada que los profesionales sanitarios la escuchan a diario y hay reticencias a vacunarse "incluso hasta en el colectivo médico", ha manifestado a Efe el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Málaga Joaquín Fernández-Crehuet.
Las vacunas están compuestas de "virus fraccionados y muertos", por lo que no producen la gripe, aunque sí puede darse alguna reacción posterior de carácter leve, ha explicado.
Cabe preguntarse entonces por qué hay enfermos hospitalizados con gripe A que se habían vacunado previamente, y el experto responde que un porcentaje pequeño de personas, aproximadamente un 5%, no reacciona con anticuerpos suficientes, mientras que en el resto la vacuna sí produce inmunidad.

Vacunación «casi obligatoria»

Fernández-Crehuet, que también es jefe de servicio de Medicina Preventiva en el Hospital Clínico de Málaga, insiste en recomendar la vacuna que, a su juicio, debería ser "casi obligatoria" en colectivos como el sanitario o profesorado, considerados grupos de riesgo junto a policías y trabajadores de residencias de ancianos, entre otros.
Todos ellos están "a tiempo" de vacunarse este año, en el que ha habido un tiempo "casi primaveral" en Andalucía y la gripe "se ha retrasado", de forma que los casos, que suelen ser más dispersos, se están concentrando en un periodo de tiempo más corto con la entrada brusca de frío.
Pese a la alarma que hayan podido generar en la población las muertes de pacientes hospitalizados con gripe A, la letalidad "no es alta", y normalmente es una enfermedad de tratamiento ambulatorio, que "se cura en la casa", para la que se aconseja beber líquidos y guardar reposo.
Para combatirla no sirven los populares antibióticos, que "además de ineficientes pueden ser perjudiciales", ha advertido.
La mayoría de los enfermos griposos responden bien al tratamiento, salvo aquellos que tienen otra patología previa, entre las que ha citado diabetes o enfermedad renal.
Al tratarse el AH1N1 de un virus más virulento que otros como los de tipo B, ha considerado "lógico" que aparezcan las complicaciones de la gripe, y se estén dando casos de enfermos con neumonías bilaterales que tienen un pronóstico "incierto".
El virus de la gripe que circula es el mismo que llegó a España en 2009, lo que proporciona la "ventaja epidemiológica" de que se incorporó un año después a las vacunas, según Fernández-Crehuet.
Tras aquella alerta que llenó instituciones y supermercados de dispensadores de soluciones desinfectantes y luego "se quedó en nada", se bajó la guardia en los domicilios y la gripe este año "ha pillado a muchos algo desprevenidos", por lo que este experto cree que habría que recuperar la campaña de educación sanitaria.
"Nuestra salud también depende de nuestros buenos hábitos", ha enfatizado Fernández-Crehuet, quien ha añadido que como la gripe se transmite por secreciones faríngeas, hay que aconsejar que los enfermos no salgan a la calle ni vayan a sitios colectivos porque son "grandes diseminadores del virus".
Una persona tose o se suena la nariz y "cree que por tirar el pañuelo ya está resuelto", pero el virus pasa de las manos a otros objetos, por lo que hay que extremar la higiene de las manos para romper la cadena epidemiológica, ha insistido.

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