- El martes 11 de abril se celebró el Día Mundial del Parkinson, una enfermedad que afecta a 60.000 andaluces
- Técnicamente fue descrita hace 200 años como "parálisis temblorosa"
La patología afecta al área cerebral encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos. /DREAMSTIME
XAVI GRANDA
El pasado martes se conmemoró el Día Mundial del Párkinson, una enfermedad que afecta a unos 60.000 andaluces, según datos de la Federación Andaluza de Párkinson. Ese día, el Grupo de Estudios de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Catalana de Neurología (GETM-SCN), la Asociación Catalana de Pacientes de Párkinson y la Real Academia de Medicina de Cataluña organizaron un encuentro en el que se repasaron pasado, presente y retos de futuro en el manejo de la enfermedad.
El párkinson es una enfermedad neurológica degenerativa. Afecta al sistema nervioso en el área que está encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos. Se estima que una persona de cada cien por encima de los 60 años desarrolla esta dolencia.
Es conocido que su incidencia aumenta progresivamente con la edad, siendo más propio de las personas mayores. Sin embargo, algunos enfermos la desarrollan antes de los 40 años. Otro aspecto relevante es que los pacientes son conscientes tanto de su enfermedad como de su evolución degenerativa, lo que causa sufrimiento y agotamiento a ellos y a sus familiares y cuidadores.
"Aunque hay referencias a la enfermedad ya en la Biblia, fue descrita y documentada como tal en 1817 por el médico británico James Parkinson, que la denominó "parálisis temblorosa". No fue hasta muchos años después cuando el eminente neurólogo francés Charcot comenzó a denominarla enfermedad de Parkinson", explicó Andrew Lees, profesor del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía.
Otro hito en el párkinson se produjo hace 50 años, con el descubrimiento de la levodopa, un medicamento oral. Como recordó el doctor Yaroslau Compta, coordinador del GETM-SCN, "supuso poder controlar los síntomas de manera muy eficaz".
La tercera fecha clave del páarkinson es 1997, cuando se determinó que la proteína alfa-sinucleína está presente en las lesiones de las neuronas de todos los pacientes. "La investigación, a día de hoy, se centra en diseñar dispositivos o pruebas de imagen que puedan cuantificar esta proteína y poder saber qué personas están en riesgo de sufrir la enfermedad. También se estudia la posibilidad de desarrollar medicamentos que impidan que la alfa-sinucleína se agregue y se propague al sistema nervioso. No curarían el párkinson, pero podrían ralentizarlo", detalló el profesor Werner Poewe, director del departamento de Neurología de la Universidad Médica de Innsbruck (Austria)
"Otro reto es el manejo de los síntomas no motores del páarkinson, que van desde la pérdida de olfato a la depresión o el estreñimiento y los trastornos de sueño o el dolor. No hay fármacos que nos permitan controlarlos de forma global. Por eso es muy importante concienciar a la población y a las administraciones de la necesidad del abordaje multidisciplinar del enfermo de párkinson. Y, por supuesto, continuar avanzando para encontrar fármacos más efectivos", repasó la doctora Nuria Caballol, secretaria del GETM-SCN.
Muchos de los esfuerzos en la actualidad se centran en la búsqueda de un biomarcador que permita diagnosticar la enfermedad de forma precoz. "Diagnosticar antes nos va a permitir aplicar los potenciales tratamientos antes de haya síntomas, cuando son verdaderamente útiles", concluyó el profesor Poewe.
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