ÁLVARO GARCÍA
Puede que muchos ciudadanos no se hayan parado siquiera a contemplar la bóveda celeste que cubre su cabeza. Pero lo que seguramente sí atraiga su atención sea descubrir el derroche energético que conlleva una mala iluminación pública. España consume más de un 150% de energía lumínica si se compara con otros países europeos como Alemania. Y esto, al fin y al cabo, repercute en nuestros bolsillos.
Desde la Jornada de Protección del Cielo Nocturno, que tuvo lugar ayer en la Diputación de Granada, se quiso concienciar a los municipios de la importancia de apostar por una buena luminaria en las ciudades.
Las soluciones, como recordó Ángela Ranea Palma, de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, no es dejar Granada a oscuras sino "iluminar dónde, cuándo y de la manera adecuada". Con esto se refiere a la reciente apuesta en algunos municipios por las luces LED blancas. Este tipo de iluminación además de contaminar un recurso natural de excelente calidad, como es nuestro cielo nocturno, puede generar trastornos de salud que van desde el insomnio hasta el cáncer así como una mayor concentración de mosquitos en verano.
La ocasión también sirvió de exposición a una nueva forma de turismo con la que la Junta busca romper las limitaciones de estacionalidad propias del sector: el astroturismo. El alcalde de la Puebla de Don Fadrique, Mariano García Castillo, destacó el éxito de esta clase de proyectos, que han tenido un seguimiento más que satisfactorio entre vecinos y visitantes. Este tipo de actividades centradas en la contemplación del firmamento, se ha repetido en otras localidades como Píñar con igual índice de éxito, convirtiéndose además en una fuente de auto empleo verde dentro del propio pueblo. Durante el evento también se ofreció información útil, como subvenciones y asesorías, para todos aquellos municipios que quieran sumarse cuanto antes a las medidas del reglamento para la protección de este recurso natural, que será aprobado pronto desde la Junta.
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