Las solicitudes de estos derechos se disparan un 12% en 2014, hasta las 527, lo que supone el 18% del total nacional, y colocan a la comunidad andaluza sólo por detrás de la madrileña.
AGENCIAS, SEVILLA 
Un total de 527 patentes se solicitaron en 2014 en Andalucía por vía nacional, lo que supone el 18,2% del total en el conjunto de las comunidades y un 12,6% más que el año anterior, según la Estadística de Propiedad Industrial de la Oficina Española de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
Las 527 patentes pedidas en Andalucía, el 18,2% del total nacional, suponen un peso superior al que tienen otras variables económicas como el Producto Interior Bruto (13,9% del total español) o el tejido empresarial (15%). Con ello, Andalucía ha pasado a ser la segunda región con mayor número de solicitudes de patentes en 2014, tras Madrid, y superando a Cataluña.
Diferenciando por solicitantes, casi la mitad, 241 solicitudes, la realizaron particulares, y más de la cuarta parte, 142, las universidades; el resto correspondió a empresas (117) y organismos públicos (27).
Respecto al año anterior, los mayores incrementos se registraron en las solicitudes de patentes por universidades (32,7%), con un ritmo muy superior a la media de las comunidades (7,9%) y las de empresas (30%), a diferencia del comportamiento observado en el conjunto de comunidades (-1,8%).
Desde el año 1998, primero para el que se tienen datos, Andalucía se sitúa como la comunidad con mayor incremento tanto absoluto como relativo en el número de patentes solicitadas, habiéndose triplicado en el periodo (201,1%), significativamente por encima del crecimiento agregado nacional (28,6%).
Estos resultados reflejan que Andalucía está realizado un notable esfuerzo en términos de generación de conocimiento para su aplicación industrial, siendo además significativo que en los últimos siete años, y a pesar de la crisis económica, el número de solicitudes de patentes no haya dejado de aumentar, salvo en 2012, mientras que en el conjunto de comunidades ha descrito un perfil de continuo descenso.
Con todo, es necesario que en los próximos años se intensifique la producción innovadora por parte de las empresas en Andalucía, de forma que el peso que éstas tienen en el total de comunidades (11,1%) se equipare al que muestran las solicitudes de patentes de particulares (20,5%) o las universidades (28,1%), reflejo éstas últimas del relevante papel del sistema público de investigación.
La innovación tecnológica es uno de los pilares sobre los que se sustentan los modelos productivos más avanzados. El principal indicador empleado para medir la producción de la actividad innovadora de una economía son las patentes.
Una patente es un título que reconoce el derecho a explotar, en exclusiva, una invención, impidiendo a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular. Para que una invención pueda ser objeto de patente debe reunir tres requisitos: novedad, actividad inventiva (no debe resultar del estado de la técnica de una manera evidente para un experto en la materia) y aplicación industrial.
Existen tres vías para proteger las invenciones: la vía nacional, mediante solicitud individualizada en cada estado; la vía europea, mediante solicitud con designación de entre aquellos países europeos que sean parte del Convenio Europeo de Patentes; y la vía internacional, para obtener protección en cada uno de los estados que forman parte del Tratado PCT (Patent Cooperation Treaty).
Las 527 patentes pedidas en Andalucía, el 18,2% del total nacional, suponen un peso superior al que tienen otras variables económicas como el Producto Interior Bruto (13,9% del total español) o el tejido empresarial (15%). Con ello, Andalucía ha pasado a ser la segunda región con mayor número de solicitudes de patentes en 2014, tras Madrid, y superando a Cataluña.
Diferenciando por solicitantes, casi la mitad, 241 solicitudes, la realizaron particulares, y más de la cuarta parte, 142, las universidades; el resto correspondió a empresas (117) y organismos públicos (27).
Respecto al año anterior, los mayores incrementos se registraron en las solicitudes de patentes por universidades (32,7%), con un ritmo muy superior a la media de las comunidades (7,9%) y las de empresas (30%), a diferencia del comportamiento observado en el conjunto de comunidades (-1,8%).
Desde el año 1998, primero para el que se tienen datos, Andalucía se sitúa como la comunidad con mayor incremento tanto absoluto como relativo en el número de patentes solicitadas, habiéndose triplicado en el periodo (201,1%), significativamente por encima del crecimiento agregado nacional (28,6%).
Estos resultados reflejan que Andalucía está realizado un notable esfuerzo en términos de generación de conocimiento para su aplicación industrial, siendo además significativo que en los últimos siete años, y a pesar de la crisis económica, el número de solicitudes de patentes no haya dejado de aumentar, salvo en 2012, mientras que en el conjunto de comunidades ha descrito un perfil de continuo descenso.
Con todo, es necesario que en los próximos años se intensifique la producción innovadora por parte de las empresas en Andalucía, de forma que el peso que éstas tienen en el total de comunidades (11,1%) se equipare al que muestran las solicitudes de patentes de particulares (20,5%) o las universidades (28,1%), reflejo éstas últimas del relevante papel del sistema público de investigación.
La innovación tecnológica es uno de los pilares sobre los que se sustentan los modelos productivos más avanzados. El principal indicador empleado para medir la producción de la actividad innovadora de una economía son las patentes.
Una patente es un título que reconoce el derecho a explotar, en exclusiva, una invención, impidiendo a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular. Para que una invención pueda ser objeto de patente debe reunir tres requisitos: novedad, actividad inventiva (no debe resultar del estado de la técnica de una manera evidente para un experto en la materia) y aplicación industrial.
Existen tres vías para proteger las invenciones: la vía nacional, mediante solicitud individualizada en cada estado; la vía europea, mediante solicitud con designación de entre aquellos países europeos que sean parte del Convenio Europeo de Patentes; y la vía internacional, para obtener protección en cada uno de los estados que forman parte del Tratado PCT (Patent Cooperation Treaty).
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