Los menores de seis años presentan el mayor índice de fallecimiento por esta causa La Asociación Española de Pediatría pide que se supervise a los niños en el agua en todo momento
MARÍA ESPÍNOLA GRANADa
En estas fechas en las que el mercurio se ha disparado nada como un buen chapuzón para mitigar el calor. Sin embargo, la típica diversión de verano en piscinas y playas se puede ver alterada por un golpe de realidad. El entretenimiento lleva, en muchas ocasiones, a algún que otro descuido que puede salir muy caro. No tiene por qué ser un gran descuido. 27 segundos son suficientes para que un niño fallezca por ahogamiento. Es importante estar alerta sobre todo si se tiene en cuenta que el ahogamiento es la segunda causa de muerte accidental, sólo por detrás de los accidentes de tráfico, en menores de 19 años.
Precisamente, los menores de 6 años presentan los mayores índices de mortalidad por ahogamiento en todo el mundo y es que supone un escalofriante 70%. Por género, los varones son los más afectados, con un índice global de mortalidad que duplica al femenino.
En la mayoría de los casos estas muertes podrían haberse evitado tan sólo con estrategias esenciales de prevención. Por ejemplo, con una supervisión permanente de cualquier niño que se encuentre cerca del agua. Según indican desde el comité de seguridad y prevención de lesiones no intencionadas en la infancia de la Asociación Española de Pediatría, se entiende como "vigilancia adecuada cuando la distancia con respecto al menor es inferior a la longitud del brazo del cuidador".
La Organización Mundial de la Salud apunta que cada año se producen en España más de 150 muertes por ahogamiento. En el mes de julio, los ahogamientos se han duplicado y en sólo dos semanas se dieron 69 casos. En pleno ecuador estival, la provincia de Granada ha presentado tres casos de ahogamiento mortal: un buceador de 30 años ahogado en Almuñécar, una anciana de 83 años hallada en una balsa de agua en La Puebla de Don Fabrique y un joven de 18 años que practicaba submarinismo junto a su padre en Calahonda. Sólo en el mes de junio 34 personas murieron ahogadas, diez eran menores de 6 años.
Según los datos ofrecidos por la Escuela Segoviana de Socorrismo y de AETSAS se ha producido un preocupante incremento en las estadísticas por ahogamiento respecto a 2014 tanto en menores como en adultos.
No se debe perder de vista en ningún momento a los menores. Los manguitos y flotadores generan, en ocasiones, un exceso de confianza. Tampoco se debe bajar la guardia porque el niño sepa nadar, pues esto no quiere decir que esté a salvo.
El ahogamiento es conocido también como 'la muerte silenciosa' y es que paradójicamente cuando alguien se está ahogando no parece que lo esté haciendo. El ahogamiento no implica el alboroto y los gritos que todo el mundo espera, eso más bien es cosa del cine. Tanto así, que los estudios revelan que en un 10% de los casos un adulto presenciará el ahogamiento sin saber lo que está ocurriendo. Cuando alguien se está ahogando se produce lo que se conoce como Respuesta Instintiva de Ahogamiento (RIDA), para evitar la asfixia real o percibida en el agua.
Con motivo de frenar el número de víctimas por ahogamiento que aumenta cada verano, la Asociación Nacional de Seguridad Infantil inició en 2013 una campaña que ya cuenta con 11.000 firmas de apoyo y la adhesión de entidades del ámbito de Protección Civil y Emergencias.
Aunque el mayor número de accidentes tienen lugar en piscinas privadas, los ahogamientos no son sólo cosa de piscina y playa, en niños menores de un año de edad el escenario más habitual es la bañera, por descuido de los adultos.
En caso de presenciar un ahogamiento la actuación inmediata puede ser clave para salvar la vida de la persona. Además de la atención inmediata, se deberá llamar al 112.
Precisamente, los menores de 6 años presentan los mayores índices de mortalidad por ahogamiento en todo el mundo y es que supone un escalofriante 70%. Por género, los varones son los más afectados, con un índice global de mortalidad que duplica al femenino.
En la mayoría de los casos estas muertes podrían haberse evitado tan sólo con estrategias esenciales de prevención. Por ejemplo, con una supervisión permanente de cualquier niño que se encuentre cerca del agua. Según indican desde el comité de seguridad y prevención de lesiones no intencionadas en la infancia de la Asociación Española de Pediatría, se entiende como "vigilancia adecuada cuando la distancia con respecto al menor es inferior a la longitud del brazo del cuidador".
La Organización Mundial de la Salud apunta que cada año se producen en España más de 150 muertes por ahogamiento. En el mes de julio, los ahogamientos se han duplicado y en sólo dos semanas se dieron 69 casos. En pleno ecuador estival, la provincia de Granada ha presentado tres casos de ahogamiento mortal: un buceador de 30 años ahogado en Almuñécar, una anciana de 83 años hallada en una balsa de agua en La Puebla de Don Fabrique y un joven de 18 años que practicaba submarinismo junto a su padre en Calahonda. Sólo en el mes de junio 34 personas murieron ahogadas, diez eran menores de 6 años.
Según los datos ofrecidos por la Escuela Segoviana de Socorrismo y de AETSAS se ha producido un preocupante incremento en las estadísticas por ahogamiento respecto a 2014 tanto en menores como en adultos.
No se debe perder de vista en ningún momento a los menores. Los manguitos y flotadores generan, en ocasiones, un exceso de confianza. Tampoco se debe bajar la guardia porque el niño sepa nadar, pues esto no quiere decir que esté a salvo.
El ahogamiento es conocido también como 'la muerte silenciosa' y es que paradójicamente cuando alguien se está ahogando no parece que lo esté haciendo. El ahogamiento no implica el alboroto y los gritos que todo el mundo espera, eso más bien es cosa del cine. Tanto así, que los estudios revelan que en un 10% de los casos un adulto presenciará el ahogamiento sin saber lo que está ocurriendo. Cuando alguien se está ahogando se produce lo que se conoce como Respuesta Instintiva de Ahogamiento (RIDA), para evitar la asfixia real o percibida en el agua.
Con motivo de frenar el número de víctimas por ahogamiento que aumenta cada verano, la Asociación Nacional de Seguridad Infantil inició en 2013 una campaña que ya cuenta con 11.000 firmas de apoyo y la adhesión de entidades del ámbito de Protección Civil y Emergencias.
Aunque el mayor número de accidentes tienen lugar en piscinas privadas, los ahogamientos no son sólo cosa de piscina y playa, en niños menores de un año de edad el escenario más habitual es la bañera, por descuido de los adultos.
En caso de presenciar un ahogamiento la actuación inmediata puede ser clave para salvar la vida de la persona. Además de la atención inmediata, se deberá llamar al 112.
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