Evitar que el mosquito 'Aedes aegypti' se forme y se desarrolle es mucho más efectivo que...
Al mosquito le gusta la temperatura de las casas y prefiere los recipientes de agua limpia.
Aedes aegypti: así se llama el zancudo responsable de la transmisión del dengue, la fiebre amarilla, el chikunguña y el zika, que tiene tan preocupadas a las autoridades de salud de todo el mundo.
La historia de la pelea contra este mosquito, que habita en poblaciones ubicadas por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar, tiene más de un siglo en América Latina.
De ella hacen parte desde la eliminación de criaderos y la fumigación con potentes pesticidas hasta la liberación de moscos modificados, para frenar la perpetuación de la especie.
Pero hasta ahora nada ha logrado vencer la gran capacidad del mosquito para adaptarse y sobreponerse a los factores que lo amenazan. Mientras la ciencia logra dar con herramientas efectivas para combatirlo, conviene que la gente conozca más sobre este vector, cuya vida está asociada a los seres humanos y sus costumbres. De este modo puede ayudar a mantenerlo a raya.
¿Cómo reconocerlo?
El Aedes aegypti es un mosquito pequeño, oscuro, cuyas patas presentan unas escamas blancas plateadas que forman anillos en las articulaciones.
¿Pica todo el día?
Ataca especialmente de día, sobre todo en la mañana y al final del día, que son las horas menos calurosas. Pero de noche, con luz artificial, también pica.
¿En dónde se esconde?
Los mosquitos reposan en lugares oscuros y tranquilos, dentro de las casas. Prefieren los dormitorios, los baños y las cocinas (donde hay baldosas). Se posan sobre muebles oscuros, en las cortinas y en la ropa colgada. Por eso siempre hay que revisar.
¿Cuál es la mejor manera de combatirlo?
Eliminando los posibles criaderos de agua estancada, porque el mosco deposita sus huevos en charcos, floreros, materas, llantas viejas, piscinas sin buen mantenimiento y basureros. Evitar que el mosco se forme y se desarrolle es mucho más efectivo que combatirlo luego con fumigaciones cuando es adulto.
¿Y en la casa?
El adulto se combate con insecticidas y las picaduras se previenen con repelentes, el uso de ropa de manga larga y la utilización de mosquiteros para dormir.
‘Sentí un dolor muy berraco’
Mi nombre es Yoelis Pérez y tengo 29 años. Hace pocos días fui víctima del virus del zika.
En diciembre viajé de Bogotá a Montería, de donde soy oriunda y en donde vive mi familia. Estuve allí unos días para pasar vacaciones. Cuando llegué allí me enteré de que a varios de mis familiares les había dado zika.
La verdad, eso me tranquilizó, pues ya ellos se habían recuperado y unas semanas atrás yo había estado por Montería y no me había dado nada. Así que supuse que podía estar fresca.
Apenas unos días después de estar allí, me empezaron a doler la espalda y las manos, cada vez con mayor intensidad, al punto de que el dolor me hacía llorar. Luego vinieron la fiebre, un dolor de cabeza muy berraco y el decaimiento. Era como tener una gripa muy fuerte.
Yo no sentí ni me di cuenta de que algún mosco me picara, pero adquirí el virus. Me salieron ronchas en todo el cuerpo y sentía ardor en los ojos. Cuando tenía todos estos síntomas decidí ir al médico. El médico me puso una inyección con analgésico y me dio medicamentos. Me dijo que no tomara nada más y que me hidratara mucho.
También me preguntó si estaba embarazada, pero le dije que yo me cuidaba. A mis tres hijos (de 5, 6 y 9 años) también les dio zika.
Los síntomas no duraron mucho y a los pocos días regresé a Bogotá. Aquí me siento tranquila, porque dicen que aquí el zika no da.
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