La Red Andaluza de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social apunta a nuevas "formas invisibles" de pobreza que se viven "de puertas para adentro", con un componente de vergüenza y culpabilidad.
EFE, SEVILLA
El 60% de los andaluces, más de 5 millones, no puede pagarse una semana de vacaciones al año, lo que supone trece puntos más de la media española, un indicador que para la Red Andaluza de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-A) supone una de las nuevas "formas invisibles" de pobreza.
En el informe presentado este viernes por esta asociación, que recoge y analiza datos oficiales de otros estudios, EAPN-A refleja que desde 2013 también se ha duplicado el porcentaje de andaluces que no puede mantener su casa a una temperatura adecuada (18 grados en invierno y 25 grados en verano), al pasar del 8 al 16%. Además, el 34,2% de los andaluces no pueden gastarse una "pequeña cantidad" de dinero en uno mismo cada semana.
El presidente de la Red, Manuel Sánchez, ha explicado que el concepto de pobreza ha evolucionado y tiene ahora un componente de vergüenza, por parte de familias que habían vivido "muy bien", y de culpabilidad, "porque las administraciones repiten que se ha vivido durante años por encima de las posibilidades".
"Es una pobreza que se vive de puertas para adentro, con las persianas bajadas", ha señalado Sánchez, quien incluye en ella el acceso a la cultura y el ocio convertido en un "lujo", la pobreza emocional, la de falta de las nuevas tecnologías de la información o la que se vive con suministros básicos o al mantener el hogar.
El número de andaluces que tienen retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda se ha duplicado desde el comienzo de la crisis y afecta al 15,2% de la población, en pagos como la hipoteca o alquiler, o las facturas de gas, comunidad u otros.
El 58,5% de los andaluces no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, como pagar la reparación de algún desperfecto en la vivienda, y un porcentaje similar no puede permitirse sustituir los muebles estropeados o viejos, según EAPN-A.
Un total de 1,5 millones de andaluces dedican más del 10% de sus ingresos para pagar la energía.
La pobreza energética tiene consecuencias directas, según el informe, en los integrantes de las viviendas, con afecciones a la salud, disminución del rendimiento físico y académico, problemas sociales, incremento de emisiones de CO2 y deuda excesiva.
Además, influye en acciones cotidianas como la frecuencia de baños a la semana o la hora de acostarse ante la ausencia de luz y por la imposibilidad de calentarse ante el frío.
La asociación incluye en la pobreza invisible la imposibilidad de acceso a la cultura y el ocio, y destaca que el 53,9% no puede participar en actividades como el deporte, ir al cine o a conciertos, sobre todo en familias con tres o más miembros.
La pobreza emocional es otra de las "formas invisibles", según EAPN-A, que resaltan que cuanto más tiempo permanece en la pobreza un niño de hasta nueve años mayor es su exposición a riesgos para la salud mental a partir de los 13 años.
La asociación ha informado de que están surgiendo nuevas formas de pobreza como "la incertidumbre del presente y el miedo al futuro" con una sensación de "vulnerabilidad e indefensión" a las personas.
En cuanto a la tercera edad, ha subrayado que los mayores están siendo el sustento de muchas familias y la principal fuente económica de sustento, por lo que repercute en su calidad de vida.
Respecto a la brecha digital, ha manifestado que un 36,1% de las más de 750.000 viviendas que no disponen de internet no pueden permitírselo por su elevado coste.
Para que se "visualicen" estas formas de pobreza, la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza ha iniciado una campaña de un año en la que se reunirán con ayuntamientos y partidos políticos y lanzarán publicidad a través de vídeos en redes sociales y marquesinas de autobuses en algunas ciudades andaluzas.
Para que se "visualicen" estas formas de pobreza, la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza ha iniciado una campaña de un año en la que se reunirán con ayuntamientos y partidos políticos y lanzarán publicidad a través de vídeos en redes sociales y marquesinas de autobuses en algunas ciudades andaluzas.
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